El próximo domingo 27 son las elecciones regionales catalanas (en España). Y algo que debería resultar rutinario está convirtiéndose en una especie de ¡referendum decisivo para la independencia catalana del Reino de España! En su reciente visita a Estados Unidos, el Rey de España Felipe VI, se reunió en la Casa Blanca con Barack Obama (17.09.2015), y ante la prensa de todo el mundo, el Presidente de EUA le brindó públicamente la siguiente frase de apoyo: «Estamos profundamente comprometidos a mantener la relación con una España fuerte y unida».
Lo cierto es que muchos politólogos y sociólogos españoles dicen que el independentismo catalán, al igual que el vasco (y en menor medida el gallego), son herencia post-franquista, una especie de venganza histórica hacia todo lo que representó una Dictadura Falangista que durante cuatro décadas persiguió toda identidad nacional, étnica o cultural en España, que no fuera la castellana. Y de esos vientos, se cosecharon estas tempestades, de forma que se pasó de perseguir con Franco el uso de la lengua catalana, a perseguir ahora, en democracia, el uso del castellano en Cataluña. Tan pronto el Estado de las Autonomías actual (una especie de régimen Federal que rige en la España democrática), otorgó a las regiones (17 Comunidades Autónomas) la prosperidad y autonomía suficientes para autogobernarse casi totalmente, dos de éstas se vengaron del pasado centralismo, siendo más y más irredentamente independentistas: Catalunya y Euskadi (País Vasco).
El pasado 18.09.2014, hace prácticamente un año, se celebró en Escocia un Referendum para la Independencia que ganaron por estrecho margen, los favorables a mantenerse como parte del Reino Unido. Y los independentistas catalanes siguieron de cerca, con verdadera ilusión, la consulta escocesa, intentándola remeda en Cataluña, el pasado 09 de noviembre de 2014, pero los mecanismos constitucionales del Reino de España lo impidieron entonces.
Para ese “impasse”, el President de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, ha diseñado otra salida independentista antisistema. Ha creado una coalición electoral denominada “Junts pel SI” (“Juntos por el Sï”) formada por los partidos regionalistas más fuertes (Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Demòcrates de Catalunya y Moviment d'Esquerres); cuyo objetivo es la declaración de la independencia de Cataluña si llegan a formar mayoría en las Cortes Catalanas (Parlamento Regional).
Lo cierto es que la coyuntura actual, tanto en España (grave crisis económica y débil liderazgo de Rajoy) como en Cataluña (la Región más endeudada de España, plagada de escándalos de corrupción), no favorece un análisis sereno al respecto, ya que tanto Madrid como Barcelona, usan el independentismo catalán para lograr cerrar filas en torno a sus debilitados gobiernos.
Pero me temo que detrás del fenómeno catalán, pudieran darse causas más estructurales que coyunturales, y que una vez más en la historia, a España le tocaría ser pionera de los cambios que revolucionan la historia universal, tipo la expulsión de los árabes de Europa, la Conquista del Nuevo Mundo, etc., etc.
España, que fue ejemplo de pionera de la unificación nacional en Europa, según “El Príncipe” de Maquiavelo, podría ser ahora la pionera también en desintegrarse como Estado-Nación europeo... ¿Qué ocurriría si, a largo plazo, la existencia de un ente supranacional como la UE, favoreciera el independentismo de las diversas regiones que componen los antiguos Estados-Nación que se agrupan en la UE? Porque obviamente estos Estados-Nación actuales, se configuraron en plan “orden civilizatorio” para unir sincréticamente a diversas culturas en el seno de un gran País o un gran Imperio, capaz de hacerlas prosperar en un Mercado Común con normas, medidas, monedas e instituciones comunes eficaces, de cara a garantizar el Bienestar General. Pero ahora resulta que el proceso postmoderno del orden Global, promueve la creación de grandes bloques multinacionales, como la Unión Europea, que realizan a escala continental, lo que antes hacía por tí tu propio Estado-Nación: el EuroParlamento, la Comisión Europea (Ejecutivo Multinacional), el Banco Central Europeo (moneda única, el euro), etc., etc. ¿Para qué mantener una pesada y vacua doble estructura estatal, con parlamentos y ejecutivos al mismo tiempo a nivel Nacional y Regional, si competencialmente todo ello ya se decide a nivel multinacional en Bruselas y Luxemburgo? En la Unión Europea muchos países miembros tienen parlamentos y ejecutivos regionales con altos grados de autonomía (por ejemplo, España y Alemania). Cabe la lógica tentación de algunas regiones, de independizarse y depender directamente de la protección de la UE, porque aparentemente, ya no hay necesidad de ser protegidos por el Estado-Nación que hasta ahora les integraba...
