Punto de Encuentro

Importancia de la atención de la salud mental en tiempos de pandemia

La salud mental en la pandemia se ha visto comprometida en todo el mundo. Como profesionales de la salud sabemos que este año se ha producido un incremente significativo de casos con patologías como la ansiedad o la depresión tanto en niños, adolescentes y adultos.

El COVID-19 ha provocado drásticas modificaciones a nivel educativo, social, en la salud, como también a nivel económico. Incluso, retomar las actividades escolares en el 2021 se ha convertido en un problema que causa incertidumbre y ansiedad en todos los hogares.

Es por ello que una de las secuelas más significativas en la actualidad, es el estrés psicológico. Las causas fundamentales del aumento de la angustia en la población son el: el miedo, la incertidumbre, el aislamiento y los problemas económicos.

¿Cómo afectan estos síntomas?

Los pacientes con patologías mentales previas son los más vulnerables, en donde los síntomas ya mencionados se han agravado en ellos. Por otra parte, hay muchas personas que antes de esta emergencia sanitaria no sufrían alteraciones emocionales, pero ahora sí las padecen. Es por ello que las alteraciones más comunes las podemos resumir en cuatro grupos:

  1. Estrés postraumático.
  2. Trastorno Obsesivo compulsivo.
  3. Ansiedad Generalizada.
  4. Depresión.

El confinamiento prolongado propició la aparición de perfiles de temor y angustia, sobre todo con los rebrotes surgidos en los últimos meses debido a la libertad que el gobierno volvió a dar en ciertas actividades, siendo esta la causa de que muchas personas entren en pánico. Con esto se resume a que la población ha vuelto a:

  1. Tener miedo al salir a la calle.
  2. La aprensión al contagio.
  3. El temor a un confinamiento más estricto.
  4. La gran preocupación por las consecuencias económicas.

Cuando estos síntomas son muy intensos y persisten en el tiempo, se debe acudir a un especialista.

¿Quiénes precisan de ayuda psicológica?

La población más expuesta al virus, como los trabajadores del rubro de la salud, conductores, operarios de limpieza, trabajadores de logística y distribuidores de productos, estos son los que se han visto más afectados en la salud mental en la pandemia. Por supuesto, los que trabajan en hospitales son ejemplo del incremento de estrés postraumático.

Por otra parte, los padres acuden a las consultas porque observan en sus menores conductas desbordadas, como pesadillas, fobia al salir de casa, miedo, frustración, ansiedad e inseguridad, debido a estar expuestos a la sobre información. Tratar de distraernos y de buscar actividades placenteras siempre es una ayuda complementaria bastante eficaz.

Las investigaciones de psiquiatría y psicología que se han realizado en diversos medios durante el 2020, presentan un aumento elevado de las tasas de ansiedad y depresión, muy aparte de todos los síntomas físicos que conlleva el virus en las personas que han sido contagiadas.

Cuando se producen síntomas persistentes tanto en el ámbito psicológico como físico es necesario acudir a un profesional. En dichas situaciones, el objetivo principal es un buen diagnóstico. Luego, el especialista trabajará los síntomas y las patologías que se presentan.

Así pues, al preguntarnos por el estado de salud mental de la pandemia, llegamos a la conclusión de que se ha sufrido alteraciones evidentes. Las palabras que más se escuchan ahora en las consultas de los psicólogos y psiquiatras son el desempleo, muerte y aislamiento. Desafortunadamente, están muy presentes en nuestra sociedad. Se trata de una realidad muy dura y trágica, pero siempre hay un lugar para la esperanza y para trabajar en nuestra resiliencia. Poco a poco, recurriendo a las herramientas emocionales y con la ayuda que sea precisa en cada caso, iremos encontrando puertas para salir de nuestros propios conflictos, renovándonos de manera sana.

Lo que hoy nos toca vivir y la incertidumbre de no saber cuándo va acabar, nos permite improvisar no solo con nuestros hijos, sino en las rutinas en casa, en el trabajo, buscando nuestros mayores recursos para poder lidiar con nuestra nueva normalidad con tolerancia y mucha paciencia.

Melissa Mendoza Borja

Psicóloga Infanto Juvenil y Familiar.

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