Punto de Encuentro

¿Empate catastrófico y cierre del Congreso?

20 Septiembre, 2018

Iván Arenas

De García Linera sabemos que un empate catastrófico sucede cuando dos proyectos – a menudo irreconciliables - se disputan la dirección política en la sociedad. Esta disputa puede durar un año como una década –el tiempo aquí es relativo- y se acaba cuando alguno de estos proyectos se consolida y hegemoniza en el espacio público, político, social o cultural.

Todo el prólogo anterior obedece a tratar de aproximarse al contexto político de nuestros días. Si hay una dictadura esa es la de la coyuntura que con sus nubarrones impide acercarse a examinar las grietas estructurales.

El fujimorismo con Fuerza Popular y el antifujimorismo (encarnada esta vez en Vizcarra, cuando ayer fue en Humala) son las fuerzas que disputan la dirección política de la sociedad peruana. Aunque usted no lo crea son dos fuerzas que no imputan el orden económico.

Curiosamente el fujimorismo y el antifujimorismo son las identidades políticas más importante en nuestros días desplazando a la clásica frontera izquierda - derecha donde se movía la política peruana. De allí se sostiene que en el antifujimorismo puede militar desde un liberal hayekiano hasta un zurdo caviar.

Luego de la aprobación por parte del Congreso de la cuestión de confianza presentada por el presidente Vizcarra se inicia una etapa de imposiblepredicción. Cuando asumió la presidencia Pedro Pablo Kuzcynski y luego de examinar sus primeros movimientos algunos sostuvimos que existía la posibilidad de que no concluyese su mandato. Y así fue. Sin embargo, nunca se creyó que la cruenta guerra entre Legislativo y Ejecutivo pudiese polarizar sobremanera a la sociedad peruana como ahora y el costo de la guerra sería tan alto para ambos bandos (la tortuosa salida de PPK y el desplome en la popularidad de Keiko) Hoy no se trata de adversarios políticos sino de excomulgación.

Se puede decir que el presidente Vizcarra ha ganado la puya en el plazo corto. Me refiero a la cuestión de confianza. Ha reafirmado su legitimidad que es el quid de todo el asunto. En la ciencia política se suele decir que el poder y la legitimidad van de la mano.

Aunque el fujimorismo en la versión keikista lleva ya trece años tratando de organizarse como una fuerza democrática en democracia, respetando los cauces y límites. Desde el antifujimorismo se le ha colocado un veto como el tamaño de una cordillera que hoy amenaza su existencia. El veto ya dura un buen puñado de años. Hemos llegado a un punto donde existe un empate catastrófico que solo puede ser resuelto cuando el antifujimorismo o el fujimorismo obtenga la dirección política en la sociedad. Como decíamos a pesar del éxito de la cuestión de censura, ninguno tiene una hegemonía clara, ni social, ni política ni cultural en la sociedad.

Por tanto, un posible cierre del Congreso en las próximas semanas podría ser el punto de bifurcación (como García Linera le llama al momento máximo) el instante donde el antifujimorismo le doble la mano a Fuerza Popular. De ocurrir ello Fuerza Popular, hoy con una imagen de venida a menos, podría sufrir un golpe muy serio que si amenazaría su capacidad para poder disputar un proyecto político.

Este es el momento histórico para que el antifujimorismo pueda convertirse en una fuerza hegemónica y si uno observa todo lo sucedido hasta ahora podría decirse que vamos camino a un posible cierre del Congreso.

NOTICIAS MAS LEIDAS