Punto de Encuentro

La propuesta republicana le queda grande a Julio Guzmán o "PPK 2.0"

Muy interesante artículo el que ha publicado Carlos Meléndez en El Comercio hace 2 semanas: "El verso republicano", el mismo es provocador y un tanto pesimista, pero sin duda refleja dos grandes verdades, la primera es que la promesa republicana puede resultar un verso o un floro sin repercusión en el Perú popular si está dicha en boca de las élites nacionales, tanto las del poder económico, como las de la academia con tinte liberal o la mayoritaria de tendencia filo izquierdista criolla. La segunda es que en efecto en estos tiempos los conservadores han obtenido mayor representatividad y cables a tierra desde la emotividad que los republicanos y sus "sueños".

Pienso que la acción de las élites empresariales rentistas no desvirtúa el ideal republicano, como tampoco lo hace la acción a veces miope de las tendencias predominantes en la Academia peruana. Creo que más bien estos sectores no logran entenderlo, menos explicarlo y aún menos podrían llevarlo a cabo. Por ello la Democracia Social tiene la responsabilidad -construyéndola desde abajo- de plantear no un "verso republicano" sino la propuesta concreta de una Segunda República que relance y redibuje al Estado orientándolo hacia las mayorías a las que hoy no llega o llega deficientemente o incluso en forma de agresión; de hacerlo llegar hacia el pueblo productor y a sus juventudes, pero que lo haga replanteando los alcances de la propiedad en el Perú e instalando un piso mínimo de bienestar para todos los peruanos. Una segunda etapa republicana que supere los vicios y problemas precedentes, una sociedad de propietarios, de trabajadores bien remunerados y capacitados, de empresariado popular fuertemente apoyado y de igualdad de oportunidades. Pero este planteamiento será materia de otro texto.

Lo curioso es que pocos días después de la lúcida columna de Meléndez, apareció el vocero del Partido Morado, Carlo Magno Salcedo a sostener en un texto a modo de respuesta en primer lugar que Julio Guzmán y su proyecto de organización encarnan el ideal republicano y que Meléndez estaba convirtiéndose en el ideólogo orgánico del fujimorismo. Es decir una falacia ad hominem y una autoproclamación vacía.

La falacia se contesta sola, es ridícula e inoportuna ante un debate tan grande como este, pero creo que aún es más osado que nos traten de presentar al ex candidato presidencial como la esperanza republicana. Su alternativa incluso me parece contraria a los fines de la concreción de esta idea  Les voy a explicar las razones:

1- Guzmán no posee una ideología definida, ni le interesa tenerla, es pública y notoria su falta de formación política.; rechaza las etiquetas de izquierdas y derechas no por un análisis referente a una evolución de la política y los actores sociales, sino porque nunca ha sabido a que cuestiones hacen referencia. Las rechaza como inconscientemente rechaza la política. El y su agrupación, aún no inscrita,  son una expresión de la anti-política en su variante tecnocrática. Todos son malos, corruptos o incapaces para ellos, ellos van a "rescatar" al Perú. El mismo verso de Humala de 2006, de Chávez del 98 en Venezuela, de Fujimori  en el 90. Sin conceptos no hay sueño republicano, ni promesa de la vida peruana, solo puro aventurerismo que alumbrará agrupaciones como "Perú Posible" o "PPK". No hay más que eso. Todo lo demás está en la imaginación de Carlo Magno, que intenta dulcificar el pragmatismo economicista de un líder que no expresa ideas fuerzas más trascendentes que tips de viceministro de hacienda.

2- Guzmán no intenta construir un Partido, sino un vehículo personal para participar en la carrera de 2021, no se le conoce equipo técnico, ni tampoco un "think tank" potente, salvo Salcedo Cuadros, JG está solo; es una individualidad, un caudillo en busca de encaramarse al poder en un golpe de fortuna  como Kuczynski en 2016; conforme se  acerquen las elecciones generales seguramente irá reclutando sus propios tránsfugas y voceros interesados en repetir el plato como parlamentarios o de volver al añorado escaño. Por supuesto si llega al poder -roguemos al pueblo que no así- ninguneará a su Partido exactamente como nuestro actual Presidente de la República hace con el suyo. Salvo las elecciones de 2021 el Partido Morado no tiene razón de ser y sin ideología,  programa y cierta representatividad territorial o funcional sucumbirá luego de ese proceso, gane o pierda su caudillo. Sin la herramienta de transformación y soporte que significa un Partido lo mucho a lo que se puede aspirar es a medidas cosméticas y no a transformaciones medianas o profundas que requieren la meta de la consolidación republicana.

3- Guzmán basa su avance en el marketing publicitario fundamentalmente -no en la comunicación política- sin a la par fomentar una organización de cuadros en permanente capacitación y contacto con dirigencias sociales. Únicamente impulsa voluntarios para la recolección de firmas y lograr su registro electoral. Es como si hubieran equiparado la política con la venta de bebidas gaseosas o perfumes, en la que esporádicamente usan voluntarios de buena fe.  Su grupo y sus marketeros pretenden bajo la publicitaria dicotomía de "dinosaurios vs nuevos" acumular votos y llegar al poder. Su mensaje divide en torno a fronteras básicas y no propositivas. Consolidar República con ese nivel de análisis y planteamiento no es difícil, es imposible.

4- Es apoyado justamente por el sentido común mediático, al que por razones que deben ameritar un estudio universitario, le genera ojeriza la organicidad de los Partidos medianamente consolidados o que se intentan consolidar. Además de ellos también lo apoyan las mismas élites que Meléndez describe en su texto y que Carlo Magno admite no son capaces de impulsar el ideal republicano. Nadie puede negar que el ex funcionario de Humala y también el parlamentario Kenji Fujimori son hoy los 2 engreídos del sector de influencia en la prensa que alentó militantemente la victoria de Kuczynski en segunda vuelta. Pienso que ambos son las fichas por las que el empresariado rentista y la izquierda criolla apostará en la futura elección presidencial; los ingredientes con los que sazonarán esa receta serán el anti-fujimorismo y el antiaprismo.  Difícilmente se construirá República sobre la base del odio político.

5- No hay ningún mensaje de fondo en torno a reforma del Estado, formalización, conflictos sociales, propiedad e industrias extractivas, educación básica pública, seguridad ciudadana y juventud en la propuesta de Guzmán y sus morados, salvo declaraciones vacías o cliché. Superar la crisis de desconfianza  del ciudadano con el Estado requiere un giro radical y popular muy potente, que está a años de entender Julio, el nuevo PPK de las élites.

En conclusión estimado lector la propuesta republicana y su consolidación le queda inmensamente grande a este personaje que sólo busca llegar a palacio para mantener las cosas exactamente como marchan hace 6 años, favoreciendo a los mismos, esgrimiendo las mismas excusas y atacando a los mismos representantes de los partidos populares. La Democracia Social tiene la obligación de representar la arista radical y popular, a la vez de democrática e institucional en este debate. De proponer políticamente la segunda etapa de la República para después de los 200 años de independencia. 

En cambio si usted quiere 5 años más de falta de liderazgo, tecnocracia frívola y políticas orientadas a la élite y a los intereses de un sector empresarial determinado y no para las mayorías pues apueste por el "PPK 2.0", por el "centrista" Julio Guzmán y su Partido franquicia, otro armatoste que los principales operadores de la anti política, la izquierda comunista y criolla no dudarán aplaudir fervorosa e irresponsablemente.

 

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