Punto de Encuentro

¿Que se vayan todos? ¡Que trabajen todos!

Por @nancyarellano

La crisis política del Perú ha erupcionado. La erupción es la muestra clara, visible y palpable, de la actividad dentro de un volcán. 

El volcán aquí es la crisis política latente desde hace... ¿10, 20, 30, 40, 50 años? Quizás principios del siglo XX, no. Quizás debemos remontarnos al sXIX... tampoco ¿la estructura virreinal? ¿El incanato?... revisemos donde revisemos, y estoy clara en la temporalidad, en lo anacrónico que resulta bajo la óptica democrática y de equilibrio, de gobernabilidad y Gobernanza irnos a tiempos tan remotos. Pero bajo la óptica de los valores consensuado a hoy, veremos retos y veremos crisis en toda la historia.  Quizás es mejor apuntar a que el volcán no es propiamente la crisis, sino la democracia como sistema político.

La democracia es un sistema perfectible, un valor en sí misma, de significados multívocosy en eterna construcción porque es dinámico por naturaleza, imponente y puede resultar devastador por la propia fuerza de su composición popular.

Cuando hay erupción es porque hay plena actividad, hay condiciones de incidencia, pero también hay ajustes imprescindibles que deben tomarse muy seriamente para evitar la catástrofe. Que no es propiamente la erupción, inevitable, sino sus consecuencias. 

Es por ello que el constitucionalismo democrático adquirió, en el siglo XX, la relevancia que adquirió; no sin antes sufrir las consecuencias de la democracia y sus erupciones. Recordemos que muchos de los sistemas más perversos instalados en la Europa de principios del siglo XX fueron producto de la erupción incontrolada de la democracia; como Hitler, Mussolini, Dollfuss, Perón, Getulio Vargas, Fujimori o Milosevic. Así mismo el retroceso institucional vivido por Venezuela a partir del manejo de la crisis política de los 80, en 1993 cuando Carlos Andrés Pérez renuncia y Ramón J. Velázquez termina el periodo.Es entonces cuando “el que se vayan todos” trajo primero al “chiripero”, Convergencia, al poder y luego al Movimiento V República con sus promesas detabula rasa en la Asamblea Nacional Constituyente y "nueva" República para profundizar la democracia y hacerla verdaderamente “participativa y protagónica”. Lo que terminó en el empoderamiento de una "nueva clase" de viejos actores, con viejas mañas y unos cuantos rostros útiles con discursos incendiarios y, es claro, con la idea de eternizarse en el poder. Lo mismo ocurre con los masistasen Bolivia o con los sandinistas en Nicaragua y, casi, con los correistasen Ecuador. Y no es que la democracia pueda medirse en resultados macroeconómicos únicamente, aclaro.

¿Hay crisis en Perú? Sí. Como hay crisis en Brasil. Como la hay en México, en Colombia, en España, en Francia y en el propio Estados Unidos. Quizás es más comparable el caso brasileño por razones evidentes en este momento. Pero, nuevamente, no se trata de la crisis en sí misma; se trata del manejo de la crisis con las estrategias desarrolladas para reaccionar ante la natural erupción democrática. ¿Por qué funcionan los modelos escandinavos? Empecemos por ahí y llegaremos al ciudadano.

Lo pongo así, detrás del "que se vayan todos" hay tres grupos: 

1) Los postergados y los rezagados que creen que cosecharán de la ausencia porque en "pueblo de ciegos el tuerto es rey". Hablo de los diferentes actores políticos y pseudopolíticos que no han logrado capitalizar liderazgo funcional en las estructuras políticas del país. Normalmente porque buscan el liderazgo por designación y no por construcción; en este sentido capitalizan a partir de la pérdida de los liderazgos fallidos que hasta ahora controlan las estructuras político-partidarias porque pasan a representar parte de un proceso de "merecimiento por exclusión" al mostrarse como los testimonios vivos de "los malos no nos dejaban ocupar espacios", lo que no necesariamente implica que "merecieran ocupar las posiciones por méritos" o que fuesen incapaces de liderar –al encauzar– demandas sociales existentes y autodefinirse como actores políticos.

2) Los antisistema que quieren hacer tabula rasa porque “al irse todos” pueden aprovechar el "espacio de decepción" para plantear el “constitucional momment” y volarse la política como estructura (el andamiaje político del país delimitado en la constitución de 1993) y la política como proceso (cambio abrupto de “clase política”) 

3) Los ingenuos que creen que un cambio de tal tipo trae necesariamente un mejoramiento del sistema político y significará el empoderamiento de “los más virtuosos” sin ver que la política como escenario, el día a día, de manejo masivo de grupos de interés y de calle no está precisamente en los institucionalistas de escritorio; sino muy probablemente en los antisistema que han hecho, lamentablemente, mayor trabajo de “agitación y propaganda” que una clase política funcional y virtuosa que está excluida por los bribones empoderados actualmente.  

Lo que se teme es que dado que la “clase política” no surge simplemente por las buenos deseos de los pocos, lo que termina ocurriendo es que bajo "el que se vayan todos", en el nuevo escenario, de “nuevos liderazgos” muchos de los primeros “se acomodan” cambian de camiseta y se ponen en la fila siendo viejos nuevos políticos; los segundos aplican “democráticamente” procesos no admisibles por el sistema constitucional actual justificados en el ambiente político real, la política como coyuntura, y vulnerando, en nombre de la búsqueda de “institucionalidad” a la “institucionalidad” misma, asestando un golpe mortal al constitucionalismo democrático, en favor de la democracia eruptiva que ya he mencionado y los terceros legitimando el proceso de “cambio social” por prescripción y no por descripción; al avalar  

Con esto no quiero decir "que se queden los de siempre". Sino que quiero ser enfática en que los virtuosos de esta historia, la clase política que aspiramos tener,tiene que ser auténticamente virtuosa.

No busquemos soluciones de golpe. No hay caminoexpress en política. No en la aspiración de una democracia sólida. Entonces, esta nueva clase tendría que realizar trabajo político masivo, estructurado, segmentado, sagazy sobre todo:paciente; en aras de crear las condiciones subjetivas (cambios de mentalidad / cultura política) y objetivas (estructura material) para lograr que el “que se vayan todos” (los indeseables) sea una realidad y no que terminen de tontos útiles los virtuosos que piden esto y validan a los postergados y antisistema...

La corrección y reforma política profunda es un reto, absoluto, lento y difícil, si no se asume por las vías institucionales, desde los actores políticos y sociales, aprovechando las propias normas existentes para hacer y exigir, y con trabajo político con todas la letras, en calle y con la gente, con las reformas partidarias necesarias, es porque no hay posibilidad real y si se forza solo se terminará por aplastar la débil institucionalidad y abriendo paso a la destrucción definitiva del sistema.... y repetiremos viejas y dolorosas historias.

Por eso hoy, tomando las palabras del presidente constitucional del Perú, Martín Vizcarra, hay que poner a #ElPerúPrimero y eso significa trabajar todos los que hacemos vida en este país por el crecimiento, equidad, desarrollo y creación de oportunidades, cada quien desde el lugar que le toca.

 

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