Punto de Encuentro

EL ENSAYO OCULTO: LO QUE NO SE DICE DE JOSÉ CARLOS MARIATEGUI

José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre son sin lugar a dudas los más grandes pensadores del siglo XX y los forjadores de una nueva forma de pensar en el Perú. Un país sumido en el poder de la oligarquía vio con esperanza el nacimiento de una nueva generación de jóvenes que luchaban por la justicia social y la igualdad de todos los peruanos. Pero, existen muchos pasajes de la vida política de estos dos personajes que no han sido contadas, más creo yo en el caso de Mariátegui, los defensores y promulgadores de su pensamiento no dicen la verdad. ¿Cómo nació Mariátegui en la política peruana? ¿Por qué aceptó la beca de Leguía? ¿La revista Amauta era una tribuna socialista? ¿Qué pasó con el libro ideología y política que escribió?

Hoy en día, los izquierdistas alzan la bandera de Mariátegui, brindan discursos en nombre de él, pero ocultan pasajes de su vida. Mariátegui, es una persona secuestrada por el comunismo peruano actual. Cuando un partido internacional, no encuentras en América un representante de donde sostenerse, tiene la necesidad de buscar a uno para mantener su discurso en las masas. Eso paso con el gran José Carlos, a pesar que la misma III internacional lo tildó de pequeño burgués.

Nace muy débil, con problemas físico que los arrastraría hasta su muerte. La lectura fue siempre su mejor refugio, ya que no pudo terminar el colegio. A los 15 años ingresa a trabajar al centro de labores del diario “LA PRENSA” (como ayudante de oficina), poco a poco se fue ganando la atención de las personas más importantes del diario debido a su gran intelectualidad que mostraba a pesar de su corta edad, revisaba los escritos y corregía graves faltas de ortografía. Así, Alberto Ulloa el director le llamó mucho la forma en como escribió un artículo y decidió contratarlo como periodista. Luego en 1917 obtuvo un premio en la municipalidad de Lima por un artículo que escribió, esto daría inició a que insertara a la vida política del país apoyando la candidatura de Jorge Prado y Ugarteche.

Una parte un poca anecdótica de la vida de José Carlos Mariátegui, es cuando se enrola a las filas del movimiento Colonida, del cual era parte el escritor Abraham Baldelomar. Mariátegui, hasta ese entonces no sabía quién era su padre. Según relatos del hijo de González Prada, señala que Mariátegui junto con los integrantes de dicho grupo solían ir al barrio chinos a fumar pipas de opio, importante resaltar, porque nos demuestra el vacío que tenía dentro de sí el gran pensador que lo lleva a ese mundo. Si bien es cierto, Mariátegui luego llamaría a esta etapa de su vida como la “edad de piedra”, no debe dejar de mencionarse. Luego intentaría, junto con su fiel amigo Cesar Flacón y otros, sacar una nueva revista, pero fracasaría.

Durante todo este tiempo el Perú estaba viviendo la efervescencia de nuevas ideas, como la del anarquismo, la cual tuvo como gran promulgador al gran Manuel González Prada, aquí tiene que señalarse, no ejerció ningún tipo de influencia en Mariátegui, es más, mayor influencia tuvo en Víctor Raúl, quién de esas ideas crearía el Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales. Por otro lado, estaba la lucha que tenía los obreros por la jornada de las ocho horas, el aumento del veinticinco por ciento del sueldo, ect. El primero de enero se convocó un mitin obrero con la finalidad de presionar al gobierno, sin embargo, esta fue duramente reprimida. Ante la postura del gobierno, los obreros buscaron ayuda en la Federación de Estudiantes, quien nombró como representantes a Haya de la Torre, Bruno Bueno y Valentín Quezada. Ellos fueron intermediario ante Pardo. Ante la paralización total que se había dado en toda la ciudad, al gobierno no le quedo de otra de aceptar los pedidos de los obreros. Con esto queda desmentida la falacia que aun repiten muchos izquierdistas, que gracias al comunismo y a Mariátegui se logró la victoria de la jornada laboral de las ocho horas. Con esto se da inicio a la relación entre obreros y estudiantes.

