Punto de Encuentro

Al jefe de Estado: Levante cuarentena de información

La tolerancia y la democracia no es una marca de fábrica del gobierno. Es conocido, que cuando cuestionan legítimamente sus acciones y medidas usan a sus “mastines”, opinologos para acallarnos. Aun así, me atreveré a exigirle al presidente Vizcarra que ponga fin a la “cuarentena” de información en la que ha sumido al país, ocultando información valiosa que requiere conocer el estoico pueblo peruano. Hace 37 días los peruanos con fe y convicción aceptaron el confinamiento compulsivo, propuesto por el gobierno para paliar los efectos nocivos del COVID-19, cierto es, que esta medida era necesaria para recolocar una estrategia tardía, que por negligencia había obviado la etapa preventiva frente a la pandemia, producto de su incompetencia y falta de equipo en las carteras ministeriales, el “aislamiento social” era la salida urgente para evitar el escalamiento de este letal virus, que tiene costos humanos que nuestra patria no se merece.

Aún así, ante magnánimo gesto de los peruanos, no ha tenido su correlato en el gobierno, actuando con poca transparencia, obviando tendenciosamente información amplia y sería del proceso y de la estrategia utilizada para enfrentar la pandemia. Es moralmente reprochable, más aún, en circunstancias de esta grave emergencia que dolosamente se oculte información necesaria que los ciudadanos deberían conocer, no solo por ser derecho fundamental, sino para legitimar el enorme sacrificio que viene ofreciendo. Las verdades a medias no son verdades y lo único que generan en estas difíciles circunstancias, es confusión y “frustración”, que luego se convierte inevitablemente en indignación. ¿Con que autoridad moral, le puede pedir al pueblo más sacrificio? si le omite la información que requiere para legitimar su entrega y compromiso para derrotar la pandemia.

Es conocido, que en estos días dé confinamiento el gobierno ha destinado cifras históricas de recurso públicos en publicidad estatal, que estuviera debidamente justificada si esta se hubiera puesto al servicio de los peruanos para conocer la evolución del proceso, los alcances de la estrategia y de los puntos efectivos donde se pueden atender los pacientes infectados, para evitar casos que dan escalofrios, como la muerte del excongresista Glider Ushñahua, responsabilidad del gobierno que más temprano que tarde tendrá que responder políticamente. Lamentablemente, el gobierno ha optado por el camino del aplauso fácil, de la adulación y la soboneria que la mayoría de los medios se han encargado de cebar con conocida eficiencia, inclusive, con encuestas de popularidad del gobierno y de respaldo al presidente, que en otro contexto no sería condenable.  Lo que se narra en la mayoría de los medios y en las encuestas no es la información que el pueblo confinado necesita. Acaso no es noticia siniestra que en medio de la pandemia el presidente anuncie que no postulará a la reelección, o que su encuestadora preferida anuncie el alto respaldo al presidente y su gobierno. Nada más absurdo, cuando los peruanos deben estar informado de la cruda realidad de sus hospitales, especialmente los del interior del país, si el equipo de salud que valientemente da la cara ante los infectados cuenta con los equipos necesarios para luchar eficazmente contra pandemia.

Dentro de unas semanas, se levantará la cuarentena sanitaria progresivamente, y mostrará la asombrosa conducta de los peruanos que sin distingo o condición económica han puesto su cuota de sacrificio. No es justo, que en la siguiente etapa que el gobierno propone, se le siga ocultando la realidad y profundidad de la crisis.  Comience a explicar señor Vizcarra porque recortó el presupuesto de salud de 3.3% al 2.2% del PBI. Porque habiendo sido informado del advenimiento de la pandemia no escogió los cuadros adecuados para una gestión de esta magnitud. Esta es una pandemia sanitaria que tiene implicancias económicas, sociales y políticas, porque en varias regiones se ha desplazado a las autoridades civiles legítimamente elegidas, por mandos militares, en la conducción del proceso. .
La información no puede seguir en “cuarentena” con conferencias “arregladas” donde solo responden preguntas por escrito y por sorteo, cuya opacidad, pone en duda la transparencia del gobierno, porque su Ministro de Salud no explica porque el patrón de reproducción es el doble de casos cada 5 días; porque la curva de infectados sigue subiendo. Como van a lograr el aplanamiento de la curva sino explican cómo enfrentarán lo que el Dr. Miguel Palacín le ha llamado “bombas sociales”: a) situación de los mercados b) la cantidad de población que busca regresar a sus terruños c) personas en extrema pobreza que se ven obligadas a salir a la calle porque no tienen para comer.

Es hora de la sensatez, de evitar la “desobediencia civil” que se agudizara inevitablemente sino se le señala un rumbo claro. La crisis sanitaria no acaba aplanando la curva, ni llenando los titulares y encuestas con distractivos oprobiosos, lo grave en lo económico y social está por venir, explique cómo va a apoyar a los cerca de 11 millones de peruanos que viven en la informalidad, que harán para minimizar la destrucción del empleo formal y del empleo independiente, como harán para evitar la dramática cifra dada por el especialista Hugo Ñopo que 2 millones de peruanos se incorporarán a la informalidad. Sino acaba la cuarentena de información; más temprano que tarde la “desobediencia civil” la eliminará.

Milagros Salazar de la Torre

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