Punto de Encuentro

El mendigo sentado

27 Septiembre, 2020

Grover Pango

Grover Pango Vildoso

grover_german@yahoo.es

Aquella sentencia de “el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro” la escuchamos desde que éramos niños y, antes que nosotros, la oyeron otras generaciones. Decían que la había pronunciado un sabio italiano que vivió 40 años en el país y lo conocía bastante, Antonio Raimondi. En consecuencia tenía que ser cierto. La recuerdo como una expresión que mezclaba la compasión con el reproche y en ninguno de los casos me gustaba.

Tiempo después supe que nadie podía afirmar con sustento que la autoría fuese de Raimondi; felizmente. Más aún, ahora se sabe que la misma expresión se utiliza en Ecuador y Bolivia para circunstancias similares.

Por ignorancia o costumbre suele emplearse con una finalidad categórica, de contundencia argumental. Solo que en ningún caso lleva consigo un mensaje estimulante, alentador. A partir de estar “sentados” quiere decir que somos flojos; que tenemos suerte y lo que lográramos no será fruto de nuestro trabajo; que pese a lo que tenemos seguimos siendo mendigos; y que tal vez la fatalidad nos ha marcado para siempre. Es frecuente y muy triste escuchar: “es que así somos los peruanos”. Ergo: nunca seremos nada.

Hay ya estudios interpretativos sobre la frase pero, más allá de eso, creo que nos debiera importar con la finalidad de no repetirla nunca más y desterrarla con nuestros actos. Nos toca mostrar lo formidables que somos trabajando, que no nos sometemos a “la mala suerte”, que sabemos vencer las adversidades, que mañana seremos mejores en todo. Que somos un pueblo que se propone objetivos y los cumple.

No olvidemos jamás que una sociedad es la suma cualitativa de quienes la integran.

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