Por último, el otro suceso que estaba causando revuelo en el Perú, era la reforma universitaria, que había triunfado en Córdoba, pero que en el Perú no se daba todavía. Las universidades de ese entonces, como señala Luis Alberto Sánchez en su libro “Haya de la Torre o el político” solo respondían a “la mentalidad y a la realidad económica de entonces. Era universidad de claro abolengo colonial, de doctores togados y estirados, reñidos con un concepto realista de la vida”. Los estudiantes exigían cátedra libre, la abolición de la vitalidad de las cátedras, la supresión de la lectura de listas, la implementación de becas para los estudiantes pobres, la participación en el gobierno de la Universidad, pero sobre todo la expulsión de 24 catedráticos que los estudiantes consideraban tradicionalistas y ultrareligiosos. Cuando Leguía llega al poder, sabía que encontraba con un país que empezaba encender las llamas de un nuevo pensamiento, una nueva revolución. Para ello, era consiente que, si no aceptaba las demandas de los estudiantes, su estabilidad política podía estar en peligro. Así con la ley 4002 dictada el 13 de setiembre de 1919 y la 4004 dictada el 16 de octubre de 1919, se consiguió el triunfo estudiantil. Con esto, gracias al liderazgo de Haya de la Torre, pudieron salir al extranjero jóvenes becados por el gobierno, entre ellos están, José Carlos Mariátegui y Cesar Falcón.

Empírico, este regalo de Leguía a Mariátegui haría que en ese entonces sea tildado de traidor a los ideales de la lucha anarcosindicalista. Junto con Cesar Falcón fueron blanco de los mayores insultos por parte de integrantes de la federación de estudiantes del Perú y de los sindicatos. Leguía tenía solo dos maneras de callar a sus adversarios, deportándolos o mediante la premiación, se le daba una beca para que estudiaran en el extranjero. La persona encargada por Leguía para seleccionar a los jóvenes era Alfredo Piedra, él tenía que seleccionar a jóvenes que muestre aptitudes y que merecían ser perfeccionadas.

Aceptar la beca de Leguía por parte Mariátegui, Falco y otras personas, significó la comedilla de la gent4e durante dos semanas. Muchos los criticaban duramente, otros los defendían aduciendo que aceptaban la beca por necesidad y porque era necesario que los grandes talentos perfeccionen sus conocimientos en Europa. El tema se agravó más cuando el gobierno hizo público la resolución designando a Mariátegui como agente de propaganda periodística del Perú en Italia el 5 de diciembre de 1919. Dicha resolución dice lo siguiente: “Autoriza al Cónsul General de la República en Génova, para que de los ingresos consulares de la oficina de su cargo abone a Don José Carlos Mariátegui, Agente de Propaganda periodística en Italia, la cantidad de cuarenta y cinco libras (Lp. 45.0.00) oro, a partir del 7 de diciembre del presente año; descontándole diez libras (Lp. 10.0.00) desde esa fecha ha dejado establecido en Lima para su señora madre doña Amalia L. viuda de Mariátegui”. El más crítico de esta “traición” fue Alberto Secada, quien fue discípulo de Manuel González Prada y era en ese entonces diputados por el Callao. Él en la Asamblea Nacional señala lo siguiente: “Yo le preguntaría al Presidente del Gabinete y no sé cómo se atrevería a responderme, si ha alquilado la significación del nombramiento de los señores Mariátegui y Falcón, como Propagandistas del Perú en España e Italia…Este sólo hecho basta para acabar con el decoro del Perú…es un agravio para el decoro mismo del Presidente de la República, haber comisionado a esos dos infelices para que vayan como propagandistas a defender los derechos del Perú en España e Italia”. Cuando partieron a Europa, el 8 de octubre de 1919, solo los despidieron sus familiares, mientras que los estudiantes seguían llamándolos traidores.

La historia de Mariátegui en Europa, se resume en pocas palabras: Identificación con el marxismo. Recorre Francia, tiene contacto con importantes líderes como Romand Rolland, del cual se declara su discípulo, sin embargo, es Italia donde mayor contacto y admiración tiene por personajes defensores del marxismo (solo estuvo 46 días en Francia). Considera al francés Sorel como el más grande continuador del pensamiento de Marx, también ejerció influencia en el Benedetto Croce, Antonio Gramsci. Podría decir que estos personajes ejercieron más influencia en el pensamiento de Mariátegui que el propio Lenin. Ya que si revisamos sus obras es a ellos a quienes más cita, principalmente en su libro “Defensa del Marxismo”.

