Este año se priorizará estabilizar el empleo y garantizar el nivel de vida de la población, en medio de la incertidumbre mundial por el COVID-19
Por AUGUSTO SOTO*
En un día histórico, China anunció que no establecerá una meta específica de crecimiento económico para 2020, aunque hará todo lo posible por alcanzar las metas de desarrollo en la lucha contra la pobreza y por lograr el estatus de sociedad modestamente acomodada. Así lo indicó el primer ministro Li Keqiang en la lectura del Informe sobre la Labor del Gobierno, presentado el 22 de mayo en el Gran Salón del Pueblo en Beijing.
Su discurso dio inicio a la celebración de la tercera sesión de la XIII Asamblea Popular Nacional (APN), el principal acontecimiento en el calendario político chino y que concitó más que nunca la atención internacional debido a la gran incertidumbre causada por el COVID-19 y sus efectos en el entorno económico y comercial mundial. Li explicó que la decisión de no incluir una meta de crecimiento específica se adoptó debido a que el país se enfrentará a algunos factores de desarrollo hoy difíciles de predecir. Al fin y al cabo el evento se había aplazado dos meses debido a la pandemia.
Planes proactivos
Sin embargo, esto no significa que no haya un plan en la segunda economía del mundo, que a lo largo de esta década ha venido representando casi un tercio del crecimiento económico global y que actualmente enfrenta, junto con el resto del mundo, las consecuencias del COVID-19. El plan existe y se ha propuesto adaptarlo para ejecutarse en la nueva situación. Así, se tomará como prioridad durante este año estabilizar el empleo y garantizar el nivel de vida de la población, buscando crear más de 9 millones de nuevos puestos de trabajo en las ciudades y poblados, previéndose que la tasa de desempleo se mantendrá en alrededor del 6 %. Así mismo, para estabilizar el empleo, China financiará la formación profesional, concediendo más de 35 millones de oportunidades de formación laboral en 2020 y 2021, según detalló Li Keqiang ante los casi 3000 delegados a la APN congregados en Beijing.
Li anunció que el objetivo de inflación se establecerá en el 3,5 % (el índice de precios al consumo en 2019 mostró un alza del 2,9 %). En tanto, el objetivo de déficit fiscal se estableció en un 3,6 % (frente al 2,8 % en 2019), y también se anunció la emisión de bonos del tesoro especiales por un valor de un billón de yuanes (equivalente a 140.000 millones de dólares). En tanto, los gobiernos locales podrán emitir bonos especiales por un total de 3,75 billones de yuanes (unos 525.000 millones de dólares), frente a los 2,6 billones de 2019.
La lectura del informe fue hecha ante la presencia de casi 3000 legisladores nacionales y con la presencia paralela de más de 2000 asesores políticos. La cita de la APN, el máximo órgano legislativo del país, que concitó la atención mundial y estuvo precedida por la celebración de la tercera sesión plenaria del XIII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPPCCh), concluyó el 28 de mayo, en un contexto en el que la vida y el ritmo laboral han readquirido un significativo ritmo a nivel nacional.
Es interesante consignar que para los principales asesores de Gobierno, el objetivo de reducir la extrema pobreza sigue siendo factible porque su proporción se ha reducido de más del 10 % a menos del 0,6 % durante la pasada década. El desafío siguiente bien podrá ser evitar que, como consecuencia de la pérdida de puestos laborales provocados por la pandemia, haya una población expuesta a recaer en la pobreza. He allí un nuevo desafío, planteado en un año en el que concluye el XIII Plan Quinquenal 2016-2020 y se inicia el siguiente.
Respuesta ante
el COVID-19
En su informe, el primer ministro también rindió un homenaje a los más de 40.000 médicos y enfermeras, así como a los operadores logísticos de todo el país que contribuyeron a mantener la disponibilidad de suministros médicos y alimentarios que posibilitaron a la provincia de Hubei y su ciudad capital, Wuhan, implementar tratamientos, maximizando así la tasa de curación y minimizando la tasa de mortalidad. Asimismo, Li resaltó la activa participación china en la cooperación internacional, que a día de hoy incluye información oportuna, transmisión de tecnologías, prácticas de prevención y equipamiento sanitario. En resumen, del discurso se desprende que China está decidida a ejercer una gobernanza sanitaria más eficaz tras las lecciones aprendidas durante la epidemia y cuya adaptabilidad, particularmente en los últimos meses, ha suscitado admiración mundial.
Cabe destacar que en las horas previas a la inauguración de la APN, la CPPCCh ha intercambiado puntos de vista a partir de distintas propuestas que incluyen acelerar la mejora de la legislación sanitaria, optimizar la capacidad de respuesta rápida durante las emergencias, así como el monitoreo de eventuales epidemias. También, coincidiendo con el informe de Li, se ha abogado por un mecanismo que integre la medicina china moderna y tradicional en la prevención y control, y por mejorar el desarrollo de hospitales especializados.
Una reactivación
fundamental
En el informe se ha recordado el impacto de la irrupción del COVID-19 en la economía mundial, hoy en una severa recesión que ha interrumpido las cadenas industriales y de suministro y ha causado una contracción en el comercio internacional y la inversión. Ante la actual coyuntura, Li ha enfatizado la necesidad de mantener la integridad ideológica, defender la autoridad del Comité Central del Partido Comunista de China, así como la posición central que ocupa el presidente Xi Jinping, y pensar en términos holísticos.
Tal como señaló el ministro de Comercio, Zhong Shan, indudablemente la pandemia ha dado un golpe a las inversiones transnacionales y China también enfrenta desafíos para atraer nuevo capital extranjero. Sin embargo, la crisis no ha destruido los clásicos activos del país: una amplia mano de obra y una alta calidad de sus distintos segmentos laborales, además de una sólida capacidad industrial más un mercado de 1400 millones de personas.
El documento de apertura de la APN también resaltó el papel del país en el mundo, al destacar que China enfrentará desafíos como nunca antes. Ante ellos resaltó la importancia de la cooperación internacional. Así, destacó el multilateralismo desplegado por Beijing durante el último año y saludó la celebración del Segundo Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, la Cumbre de Líderes del G20, la cumbre del BRICS, la celebración de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia, la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai, las reuniones de líderes de Asia oriental para la cooperación, la cumbre China-UE y la reunión de líderes China-Japón-Corea del Sur.
Como colofón, es relevante destacar que la ceremonia de apertura de la APN se produjo tres días después del discurso del presidente Xi Jinping ante la 73.ª Asamblea Mundial de la Salud, en donde delineó los aspectos fundamentales de la contribución de China en la lucha global contra el COVID-19, y pocos meses antes de la celebración del primer centenario de la fundación del Partido Comunista de China, en 2021.
*Augusto Soto es director de Dialogue with China Project y representante de China Hoy en España.