Punto de Encuentro

Kenji y la “Ley Anti-Mermelada”

Luego de escuchar durante horas (no-sé-por-qué-si-ya-se-sabía-la-sentencia) los alegatos de sus abogados en la Comisión Permanente, Kenji y parte de sus amigos, los Avengers, quedaron con la soga al cuello y solo falta quien baje la manija del patíbulo. Habrá que esperar, por ahora. Si Fuerza Popular no renuncia a sus principios entonces el principito albertista quedará fuera del Congreso.

La expulsión de Kenji se convierte en un heroico acto de supervivencia para Fuerza Popular y probablemente sea una de las últimas puestas de escena con contenido dramático que involucre pugnas familiares en el partido naranja.

Y es de vital importancia botar a Kenji del Congreso, no porque sea el hijo preferido de Alberto, o sea su ex bancada la que le diga: “chau, abrígate que los tiempos son malos para ti”; sino porque el rey de los Avengers no dudó en aliarse con sus adversarios y enemigos –los anti-fujimoristas ayer y anti-keikistas hoy- con el propósito de licuar a Fuerza Popular, desbaratarlo, hacerlo trizas y quedarse con los huesos y cenizas. Algunos ya le dicen traidor.

El mensaje, entonces, es claro. Fuerza Popular no permitirá que se desarrolle otra estrategia que amenace su existencia. Muchos menos que existan quinta columnas o larvas que malogren el fruto naranja. No obstante -vaya saber con qué talante o explicación- algunos congresistas no naranjas empiezan a desarrollar ideas y teorías confusas y no menos realistas.

Y ahora resulta que Mamani tiene la misma condición delictiva que Kenji. ¡Habrase visto!.

Pero si botar a Kenji es un mensaje de Fuerza Popular, aprobar la denominada “Ley Mulder” o “Ley Anti-Mermelada” es una carta entera de recados.

Resulta que los medios de auparon a Kenji y lo convirtieron en un estadista a la altura del republicano Cicerón, son los mismo que estuvieron al servicio del gobierno Pepekausa y son los mismos que ahora serían los afectados de aprobarse la “Ley Anti-mermelada”.

Otro si digo: estos medios son los anti-fujimoristas de ayer y anti-keikistas de hoy.

De aprobarse la “Ley Anti-Mermelada”, significaría un doloroso adiós a los jugosos contratos de publicidad (que en realidad son propaganda pura y dura) que algunos medios de comunicación mantienen todavía con el Estado. Se estima que el año pasado los gastos en inversión publicitaria fueron de 270 millones de soles ¡y eso que no se conocen los muertos y heridos!

Seamos sinceros. Hay medios (sobre todo periódicos) cuya sola existencia obedece a una estrategia política. Si a estos medios los soltarán al mundo de la oferta y la demanda, es decir al mercado,  habría desaparecido hace mucho. Estos medios no viven sin la anuencia de un Estado-gobierno que los utiliza con el único objetivo de tenerlos como parte de su estrategia.

Con tal de bajarse la “Ley Anti-Mermelada” ha corrido tinta. Que es una ley que atenta la libertad de expresión, que es una ley maniquea y chantajista, que es una ley tal por cual, en fin. Se ha dicho de todo.

Por supuesto que no es verdad. Hoy todos sabemos que –contrario sensu- el presupuesto estatal para medios ha servido con fines nada santos. Desde Montesinos, cuando pagaba en su salita del servicio de inteligencia hasta Nadine que los tenía bien al día con sus pagos respectivos.

Y ahora resulta que Vizcarra -que silba la tonada de “nunca quedas mal con nadie”- se mete en la pelea y dice que su gobierno no ve bien la referida ley. Pero, luego agrega, que la aceptará. ¿Y la austeridad, señor Presidente?

Si el fujimorismo keikista es fiel a sus principios entonces Kenji se va.

Y si es más fiel hasta y botan a Alberto. Pero solo pedimos un poco de congruencia –de esa que no existe ya- para que aprueba del largo en el pleno un jueves por la noche luego de tanto debate, esa ley que dejaría sin piso a tanto “mermelero”.

 

NOTICIAS MAS LEIDAS