Mariátegui regresa al Perú en 1923, cuando en nuestro país se estaba viviendo una gran tensión política. Estudiantes perseguidos y encarcelados como el caso de Víctor Raúl Haya de la Torre. A diferencia del futuro creador del partido socialista, Víctor Raúl rechazó la beca que Leguía le había ofrecido personalmente. Luis Alberto Sánchez y Felipe Cossío del Pomar los mejores biógrafos de Víctor Raúl, nos relatan la conversación que tuvo el líder del aprismo con Leguía: Leguía: “Es usted un joven de talento, pero le convendría prepararse más. Por qué no perfecciona sus estudios en Europa, en Francia, por ejemplo; o por qué no en Inglaterra, es un país maravillo, yo estuve mucho tiempo en él, ¿Le agradaría? Víctor Raúl: Sí, me agradaría Señor Presidente”. Leguía: “Pues vea usted al Ministro de Relaciones Exteriores que yo he dado órdenes para que se disponga de todo lo necesario”. La respuesta de Víctor Raúl fue contundente: “Pero yo no he dispuesto nada señor Presidente”. No aceptó la beca.

La negativa de Haya de la Torre de no aceptar la beca enfureció a Leguía que veía con desazón como la moral del gran luchador era incorruptible. Víctor Raúl tenías muchas razones por las cuales no aceptar, dirigía la Federación de Estudiantes del Perú, las Universidades Populares González Prada, de las cuales Mariátegui estaba de acuerdo y admiraba la idea de Haya de culturizar al proletariado. ¿Cuándo se encuentran Mariátegui y Haya de la Torre? Víctor Raúl acudía constantemente a las instalaciones del diario el Tiempo, en una de sus visitas se encuentra con el amauta. Ya Mariátegui había renuncia al gobierno de Leguía, así que, por intermedio de Fausto Posado miembro del directorio de las Universidades Populares, se presentó ante Hay de la Torre, este le mostró su admiración y felicitaciones por su loable labor social que venía realizando y a la vez le pidió unirse como profesor. No obstante, Haya de la Torre le hizo notar el descontento que tenían los estudiantes y anarquistas por la postura que tuvo ante el gobierno de Leguía y temía que sea atacado por ellos. Y tuvo razón. En la primera charla que Mariátegui dio en las universidades populares fue pifiado por lo anarquistas, fue gracias a la intervención de Víctor Raúl, que defendió a Mariátegui, permitió que este pudiera terminar de exponer.

Juntos se unieron a la organización de la marcha del 23 de mayo que tenía como finalidad, impedir que el estado haga la Consagratoria de la República al Corazón de Jesús, un acto que solo iba a ser utilizado por Leguía para seguir controlando a la población, principalmente religiosa (católica). La feroz represión que realizó el gobierno a la movilización tuvo víctimas, Salomon Ponce y Alarcón Vidalón, este último estudiante, provocó que al día siguiente a las 12 AM la Federación Local Obrera inicie un paro general. Nuevamente la ciudad se vio paralizada, mientras tanto un grupo de estudiantes se dirigieron a la morgue, lo rodearon y arrebataron los cadáveres al gobierno. El gobierno en su intento de recuperarlos volvió a herir a los estudiantes. Los cadáveres fueron velados en la Universidad y solo cuando el gobierno dio las garantías, fueron enterrados. Allí Víctor Raúl, daría un mensaje en contra de Leguía y su gobierno al cual tildó de dictadura. Esto le valió que empezara a ser perseguido y capturado el de 2 octubre de 1923. Desde su llegada a la prisión de la Isla San Lorenzo se declaró en huelga de hambre, la Federación Local Obrera al enterarse de la detención de Víctor Raúl, declararon una huelga indefinida, la Federación de Estudiantes del Perú, lo declaró Presidente ante la renuncia de Manuel Seoane, un gesto por la lucha de este gran ser humano. Mientras tanto, los dirigentes que habían participado de la huelga, entre ellos Mariategui fueron deportados. Este escribiría artículos exigiendo la liberación de Haya de la Torre, y mostrando su admiración por el gran luchador social. Más aún cuando leyó un mensaje que escribiría Victor Raúl en prisión, lo cual lo conmovió grandemente: “No sé cuál será mi suerte, ni me interesa pensar en ella. Represento un principio, un credo, una bandera de juventud. Agito y agitaré las conciencias hacia la justicia. Lucho por producir la precursora revolución de los espíritus y maldigo con todo el calor de mi convencimiento a los explotadores del pueblo que hacen del gobierno y la política, vil negociado culpable…Si he de marchar a destierro, algún día he de volver, regresaré a tiempo, cuando sea llegada la hora de la gran transformación”.

