Punto de Encuentro

La agonía de nuestra República

La República vive el momento más trágico de este siglo, el señor Vizcarra ha tomado el camino de implementar un plan maestro que nos lleva no sólo a la debacle económica sino también institucional política y social y porque no decir, en medio de una dolorosa y grave crisis sanitaria. Acorralado por las gruesas pruebas que los medios vienen publicando y que lo comprometen gravemente con actos de corrupción cuando era gobernador de Moquegua, según lo reportado por colaboradores eficaces que en otro tiempo fueron sus cercanos amigos y que por sus propias versiones acreditan que actuaron como intermediarios para recibir las coimas que Vizcarra solicitaba por la construcción de hospitales y de proyectos de desarrollo y riego, en su región.

La forma misericordiosa con que se le trata ahora, con el falaz argumento de que la democracia no soportaría un nuevo cambio de presidente, aunque el que ahora lo detenta haya devaluado el respeto de la institución presidencial.  Como decía el semanario Hildebrandt en sus trece (23 de octubre de 2020) “a mí me parece que el señor Vizcarra ahora, es un pícaro”.  Claro que sí, es tanta la carga probatoria que va a ser muy difícil que la hoja de ruta trazada por este señor no lo conduzca a la cárcel luego de haber usurpado la primera magistratura del país. He venido sosteniendo que Vizcarra es un mentiroso compulsivo, pero además es un inescrupuloso que ahora quiere cubrir sus corruptelas como un “grave atentado a la democracia”, resulta insólito que quien hasta hace poco se erigía como el Quijote que llevaría el país a lograr desterrar la corrupción, lamentablemente ahora se descubre como un vulgar embustero y descarado solicitador de coimas.

Pero en un gesto delirante, para tratar de ocultar sus trapacerías pretende sorprender a los peruanos diciendo que quienes lo cuestionan “pretenden socavar la democracia”. Al contrario, quienes lo señalan son aquellos que lo adularon especialmente, durante su nefasta gestión al frente de la pandemia. Siempre me he preguntado, que designio desafortunado ha caído sobre los peruanos, no merecemos ser conducidos por un señor que está demoliendo lo poco de institucionalidad que hemos desarrollado durante los cerca de 200 años que nos hicimos a la República y que además nos está condenando a que en el futuro más cercano la mitad de lo que se destina para el presupuesto de la República sea para pagar la deuda externa que irresponsable y dolosamente ha contraído para llenar los bolsillos de empresarios rentistas y de altos funcionarios del régimen que se han enriquecido vil y cobardemente.

El plan del mal está bien concebido, un Primer Ministro que amenaza con tocar la puerta de los cuarteles si es que la solicitud de vacancia promovida desde el Congreso prospera, sería, lo último que hicieran para mostrarse como un gobierno autoritario y corrupto, las Fuerzas Armadas y nuestra Policía no pueden someterse, alegre e impunemente por quién debería ser el primero en respetar el orden Constitucional, la prepotencia delirante del Primer Ministro Martos, no pasará , más temprano que tarde la justicia hará su trabajo. Resisto aceptar que estas conductas se explican porque fuimos Estado antes de ser nación desde 1821.

Milagros Salazar de la Torre

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