Punto de Encuentro

Bellido y Vásquez, la misma ideología, con diferente fustán.

Solo los caviares, los lagartos, algunos empresarios y medios de comunicación acomodaticios, ya conocidos; ahora respiran con un poco de tranquilidad, con la salida de Bellido y de Iber Maraví del gabinete Ministerial. Esta jugada táctica del Presidente Castillo y Vladimir Cerrón, tiene como propósito, tomar un poco de oxígeno ante la avalancha de cuestionamientos al gobierno liderado por estos sectores de interés, preocupados por las consultorías y la publicidad estatal que amenazaba con redistribuirse en al interior del país. No Castillo, ni Cerrón son responsables de que nuestro país sea fallido, sino quienes desde la sombra han manipulado los poderes fácticos, desprestigiando al Congreso para evitar el control y tomando los organismos de justicia para desfigurar moralmente a sus adversarios políticos. Creer que la frenteamplista Mirtha Vásquez, retomará los pasos de los principios democráticos y que ella es una convencida del modelo de economía social de mercado, es una broma de mal gusto. Lo que en la práctica han logrado es canjear un Ministro político como Bellido, amanuense de Cerrón; entregándole el Ministerio del Interior para que desde esa esquina presionen a los órganos de justicia para que no pongan tras las rejas al líder de la organización criminal “los dinámicos del centro” y además, garantizar a los productores de hoja de coca especialmente del VRAEM, que mientras Bermejo controle el Ministerio del Interior; la impunidad se abrirá paso en las zonas cocaleras, negocio redondo de Cerrón, además, con la puesta en escena casi teatral de su bancada “aparentemente” marcando distancia del nuevo equipo Ministerial. No hay que olvidar lo que ha dicho el cogobernante Cerrón: “Juntos por el Perú y los independientes deben darse por bien servidos”, alocución explícita de reacomodo en el manejo del gobierno.

Algunos sectores, como los caviares “sinvergüenzas” que solo buscan tomar las asesorías del gobierno o mejor mantenerse en ellas, han comenzado a frotarse las manos, porque con la llegada de la representante del excura Arana, la anti minera Mirtha Vásquez, no habrá ningún giro hacia políticas sensatas, ni mucho menos un impulso a la economía que cada día se le escapa de las manos a los más pobres. Se ha dicho sin convicción, que la Ministra Vásquez es dialogante; que irónico, su paso por la ventana al frente del Congreso, mostró que ella dialoga solo con sus iguales de ideas; o es que acaso ya no se recuerda que varias veces estuvo a punto de ser censurada, porque no entendió que habiendo sido encargada de la Presidencia del Congreso y ser una bancada minoritaria, debió concertar, no lo hizo porque tiene en su ADN político que a sus adversarios se le enfrenta a cualquier precio. Por eso, nada debemos esperar después de casi 70 días que el país esta frenado por exclusiva responsabilidad de Castillo, Cerrón y compañía.

Lo que quieren es ganar tiempo, para recuperar la iniciativa de seguir impulsando la instauración en el país del modelo chavista. Ahora la representante de Arana ha echado un señuelo sobre las bancadas democráticas en el Congreso; las está convocando para “dialogar”, solo será lo que siempre ha sido: un ritual, no solo para la foto sino para ir avanzando en la recolección de firmas para convocar su famosa Asamblea Constituyente. Le venden al país, que por obra de birlibirloque se acabaran todos sus males y pesadillas. Puede sostenerse con el mínimo sentido de responsabilidad, que las cosas cambiarán porque han sacado a dos Ministros que representaban al CONARE, por otros que representa al líder de los “dinámicos del centro”, y que tienen como mérito que le han devuelto la tranquilidad a los caviares y a los lagartos, que en estos dos meses han venido desde la trastienda arrinconando al gobierno para que no les quiten sus privilegios. La negociación del gas de Camisea es la golondrina que no hace el verano. Los demócratas, no seamos ingenuos, no bajemos la guardia, porque estos comunistas siguen a paso lento marcando inexorablemente la ruta de nuestro país al despeñadero.

Milagros Salazar De La Torre.

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