México es un país con alrededor de 125 millones de habitantes. El segundo más grande de Latinoamérica, después solamente de Brasil.
La seguridad social del país de divide en dos grandes instituciones: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSTE).
La división es básicamente, para los trabajadores del gobierno y aquellos que no forman parte del gobierno. Una división básica y concreta.
Sin embargo, existen millones de personas que; carecen de un empleo formal o los mismos patrones o empresas contratantes no ofrecen seguro a sus colaboradores y colaboradoras, por lo que carecen de los servicios de seguridad social del país.
Para todas estas personas, existía el Seguro Popular, es decir, que era la institución que atendía a todas aquellas personas que no tenían ningún tipo de seguridad social.
Esta parte es muy importante, pues muestra los esfuerzos del país y del gobierno de proveer de seguridad social a todas las personas aún, sin que tengan el beneficio por parte de sus empleadores.
Igualmente, esta prestación no es gratuita, esta prestación al igual que todas las demás que provee el gobierno es debido a que se sustenta en el pago de los impuestos de todos los ciudadanos y ciudadanas.
Explicaré esta situación para dar claridad; todas las personas que viven en México pagan impuestos, si bien en sus empleos no les descuentan las cuotas obrero patronales de seguridad social, todo producto o servicio que se vende o se comercializa en México tiene algún tipo de impuesto, verbigracia impuesto sobre autos nuevos, impuesto sobre el valor de agregado de los tenis, las playeras, los móviles, la comida, las bebidas, las maletas, los boletos de avión, los estacionamientos, los gimnasios, las escuelas, ósea, todo lleva un porcentaje agregado que paga el adquirente y que es trasladado al gobierno.
Ahora bien, el gobierno invirtió parte de los fondos recaudados en ésta institución denominada Seguro Popular. Al llegar Andrés Manuel López Obrador al poder ejecutivo, fiel a sus caprichos digo creencias, consideró que el Seguro Popular sufría de desabasto de medicamentos al igual que de personal. Él consideraba que la corrupción era la causante de este desabastecimiento.
Cabe mencionar, que ésta situación se da también en las otras 2 instituciones de seguridad social en el país.
Entonces, el presidente decidió que es óptimo crear una nueva institución, una creada e impulsada por él y su partido.
Por lo anterior, en al año 2020 desaparecieron el seguro popular y crearon el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), en el cual no habría corrupción, en el que se tendrían siempre médicos y medicinas para todos y todas. Un lindo discurso de demagogia como buen político.
Actualmente, a tan sólo 2 años y meses de su nacimiento, los mismos diputados han decidido desaparecer el INSABI y crear otra institución.
Seguramente el lector se pregunta por qué desaparecer una institución que acaba de ser creada por el partido predominante en la República Mexicana, la respuesta es muy sencilla, porque no hay medicamentos, no hay insumos, vaya ni siquiera les dan plumas a los doctores y doctoras para escribir las recetas a sus pacientes.
La flamante solución de los países en desarrollo, destruir y volver a intentarlo, como si fuera un juego de monopolio y no existieran pacientes con enfermedades crónicas que requieren estar medicadas de forma constante y algunas permanentemente (tales como el cáncer).
Este sexenio está marcado en la historia política de México por ser el sexenio con más cambios de opinión y de planes en un lapso de 6 años.
Le quedan menos de 2 años al presidente y ya está impulsando otra institución, lo cual demuestra a los conciudadanos y conciudadanas que el problema no era ni el PAN ni el PRI, el problema es la política que impera.
Reitero, las instituciones no son las que adolecen de utilidad sino, que son las políticas implementadas por nuestros representantes las que terminan por desmantelar cualquier fundación, organismo o establecimiento creado para ayudar a los gobernados.
La falta de insumos, de vendas, de vacunas, de hospitales, se debe a una razón muy simple, el robo o desvío de recursos por parte de las personas que deben administrarlos.
Mientras en México sigan imperando políticas públicas implementadas por personas que anteponen su interés propio en lugar de políticas económicas que favorezcan a la mayoría de la población a largo plazo, seguiremos otros 100 años hundidos en los mismos problemas, esperemos que las próximas elecciones sean una muestra que sí es posible hacerlo.