Punto de Encuentro

El gato volador y el Estado de bienestar

26 Febrero, 2017

 

Por Miguel Alejandro Estela La Puente

 

¿Quién no recuerda las canciones de El Chombo con sus cuentos de la cripta y el gato volador (parte 3)? Muchos se preguntan y cuál es su vinculación con el Estado de bienestar. La respuesta es que ambos, El Chombo y la creación de Keynes, marcaron una época, instituyeron un nuevo paradigma e influenciaron a una generación.

Pero como todo tiene su final, El Chombo fue desplazado por el reggaeton de Daddy Yankee y el Estado de bienestar por el neoliberalismo.

Luego de la crisis capitalista-financiera del 2008 se empezó a cuestionar la vigencia y el agotamiento del modelo neoliberal, la academia buscaba respuestas y encontró ciertos indicios clarificadores en la antigua fórmula del Estado de bienestar, pero con una diferencia: la cohesión social como elemento fundamental para la construcción de una armonía entre lo público y lo privado.

En el caso del Perú, la proliferación de las APP’s (Asociaciones público-privadas) se convirtieron en la novedad de la gestión pública durante la segunda parte del gobierno de Alan García y  el periodo gubernamental siguiente de Ollanta Humala con relativo éxito, aunque con la resistencia de ciertos sectores desentendidos.

Cuando me refiero a sectores desentendidos hago alusión a quienes siempre encuentran razones para enfrentar lo público con lo privado, las derechas y las izquierdas de ultranza que no se conforman con tener un país polarizado. Es verdad, si bien hay entendimiento en cuanto al modelo económico por parte de la oposición parlamentaria y el gobierno, la pugna entre los dos Poderes del Estado se sustenta en una lucha por el poder sobre cuestiones cotidianas, quien controla más, tendrá más posibilidades de ganar las siguientes elecciones. Pero dónde queda el país. Para ello es relevante que se generen pactos nacionales en sectores estratégicos para el desarrollo: educación, trabajo, salud, energía, producción, entre otros de real trascendencia. El país no puede detenerse.

Para propiciar cohesión social, se necesita una sociedad de bienestar: instituciones democráticas sólidas, políticas de democracia participativa y la figura de un Estado con autoridad y credibilidad social; de tal forma, que pueda hacer frente ante, justamente, los desentendidos, pero sobre la base del consenso y la negociación.

¿Por qué en el Perú no hay nada cercano a una sociedad de bienestar con cohesión social? basta con observar el Acuerdo Nacional para que nos enteremos que es un saludo a la bandera. Aunque sí, sería viable si hubiese voluntad política para el entendimiento y los poderes fácticos coadyuvasen en ese sentido en lugar de elucubrar su siguiente paso para enfrentar a la oposición con el gobierno.

Sí, podemos, un Estado de bienestar es posible si se reformulan conceptos y se adapta a la realidad, pero con acción desde la sociedad civil más allá de las típicas “ONG’s activistas”, en las universidades, en las asociaciones de profesionales y de consumidores, fundamentalmente, para fijar objetivos comunes más allá de las ideologías. Finalmente, este es el ejemplo de que no todo pasa de moda y queda en el olvido: Chacarron Macarron de El Chombo.

 

 

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