Como ya hemos señalado, Mariátegui exigió la liberación de Víctor Raúl, por ello fue apresado. Sin embargo, nunca fue maltratado como lo fue Haya de la Torre, solo fue detenido en dos ocasiones, la que hemos mencionado, y la otra donde fue detenido en el Hospital Militar. El gobierno siempre respeto a su familia. Mariátegui, nunca atacó directamente a Leguía, la beca que recibió de él lo ató toda su vida. Ante la ausencia de Víctor Raúl, poco a poco fue ganando espacio entre los anarquistas y estudiantes con su discurso de la crisis mundial y del movimiento obrero.

La historia que ocurre durante los siguientes años es conocido, Víctor Raúl en el extranjero funda la Alianza Popular Revolucionaria Americana. Pero aquí viene una parte de la historia de Jose Carlos que los izquierdistas de hoy no mencionan, su etapa de defensor del aprismo. En setiembre de 1926 crea la revista Amauta, anteriormente había fracasado con la revista Claridad ya que fue cerrada por el gobierno, Mariátegui se dio cuenta de que tenía que cambiar de postura, que debería no ser tan duro con el gobierno para que nuevamente no sea cerrada una nueva revista. Leguía a pesar de saber la postura de la revista no la cerró, porque vió que en ella moderación, para los círculos gubernamentales era considerada una revista “independiente”. ¿Por qué Amauta no debe ser considerada comunista?

En esta revista colaboraron personajes como Luis Alberto Sánchez, Carlos Manuel Cox, Jorge Basadre, Luis E. Valcárcel, José María Eguren, Manuel Seoane, Antenor Orrego y hasta el mismo Haya de la Torre. Es aquí donde la relación con el fundador del aprismo, se hace más cercana y de admiración. Mariátegui publicaba y siempre comentaba los artículos que le enviaba Víctor Raúl. Por ejemplo, en la publicación N° 3 de Amauta (3 de noviembre de 1926) escribe este párrafo sobre Haya de la Torre: “En ésta, como en otras cosas, estoy naturalmente con Haya de la Torre…la política, para Haya y para mí, que la sentimos elevada a la categoría de una religión, como dice Unamuno, es la trama misma de la historia”. Mariátegui felicita constantemente la labor de Haya de crear filiales del APRA en toda Indoamérica. Pero es extraña esta posición, porque cuando Mariátegui se encontraba en Europa se dio cuenta que la III Internacional Comunista, no aceptaba que en otros países se erigiera otro movimiento que no sea el Partido Comunista. Eran tan dogmáticos que exigían que todo aquel que se llame revolucionario solo debía alzar la bandera del comunismo. Al final, los ataques del comunismo hacia el APRA y a su fundador no se darían solo en eso años, sino durante toda su existencia.

Es cobardía decir, que Mariátegui repudió a Víctor Raúl, y a los dirigentes apristas que lo acompañaban, cuando bien se sabe, que fueron los apristas quienes apoyaron más a Mariátegui en el proceso de combate contra su enfermedad. Antenor Orrego reunió una pequeña colaboración del Grupo Norte para Mariátegui. Luis Alberto Sánchez pidió que parte de una colecta que habían realizado los estudiantes sea dada al fundador del socialismo. Y, es más, este en el Congreso Constituyente de 1931 peleo porque se le entregara una pensión para la familia del Amauta. Por todo esto que hicieron los apristas, la familia de José Carlos vivió agradecida con el aprismo, y enojada con el comunismo internacional, ya que fueron testigos de cómo la III Internacional comunista insultó e incluso llamó “pequeño burgués” al Gran José Carlos. Pero esto de la ruptura y de la III Internacional es otro tema de contar.

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