En Lima más que Muñoz o AP, ganó la necesaria política vs. la antipolítica psicotrópica de Urresti y sus secuaces.
Después del extraordinario 2do Gobierno de Alan García y el APRA (2006 -2011), otro “partido tradicional” gana una elección importante: la Alcaldía de Lima Metropolitana. En medio de una política cotidiana de 2do nivel, que ha hecho del golpe artero, la mentira, el histrionismo y la ignorancia sus principales características, el triunfo de una agrupación política es una sana señal para el país y su posibilidad de Gobernanza.
En ese marco, PdE les comparte su lectura “a boca de urna” de la significación de los resultados electorales.
Lo Bueno: Retornan los Partidos Institucionales. Naturalmente que la Lampa y AP son y significan muchísimo más que Muñoz como político individual (además invitado a la lista).
Es una clarinada que abre la partida para las otras agrupaciones políticas institucionales que existen en el Perú, principalmente el APRA y el PPC, señalando que no solo hay un camino, sino que hay un amplio espacio ciudadano y popular que están en busca de una representación más vinculada y trascendente a sus intereses y valores. Hay un electorado en busca de un Partido. Ya comienzan a agotarse los membretes mercantilistas disfrazados de agrupaciones “políticas”.
El otro lado positivo de los resultados de la actual elección Municipal limeña, es la derrota del impresentable Urresti. Con él, fue derrotada la política entendida como sicariato comunicacional, la inmunda capacidad de generar falsedades y psicosociales a tres por día, y –finalmente- es la derrota de sus oscuros aliados que ya habían comenzado a celebrar: Vladimiro, la Villarán y la pareja procesada Humala –Nadine.
Lo malo: Con Muñoz pareciera que vuelve a aparecer la cabeza de la hidra de la corrupción que ha desangrado los recursos públicos del país: el grupo Graña, asociado a GyM y a Odebrecht.
Lo último que necesita Lima en estos momentos, después que la Villarán (y con ella la Glave, ojo al piojo) subastara a precio casi delincuencial las vías de Lima a Odebrecht, es un Alcalde que pueda estar asociado a los intereses de la corrupción y la Plutocracia.
Crucemos los dedos para que Muñoz comprenda que ha sido electo por Lima, para defender los intereses de la ciudad, y que esa debe ser su clara posición ante todos los contratos de infraestructura que le toque revisar y disponer como nueva autoridad municipal.
Lo feo: El desplome o la implosión del partido naranja deja un gran espacio popular vacío en busca de una identidad y representación. La señora Keiko ha demostrado una muy alta capacidad de desacierto político en estos dos últimos años. Las falla todas. La paradoja es que el partido que tiene una mayoría abrumadora en el Congreso, tiene + - un 2% de respaldo municipal en Lima.
Proyectado a nivel nacional, ese vacío es la sangre que en estos momentos están oliendo los lobos y hienas de la antipolítica, financiados y construidos en gran parte por la Plutocracia. Su principal representante para el 2021: Guzmán, naturalmente.