Punto de Encuentro

El Antisistema

Durante varias décadas el mundo estuvo dividido entre el sistema occidental capitalista y el sistema oriental socialista, ambos por supuesto con bondades y defectos, el primero rindiendo culto a las libertades y el segundo al autoritarismo restrictivo de libertades. Ambos tratando de resolver el problema de falta de recursos suficientes para satisfacer las necesidades de los ciudadanos, pero con el resultado que el primero redujo más la pobreza e incrementó el número de personas que salían de ella y se incorporaban a la PEA.

Con lo que podría llamarse el fracaso del sistema socialista, los países que lo albergaron se apartaron de él y se fueron incorporando al sistema de libre mercado denominado también capitalista, amenguado por la economía social de mercado; incluyendo a las libertades de oferta y demanda, la presencia y decisión del Estado cuando existía distorsión entre una y otra.

En el mundo globalizado en que nos encontramos, la direccionalidad socio-económica vigente es casi universal, aunque todavía subsisten pretensiones de regreso al pasado socialista por grupos que no entienden el proceso y no quieren esperar que la marcha del mismo siga solucionando carencias.  Desean que las carencias se solucionen ya, y comprendemos su impaciencia, pero si consideran que volviendo al socialismo la solución llegará más rápido, pues se equivocan absolutamente.

Para acelerar el proceso de incorporar más personas a la PEA, reduciendo la pobreza, y con la mejor intención, se han cometido gruesos errores como por ejemplo las “Mesas de Concertación para la Lucha contra la Pobreza”, en que han participado algunos clérigos desubicados que con ayudas de ONGs supuestamente de desarrollo, lo que han logrado es detener el desarrollo y propiciar más pobreza.

Otras agrupaciones no gubernamentales, disfrazadas de ambientalistas, han impedido el desarrollo que aleja a miles de personas de lograr el mejoramiento de su nivel de vida.  En lugar de actuar para el desarrollo sostenible han avivado el fogón de un conflicto artificial como es el de la agricultura frente a la minería, que son compatibles en la moderna explotación de nuestro Ande lleno de minerales. En lugar de utilizar facilitadores para el diálogo enriquecedor que resuelva conflictos, muchas veces se han empleado incendiarios que los han agravado. Añadamos a todo ello que el “acondicionamiento territorial” podría convertirse en semilla de más conflictividad.

Desde el exterior también recibimos diversos embates, como por ejemplo el Foro de Sao Paulo que promueve propuestas trasnochadas que podrían significar, de llevarse adelante, más pobreza en lugar de mayor desarrollo y bienestar.

También desde el exterior soportamos al Alba, esto es la Alternativa Bolivariana, venida de Venezuela y que pretendió imponer su estilo socialista en América Latina. Y en el caso peruano, bajo el maquillaje de las Casas del Alba,  que propiciando la amistad peruano-venezolana, en la práctica fueron vehículo de adoctrinamiento a nuestra población. A ello se sumó otro maquillaje, como las operaciones oftalmológicas que eran la portada para el ingreso del adiestramiento llanero.

Debemos advertir también el ingreso camuflado de quienes bien podrían ser cabeza de playa para terroristas internacionales del “Estado Islámico”, aunque con diferente objetivo.

Como vemos las acechanzas existieron y existen y debemos enfrentarlas sin bajar la guardia.

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