Punto de Encuentro

La verdadera política, social y democrática

Ahora que en el Perú se viven horas dramáticas y aciagas, con decenas de muertos por la constante crisis política, derivadas de la ignorancia gubernamental, el populismo demagógico, la corrupción institucionalizada y la incapacidad de gestión regional, en la que el marxismo ortodoxo peruano dividido en todas sus tendencias, no hace más que difundir mentiras, odio, violencia y victimización. Y como bien diría Alan García, todo esto “nos hace recordar el dramatismo de la guerra con Chile”, el drama nacional en el que se vivía con incertidumbre, desilusión, miedo, odio, cólera y pena. Hoy en pleno siglo XXI el pueblo humilde y trabajador vuelve a sentir el mismo desconcierto nacional.

Pero la verdadera política social y democrática, debe darle al Perú una nueva agenda social, un hálito de esperanza, una propuesta de paz y justicia social, ajenos al odio, porque el odio viene del temor al otro, y el temor divide y ciega. Porque el que vive del odio, el que vive del rencor, podría hablar todas las lenguas nativas, podría tener toda la fuerza de la violencia con piedras, palos y bombas molotov, pero su reclamo siempre será confuso, falso y negativo.

Ante ello, se debe enarbolar la bandera del porvenir, la actitud de ver el vaso siempre medio lleno. Hoy, en un país convulsionado y dramático, la verdadera política social y democrática, debe ser una catapulta de paz con justicia social. Ya que en la verdadera política no existen enemigos, solamente rivales, que los separan principios, opiniones, pero nunca la satanización del odio, porque eso conduce solamente por el camino del temor a perder, a fracasar, y lo que es peor a contribuir al fracaso del Perú.

Por eso, la verdadera política social y democrática, debe seguir siendo antimperialista, pero un antimperialismo constructivo, ya que el imperialismo es ambivalente, el cual tiene un lado dominante y amenazante, pero al mismo tiempo es dueño de la tecnología sin la cual no se puede dar el salto al desarrollo y el bienestar, que fortalezca el Perú y lo potencie. A quienes odien, debemos responderles con serenidad y firmeza; a quienes busquen guerra civil, debemos declararles la paz para que sepan que la verdadera política social y democrática piensa en otro espacio–tiempo histórico, ya que las verdaderas causas populares ni perecen por el miedo, ni perecen por el tiempo.

Somos el gran Perú de Haya de la Torre, de las heroínas hermanas Toledo, Daniel Alcides Carrión, Pedro Paulet, Ricardo Palma, Antúnez de Mayolo y muchos más; somos el gran Perú de las viejas civilizaciones Chinchorro, Chavin, Moche, Coayllo y Chiribaya; somos el gran Perú del inmenso imperio de los Incas; somos el gran Perú de la batalla de Ayacucho, a donde todos tuvieron que venir para sellar finalmente la independencia del gran pueblo continente Indoamericano.

Por eso la verdadera política social y democrática, debe persistir e insistir en la voluntad de crear una nueva agenda social de paz con justicia social, con profundas reformas económicas, políticas y sociales dentro del marco democrático, debe insuflar confianza y a no tener temor, por qué el desgano, la apatía y el pesimismo debilita la fe en el futuro diferente y eso finalmente, sólo conduce al odio.

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