Punto de Encuentro

La Política Peruana perdió el juicio… (Sobre las mediáticas “condenas mediatizadas” a políticos).

El 24 de julio pasado el Fiscal cursó orden de embargo sobre los bienes del exPresidente Alejandro Toledo, por el Caso Ecoteva. Pese a las contradictorias e inusitadamente perjudiciales declaraciones que “el cholo” realizara reiteradamente contra sí mismo, es obvio que por ahora, no se ha demostrado el origen ilícito del dinero, por ende, proceder a embargar las cuentas del expresidente es una medida judicialmente desproporcionada, basada en una clara “condena mediática” que poco o nada tiene que ver con la justa y ecuánime aplicación de la ley. Todos los medios se han hecho eco del comentario popular respecto a este embargo bancario: “Toledo ya fue…” Y ese mismo fue por cierto, el comentario que se empleó contra Fujimori años antes, cuando en base a muchas y muy diversas irregularidades procesales, se condenó “al chino” por lesa humanidad, mientras él gritaba desesperado: “Soy inocente, soy inocente”.

Pese a tratarse de antagonistas políticos, los casos Toledo-Fujimori son muy parecidos en su “modus operandi”. Se empieza un largo proceso de investigación, plagado de filtraciones, dimes y diretes, para hacer concluir a la opinión pública que la persona es culpable. Acto seguido, se le condena mediante algún subterfugio legal tirado de los pelos. En el caso del expresidente Fujimori, se le achacó la “autoría mediata” (es decir, indirecta o lejana) de los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos, y se le condenó por “lesa humanidad” con la pena máxima (a 25 años),  sin haber pruebas objetivas al respecto, simplemente por lo que declararon terceras personas tan poco fiables como la Pinchi Pinchi o Montesinos. Obviamente se trata de una “condena mediatizada” ya que los medios de comunicación terminan “manoseando” tanto las vidas y casos judiciales de los implicados que, manipulan/ controlan la libertad de acción de jueces y fiscales forzando una condena a cualquier precio, aunque sea procesalmente improcedente.

Ahora con Toledo, el origen lícito de dinero ha quedado más que demostrado, gracias a su amigo Maiman. Pero como el consabido festival de declaraciones toledanas fue previo a la lógica y bien estructurada defensa del “cholo Toledo”, el recurso al amigo Maiman quedó catalogado de mero subterfugio o apaño, de forma que el resultado final ha sido su inevitable “condena mediática” porque, para todo el mundo, Toledo ya era culpable y a los fiscales y jueces sólo les cabía “condenarlo” por la presión/manipulación aplicada por la opinión pública sobre el caso. En síntesis: los jueces se convierten en meros verdugos azuzados por la turba, sanguinarios justicieros que se apartan del estricto cumplimiento de la ley, con tal de condenar al supuesto culpable a cualquier precio, emitiendo una “condena meditizada”.

Obsérvese que, en general, los principales candidatos a la presidencia o expresidentes peruanos, han sufrido una suerte de acoso judicial similar. Pero a diferencia de Fujimori y Toledo, algunos han sabido, al menos hasta la fecha, hacer valer sus derechos al “debido proceso”, incluso han logrado la “prescripción” de muchos cargos de los que fueron declarados culpables. Es el caso de Lucho Castañeda y “Comunicore”, donde no se le condenó pese a que todo indicaba una “autoría mediata” a lo Fujimori, de forma que el juicio llevó a la cárcel a muchos de sus colaboradores, excepto al propio Castañeda.  O la decena amplia de casos contra Alan García, donde la prescripción, o los fallos registrados en el “debido proceso” siempre han jugado a su favor: Tren Eléctrico, Canal 13, Dólares MUC, Reconstrucción de Ica, Collique, Emblemáticos, Petroaudios, Narcoindultos, etc., etc. De los cuales, tres casos podrían derivar en acusaciones de “lesa humanidad”: las masacres de Lurigancho, Frontón y Bagua. En conclusión: para la opinión pública los jueces en este tipo de casos, hacen de cómplices, se corrompen y no condenan, porque se han vendido o ayudan incorrectamente al supuesto culpable.

Así las cosas, pareciera que en el Perú, si existe un juicio a un político, sólo caben dos opciones: o se le condena injustamente (“linchamiento político”) o se le absuelve injustamente (incurriendo en connivencia, cohecho, corrupción judicial o leguleyadas para dejarlo libre por simple dejación de funciones). Y esta triste situación, resta toda credibilidad al Sistema Judicial peruano y, de paso, al propio Sistema Democrático representativo. Por lo tanto, puede y debe evitarse, recurriendo a la única medida posible: reducir la “sobreexposición mediática” de los procesados.

