Decía Salvador Allende que la historia la construyen los pueblos, bajo esa perspectiva en una democracia representativa como la nuestra, esto se reduce a la buena elección de nuestras autoridades políticas, teniendo precisado cuestiones básicas para votar informado y consciente. Sin embargo, en una democracia debilitada como la nuestra es difícil que ocurran dichos preceptos.
Es cierto, que la corrupción es un mal generalizado, pero considero que existe otro concepto que destruye las instituciones; la improvisación. Municipalidades y Gobierno Regionales que no ejecutan ni el 50% de su presupuesto, se llega al poder a ver qué pasa, se desconoce lo básico de gestión pública, no se tiene equipo técnico para llevar a cabo los proyectos básicos para mejorar la vida de los ciudadanos. Además, las instituciones no son centro de profesionalización y meritocracia, eso acrecienta la desconfianza de las personas en la política y peor en las instituciones democráticas.
Primero, se llega al poder con populismo coloquial, ofreciendo cosas imposibles de hacer en cuatro años de gestión. Un principio de la política es vivir con la verdad, sin ella se destruye su carácter científico y aumenta en largo plazo la desesperanza de la sociedad, sobretodo se deben promover constantemente nuevos liderazgos políticos y técnicos, mostrando así la capacidad profesional con la que cuenta la provincia o región. ¿Cuántos nuevos liderazgos han promovido los que han llegado y gobernado Sechura en los últimos 30 años? Sumado a ello, el cambio constante de camiseta política se observa la misma ruta de siempre, divisionismo, enfrentamientos, insultos, nepotismo, pero nada de diálogo con los agentes sociales.
Uno de los mayores males que ha tenido la democracia del país, han sido los caudillismos e individualismos, todos han terminado en fracasos y en aumento de la ineficiencia pública. Los individualistas fijan todo el poderío del movimiento o partido que lideran, en su figura y no en el equipo que lo integra. Ahí viene la demagogia e ineptitud, no decirle la verdad a la población, acreciente la ignorancia que esta pueda tener respecto a la labor de un funcionario público o autoridad política, como un consejero regional o congresista de la república.
Segundo, las nuevas generaciones son instrumentos de potencialización para la gestión pública, no utilización para obtener votos y ofrecer puestos de trabajo a cambio de ello, hay cientos de profesionales capacitados para enrumbar una nueva política donde los conceptos CAPITAL, HUMANIDAD y MEDIO AMBIENTE se combinen. ¿Alguno de los mismos de siempre en la política sechurana, han escuchado mencionar políticas verdes, ecoturismo, desarrollo sostenible, pactos de energía renovable, etc? Si hoy nadie habla de estas cuestiones, no hay futuro de ciudad. Nadie es capaz de convocar a toda la profesionalidad de su localidad a idear un proyecto de gran envergadura, solo se prioriza el carne político o el amiguismo de campaña electoral.
Tercero, la historia nos ha enseñado que cambiar el continuismo de lo mismo de siempre, a enrumbado esperanzas y mejores planificaciones. En el Perú pasó cuando se rompió el poder de los militares en 1872, cuando se acabó con lo que Jorge Basadre llamó la República Aristocrática y se volvió a la ruta democrática. En política hay que entender, que se tiene que estar en constante evolución y renovación de las ideas, pues solo con eficiencia se logrará retomar la confianza de la ciudadanía en la política.
La juventud tiene un rol importante en este contexto, libres de apasionamientos y conocedores de la herramientas digitales e informativas, deben ser los portadores de los nuevos conceptos que mueven al mundo, pueden ellos iniciar una nueva acción institucional de desarrollo donde se integren a todos los ciudadanos. Política es propuesta, argumentación, debate y síntesis, no la famosa frase “yo tengo tanto dinero para la campaña, pero me das este cargo en la lista o puesto público”.
Se pude cambiar la perspectiva que tenemos como provincia y región, se puede ser parte de la limpieza institucional, de una nueva edad de la política local donde se promueva la ciencia y la investigación. Nuevas instituciones con moral y ética, donde los ciudadanos ejerzan el rol principal de fiscalizador de sus autoridades políticas y funcionarios. Dar paso a una nueva voz generacional y a los viejos jóvenes limpios y probos alzar la bandera de un FUTURO DIFERENTE a los que se viene siempre eligiendo y haciendo.