100 Dinas
A propósito de los 100 días de Dina Boluarte, hemos encontrado diversas versiones de Dinas (casualmente arrojan una cantidad aproximada de 100). Ya que el espacio es reducido, solo vamos a citar algunas de ellas:
- Para la física, la “dina”/centímetro se ha usado para medir tensiones superficiales: A estas alturas es necesario buscar otra medida para medir las tensiones políticas, que, por cierto, no son tan superficiales. La debilidad de “dina” radica en que no puede/no quiere hacer nada para mitigar los focos de tensión en el orden interno y externo. Un colega, hace unos días, me dijo tragándose un “pato a la laguna”: “No le puedes pedir tanto a la señora”. Y parece que es verdad, esta versión de dina no tiene las habilidades políticas suficientes para contener los problemas de seguridad interna mediante un proyecto medianamente sólido. Ni hablar del frente externo, donde hemos sido golpeados brutalmente por la izquierda autoritaria, encima por personajes como AMLO y la abuelita de Piolín, la presidente de Honduras. ¿Y que nos puede decir de sus muertos, Sr. López Obrador?
- La “dinamita”: Y la explosiva dina de campaña evolucionó a la dina con pretensiones de estadista. No pudo aguantar el rostro de felicidad (Dina venció al bótox) cuando le entregó la medalla al premio Nobel acompañado de su (recuperada) familia, luego de extraviarse en Madrid y hacerse la caca en los pantalones[1]. Seguramente, en su estado de senectud, el escritor no se daba cuenta de que la cajera de “Vladi” Cerrón lo estaba condecorando. Uno de los asistentes al acto, me comentó hace unos días, que MVLL llamaba Isabel a Dina, haciéndole unos ojitos chinitos, pensando en los besitos de las buenas noches que le daba la exótica ex esposa de Julio Iglesias.
- “Dinamarca”: El sueño de muchos, convertirnos en un país nórdico. La realización fáctica de la utopía de la democracia social. Da lastima que el frío que muchos peruanos sienten en los pies no sea por andar de camping por algún paraje fantástico de la geografía dinamarquesa, sino por andar descalzos en plena helada a 4000 msnm. Pensar que el sueño de muchos es caminar por esos extraños e impresionantes lugares, al menos hacer escala en el aeropuerto de Copenhague-Kastrup para decir “estuve en Dinamarca”. Pero, regresando a nuestra presidente Dina, seguramente, no tiene esos sueños tan prosaicos: con llegar a terminar el mandato en el 2026 (con el advenedizo Otárola), ella se da por satisfecha.
- Dina: Es el nombre de la única hija del patriarca bíblico Jacob. Suele usarse como diminutivo: Aumentó el número de niñas con el nombre Dina en RENIEC. A las Keikos y las Zaraí[2]s, ahora se les suma el batallón de Dinas. Extrañamente, aparecen muchas nuevas “Dinas” en las zonas altas del sur del país. Ojalá no se les ocurra poner a alguna mina de litio el nombre de “Tablada Dina” o "Dina la grande". Miren que el karma sí existe. A propósito del litio: ¿Alguien se enteró que esos pueblos despreciados del sur tienen en el subsuelo todos los recursos que se necesitarán en los próximos 50 años? Poner en Google: transición energética y recursos naturales.
[1] https://letraslibres.com/ficcion/los-vientos/
[2] Mi esposa, que es lingüista, no me pudo ayudar a establecer si es correcto decir “Zaraís” o “Zaraíes”. Me dijo que haría la consulta a la Real Academia Española o intentaría llamar al cholo de Cabana para encontrar una solución.