Una paradigmática estrategia de “perfil bajo” es la de Lourdes Flores Nano, que está involucrada en el Caso Cataño, por lavado de activos. César Cataño, el millonario de los carros de segunda mano con los timones cambiados de lado, es sospechoso de lavar 42 millones de dólares en aviones comerciales entre el 2007 y el 2011, mediante su línea aérea Peruvian Airlines. En dicha línea aérea trabajó como Presidenta del Directorio Lourdes Flores, entre los años  2007  y 2009 aunque su renuncia no se hizo oficial hasta el 13 de enero de 2010, poco antes de las elecciones municipales.  Ya en la campaña electoral municipal, entre el televisivo Jime Bayli (por entonces en Frecuencia Latina) y el grupo de investigación de “El Comercio” fueron hundiendo a la brillante abogada defensora de Cataño, al demostrar que su mejor cliente había cambiado de identidad (nombre, apellido y lugar de nacimiento), para ocultar sus antecedentes como narcotraficante. Como Lourdes ejerció durante varios años, como abogada defensora de César Cataño, antes de ocupar el sillón de directorio de Peruvian Airlines y ser corresponsable del posible blanqueo de activos, su situación es ahora, especialmente delicada... Forzada por el escándalo, Flores renunció a sus cargos en el PPC y actualmente mantiene perfil bajo (como simple militante) y en ocasiones fugaces hace de comentarista política pero ya no es candidata, menos presidenta del PPC (renunció en noviembre de 2011 cuando se la incluyó como parte en el juicio). El resultado: casi nadie menciona ni hace seguimiento del caso porque ella ya no es una figura política en activo. Y no obstante, el juicio continúa…

Otra que gestiona muy hábilmente los medios es Keiko Fujimori. Pese a que el Gobierno de Humala la ha investigado hasta la saciedad, la blindada candidata mantiene un aceptable tren de vida con los supuestos diez mil soles mensuales de pensión que le pasa su partido político.  Recientemente se descubrió que su marido, no dispone de ningún tipo de ingreso propio, ni profesional ni laboral. Tampoco de cuentas bancarias o tarjetas de crédito a su nombre. Es decir, el marido financiera y económicamente hablando, no existe. Y no obstante, ambos mantienen un alto tren de vida, con casa, carro, hijas, viajes, gastos, servidumbre, etc. La policía intenta involucrar a Mark en algo malo, pero por ahora, lo tiene difícil, porque “no ser”, en estos casos, es la mejor estrategia para un político. Y tanto él como su esposa, no son nada de nada, desde el punto de vista de los negocios. Sinceramente, no ser o no tener, en ningún caso, es un delito. Puede resultar confuso, extraño, perturbador, pero nunca incriminante.

Finalmente la Primera Dama, Nadine Heredia, ha sufrido una persecución mediática realmente intensa en los últimos meses. Era la mimada de la prensa hasta que aceptó la Presidencia del Partido Nacionalista y se empezó a demostrar de forma fehaciente, que iba a ser candidata a la Presidencia de la República. Entonces la prensa fue destapando un sinfín de situaciones económicas irregulares respecto a su patrimonio y nivel de gastos. Acosada, Nadine acaba de hacer una jugada maestra a todos los que la estaban investigando. En primer lugar, ha conseguido un recurso de amparo, para que el Congreso no la llame más a la Comisión Martín Belaúnde Lossio. Y en segundo lugar, el Poder Judicial acaba de anunciar (30.07.2015) que retira la prisión preventiva a MBL, es decir, que queda libre, por un error de forma en su repatriación de Bolivia… Tal vez a esto se refería MBL cuando decía que no pensaba hablar ni decir nada… ¿Estaba haciendo tiempo hasta que lo soltaran?

Pese a nuestra natural desconfianza en el Poder Judicial peruano, la intromisión mediática en los juicios, incluso perjudica la calidad y fiabilidad de las pruebas y procesos judiciales, restándoles toda validez, al aplicarse prácticas ilegales en la obtención o difusión de supuestas pruebas inculpatorias. Tampoco se puede ganar en los tribunales, lo que se perdió en las urnas. Muchos Gobernadores Regionales son actuales víctimas, de largas estancias carcelarias sin juicio de por medio. Simplemente es una esperpéntica ceremonia de la sin razón. Sin duda, la política peruana “perdió el juicio”.

Todo ciudadano tiene derecho a la “pretensión de inocencia”, sea político en ejercicio o no.  No podemos forzar la ley para condenar a un investigado, recurriendo a falsas pruebas, frases fuera de contexto, falsas grabaciones, burdos montajes de supuesto emails, whatsapp, etc. Tampoco se puede recurrir a leguleyadas como supuestos testigos que se acogen a sabe Dios qué privilegios con tal de hundir al odiado o vilipendiado político de turno. No se puede condenar a nadie en base a meras conversaciones de terceros o delaciones sin sentido… Obviamente, impartir justicia es difícil y el requisito  indispensable es que todo lo que esté subjurice sea abordado por los medios de comunicación de una forma mucho más respetuosa y menos sensacionalista, para evitar que la justicia se vuelva un circo. La prensa no puede airear los juicios ni sentenciar en paralelo. Falta obviamente, legislar al respecto. No pedimos mordaza, sólo sordina, para que el negociado de las portadas de la prensa amarilla, no resulte tan ensordecedor y estridente, que perturbe el derecho a un juicio justo.

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