La pandemia mundial que vivimos desde marzo de 2020, ha generado que el uso de cubrebocas se vuelva indispensable, que tengamos que lavarnos las manos constantemente y ha obligado a un confinamiento para resguardar nuestras vidas.
La gente sigue ávida de una vacuna, sin embargo, es muy difícil que una vacuna sea desarrollada en tan poco tiempo. Para la elaboración de una vacuna se requieren varios experimentos para comprobar que sea segura y sea efectiva.
Igualmente, una vez desarrollada la vacuna, ésta debe ser i) producida, ii) distribuida, iii) circulada o comercializada, y por último iv) consumida o aplicada.
Si bien, algunos laboratorios como Aztra Zeneca han manifestado que elaborarán vacunas y las venderán al costo, esto es, alrededor de 2.5 euros, esto es, 3 USD aproximadamente; otros, como Merck o Pfizer han dicho lo contrario. Esto deja de ser relevante por el momento, porque aún no existe una vacuna.
Mas, en las noticias han empezado a circular noticias respecto a que algunos gobiernos, tales como Estados Unidos de América, han solicitado comprar 3 millones de vacunas; empero, esta información si bien no es falsa, lo único que genera son falsas expectativas de que la vacuna ya está lista, cuestión que no es verdad.
Lo que quieren decir estas notas sobre la supuesta compra de vacunas, en realidad es que, algunos países están “apartando”, es decir, comprando por adelantado el producto. Esto es, una vez que la vacuna esté lista y haya sido comprobada que es segura y eficaz, los gobiernos de esos países ya han solicitado previamente que quieren ser de los primeros en ser surtidos de la vacuna.
Si bien, aún no existe la vacuna, el hecho de que se esté vendiendo por adelantado la producción de vacunas, es preocupante.
Lo dicho, porque hay países con mucho poder adquisitivo y la infraestructura de un sistema de salud que funciona. Pero en los países latinoamericanos, esta situación no se da, sino todo lo contrario, en los países latinoamericanos hasta se han llegado a ocultar los insumos tales como mascarillas y cubrebocas por los propios titulares o directores de hospitales con el afán de venderlos posteriormente más caros o lisa y llanamente venderlos por otro lado como si fuera su negocio propio siendo que los insumos fueron adquiridos con dinero del erario público.
Esta situación sí que es preocupante, pues estamos ante una pandemia mundial, es decir, que casi todos los países del mundo, que son 194[1], tienen casos de COVID-19, pero la situación económica de cada uno es diferente.
Ahora bien, es complicado saber qué países son los más pobres o con peores sistemas de salud; pero es sencillo el saber que las economías que mueven el mundo, China, Alemania, Estados Unidos, Rusia, Francia, Canadá, Estados Unidos, Japón y Reino Unido, serán los primeros en adquirir las vacunas y en distribuirlas.
Esto es alarmante, pues los demás países del mundo están ante una incertidumbre. Hoy vivimos una crisis provocada por un virus mundial, mañana será una crisis de no saber la fecha en que la vacuna será entregada al país en donde vives. No es un secreto para nadie que el continente Africano ha sido abandonado por todas las grandes potencias del mundo y esto no parece que vaya a cambiar.
Como mexicano me preocupa que la vacuna llegue a mi país, que sea lo más pronto posible.
Pero también como mexicano, estoy consciente que la vacuna llegará 3 meses después que a Estados Unidos -si bien nos va -, o hasta 6 meses después. Esto, si no asaltan y roban el tráiler que las trasportaba y las encuentro antes en el mercado negro o en internet.
Esto parecerá una broma para la gente de Francia, España, Italia, Suiza, Noruega, Canadá, Nueva Zelanda, pero para la gente que vive en México, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y los demás países latinoamericanos sabemos que esto ese el pan de todos los días. En Latinoamérica las promesas no se cumplen y los plazos son eternos.
He aquí el problema, que el derecho a la salud es un derecho fundamental, es un Derecho Humano y como tal debe ser asegurado y proveído por el Estado para sus conciudadanos.
Los países de Latinoamérica tienen en sus Constituciones reconocidos el Derecho a la Salud, el problema, es que esté derecho no se suministra, no se asegura a la población, sino que pasa a ser un lujo del cual sólo un porcentaje muy bajo de la población de cada país tiene acceso.
Lo temible ya no es, ¿cuánto tardará en estar lista una vacuna?, sino, ¿cuánto tardará en llegar a tú país?
[1] Reconocidos por la Organización de la Naciones Unidas.