Punto de Encuentro

Minería y diversificación productiva

22 Junio, 2018

Iván Arenas

No obstante a todos los mitos levantados sobre ella es casi una verdad tan grande como una cordillera que la minería es una fuente de diversificación productiva. Solo un sesgo ideológico extremo podría negar lo que es tan evidente: hoy existe una alianza real entre la minería moderna y otros sectores productivos como la agricultura y la ganadería.

A propósito de la celebración de la primera convención Agrominera (Agromin) realizado días atrás, se han presentado  diversas  iniciativas (programas y proyectos productivos) que se ejecutan a lo largo y ancho de patria, en especial en las áreas de influencia de las unidades o proyectos mineros. De allí que hoy se puede decir sin fanatismos que la minería moderna solo es sostenible si se articula con otros sectores productivos.

En las comunidades campesinas, allí donde la competitividad y productividad ganadera o agrícola es baja, las empresas mineras, con sus políticas de responsabilidad han llegado para diversificar y potenciar aquellas actividades que por la “venganza de la geografía” así como  la nula o escasa presencia del Estado son poco productivas.

Es decir, la minería moderna y sus inversiones funcionan como una “palanca de oportunidad”, como un “piso de financiamiento” para la ejecución de programas y proyectos productivos orientados a la demanda y la sostenibilidad en el mercado. La alianza entre la minería, la agricultura o la ganadería ha permitido que se coloque infraestructura de riego tecnificado desde Cajamarca hasta Chumbivilcas, se construyan reservorios y canales de regadío,  se entreguen tractores y equipos agrícolas así como transferencia de know how a través de pasantías.  ¿Cuál ha sido el resultado? Se han mejorado la productividad y la competitividad fortaleciendo dos debilidades de la agricultura andina: las inadecuadas prácticas agrarias de subsistencia  y la limitada adopción de tecnología. ¿Alguien puede negar aquello?

Esta es la primera vez en la historia de la República que hay una racionalidad distinta entre la minería y otros sectores productivos. A menudo, las críticas –válidas, en todo caso- sentenciaban que la minería generaba “enclaves” económicos limitados a una geografía reducida. De allí vienen los dardos sobre una supuesta economía primaria-exportadora. ¿Se puede repetir ese discurso hoy? Sería ilógico cuando se tienen ejemplos de sobra de colaboración y alianza entre agro y minería.

La historia de las sociedades modernas indica que sus economías siempre se han levantado sobre “palancas”. Inglaterra sobre el carbón y Noruega sobre el gas, por ejemplo. El Perú tiene la minería moderna, enormes yacimientos de cobre y oro que permitirían “diversificar” más la economía peruana y la alianza debe continuar.

 

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