Hace una semana tuvo lugar una marcha para apoyar a la institución encargada de velar por la democracia en el país.
Fue una marcha pacífica que se llevó a cabo a nivel nacional. Esta situación no es un tema menor, porque fue una marcha en la que miles de mexicanos salieron a las calles de lo largo y ancho del país.
La marcha fue convocada porque el presidente ha declarado recientemente que pretende eliminar al Instituto Nacional Electoral (INE por sus siglas).
En columnas pasadas he escrito sobre las funciones de la institución, que ya lleva décadas, con modificaciones al nombre y reformas, formando parte de la vida política del país.
El INE es el encargado de organizar las votaciones presidenciales y dar fe y legalidad de las mismas.
En otras palabras, es él árbitro en las votaciones. Como tal, tiene entre sus facultades el multar a los partidos políticos.
El presidente Andrés Manuel ha atacado en múltiples ocasiones al instituto porque considera que las personas que trabajan en él ganan demasiado dinero. Recordemos que él, al igual que con Chávez o Castro, el gobierno actual argumenta una supuesta austeridad del gobierno.
Escribo que es igual que en los casos de Castro o Chávez, porque el actual presidente es de los pocos mandatarios en el mundo que vive o trabaja en un palacio. Porque trabaja en un inmueble denominado palacio nacional cuyo valor histórico y ajuar son de lujo y de un valor incalculable.
El presidente ha sembrado en sus referencias al INE que al ganar mucho dinero, es una institución que no beneficia al país, sino que le perjudica. Evidentemente, olvida que el INE fue el mismo que lo declaró ganador hace 4 años.
Ante estas acusaciones el país está en un riesgo inminente de transformarse en una dictadura, en un lugar donde reine la voluntad de un octogenario que tiene caprichos cada vez más incongruentes.
Por todo esto, un gran sector de la población mexicana sintió la necesidad de expresarle su molestia al mandatario y fue convocada una marcha en apoyo al INE.
Las represiones del presidente siempre están variadas en el gasto excesivo del INE, sin embargo, su solución no es recortar los sueldos, sino desaparecerlo para que no exista ningún organismo rector de las votaciones.
Entonces, el presidente al ver la magnitud de la marcha en apoyo al INE, convocó a su propia marcha para que la gente que apoyara su idea también se manifestará, lo cual no tiene nada de incorrecto.
México es un país cosmopolita donde convergen una diversidad de culturas, nacionalidades, razas y creencias o ideologías políticas. En un país democrático como México, cualquier ciudadano es libre de expresarse pacíficamente.
Empero, en este caso, la marcha fue un intento del presidente para minimizar el alcance que tuvo la marcha pasada.
En otras palabras, el presidente se está peleando con todos aquellos que piensan diferente a él y está dispuesto a gritarlo al mundo. El evento duro algunas horas y concluyó en el Zócalo.
La marcha fue un acto político al puro estilo del PRI de hace 30 años, que hoy es similar a toda la política que impera en Latinoamérica, el convocar a las masas o hacer parecer que las masas te apoyan y, abrazar, saludar a las mujeres y los niños y las niñas para la foto.
Seguidamente, se da un discurso de sus victorias pírricas y remata atacando de frente a sus opositores.
Ahora que estamos en tiempos mundialistas, es como si Messi o Cristiano Ronaldo dieran una sesión de autógrafos, y todos sus fans lo siguieran religiosamente.
Esta marcha, solo muestra la clara división que impera en México desde que Andrés Manuel tomó posesión del cargo, que en lugar de buscar unir a un país ávido de políticas públicas y económicas que favorezcan al bien común, se dedica a atacar a las mismas instituciones que le otorgaron el triunfo.
México no necesita más marchas, México necesita personas que busquen el beneficio de todo el pueblo y dejar sus intereses propios en el banco, que cuando llegan a esos niveles de política ya tienen bastante guardado para vivir sin preocupaciones.