Milei: un gurú lingüístico, zurdos de m...

Javier Milei no solo es el presidente más votado en la historia de Argentina, sino también el que más usó adjetivos calificativos contra los representantes de la zurdería corrupta, encarando a estos con un lenguaje vulgar pero con argumentos y datos precisos, desnudando a la fauna política-hipócrita argentina, que no han tenido capacidad de reacción en ningún debate, frente a un Milei  directo y ofensivo.

A Milei no le ha importado ser un político tibio, ni políticamente correcto, pues eso ha sido nefasto para su país. Se alejó de la delicadeza política, de los que usan eufemismos y que se ofenden, se victimizan y con cinismo se rompen como un cristal, cuando se les enfrenta con valor e inteligencia. Ha insultado a los zurdos sin piedad, sin filtro y a todo pulmón, se ha convertido en un gurú lingüístico, los ha llamado "casta corrupta", "zurdos de m...", " zurdos parásitos", varias mentadas de madre, etc. Estos no pudieron  réplicar al líder libertario, no tenían argumentos, porque Milei se los apropio usando las mismas formas del zurderío y en su propio terreno, pues ese es el estilo comunista del insulto y la diatriba. No comparto las barbaridades del lenguaje de Milei, sin embargo técnicamente no son insultos, ni encuentro otros calificativos más acertados en esa coyuntura para definir a esa plaga.

Ha sido crítico con la derecha tradicional y les ha expresado que son parte del coro de los correctos y cínicos, y al empresariado los ha calificado de "empresaurios" y estos preferían a un Milei, ladino y taimado. Con su verbo nada florido, de hecho no es parte de la intelectualidad y de los sabios de escritorio, pues su lenguaje no es para ellos, sino para el argentino de a pie, del que vive del día a día, que está dentro del 40 % de pobreza y que ha identificado quienes son los "chorros" (ladrones) del estado.

Su carácter explosivo no es tan igual que Trump y Bolsonaro, va más allá. Milei es un fenómeno político (título de mi siguiente artículo) que sin estructura ha llegado al poder, solo con un lenguaje de confrontación y un relato radical en contra del estado, tan igual que los zurdos (vale decir también comunistas) y con conocimiento de la debilidad de estos. Espero que Argentina retome el camino del progreso, y con su nuevo presidente libertario, lejos de la pasión de candidato, pueda tener sabiduría para enfrentar lo que se viene cuando esté sentado en el poder.