En el caso catalán el problema se agrava, por una sempiterna rivalidad con el resto de la Península Ibérica. Pese a la profunda imbricación económica y sociocultural de Cataluña en España, lo cierto es que muchos catalanes mantienen una especie de relación amor-odio con la Península. Para colmo, ahora muchos comentaristas de radio y tv en España y Cataluña se están dedicando a decir sandeces, comentarios de coyuntura, chismes y piques personales sin importancia que terminan enconando aún más el enfrentamiento mutuo. Lo cierto es que existen tres factores concomitantes al origen de todo Estado-Nación que Cataluña posee claramente:
1) Existe una fortísima “cultura catalana” que nuclea a los catalanes y los moviliza a favor de su propia identidad histórica. Por ejemplo, la primera “lengua” de España fue la Lengua Catalana, ya que el primer texto romance (no latino) publicado fue las Homilías de Organyà como pergamino a finales del siglo XI, mientras que el equivalente castellano, El Cantar del Mío Cid (firmado por su transcriptor, Per Abad), data de finales del Siglo XII. La primera novela de caballerías fue en 1490: “Tirant lo Blanch” (“Tirante el Blanco”) de Joanot Martorell , mientras que la primera novela castellana, fue la romántica y picaresca La Celestina de Fernando de Rojas (1499). Por cierto, la excepcional primera parte de “El Quijote” se editó mucho después, en 1605... También hay gastronomía, vestuario, pintura, música, festividades y tradiciones claramente catalanas. Identidad cultural, no les falta...
2) Existe una numerosa y poderosa “burguesía catalana” respaldada por una “intelligentsia catalana” (académicos, intelectuales, pensadores), que intentan por todos los medios institucionales e ideológicos, controlar la economía y la política en su territorio. Desde la Edad Media, tenían sus propios fueros y no pagaban impuestos al Rey de España hasta que el cambio de Dinastía, hizo que el Rey Borbón Felipe V, los invadiera militarmente e hiciera tomar Barcelona en sangrienta batalla, incorporándolos definitivamente, tanto fiscal como económicamente, al Reino de España. Ese día (11 de septiembre de 1714), es recordado insistentemente por la burguesía e intelligentsia regional catalanas, como la “Diada”, y es la “Fiesta Nacional de Cataluña” (aunque se trate de recordar una sangrienta derrota). Obviamente, la clase dirigente catalana gusta de mantener las heridas abiertas y sigue siendo, en fondo y forma, independentista...
3) Finalmente, existe una “identidad política catalana” que data de los siglos VIII y IX d.C., cuando el Imperio Carolingio dio su apoyo a ciertas localidades catalanas y pirenáicas, para que fueran el baluarte que los separara de la invasión árabe de la Península Ibérica. A esa identidad regional se le llamó “Marca Hispánica”. Es decir que, desde hace más de once siglos, ser catalán es ser sinónimo de oposición a todo lo que viniera de la Península, y alianza tácita con Francia y otros reinos europeos que se contraponían a la unidad de España (entonces musulmana). Posteriormente, el Reino de Aragón, fue fundado por Jaime I el Conquistador (que por cierto, nació en Montpellier, Francia), a base de conquistas y más conquistas, incorporando bajo su corona los territorios de Aragón, Cataluña, Valencia, Murcia y Baleares a mediados del Siglo XIII. Desde entonces, el Reino controló comercialmente gran parte de las rutas del Mediterráneo, especialmente con el norte de África e Italia. El hecho de que la capital se trasladara de Zaragoza a Barcelona, fomentó aún más, si cabe, el uso de la lengua catalana y la gestación de una burguesía e intelligentsia (clase dirigente) catalanas. Finalmente, la unificación española se produjo cuando Fernando de Aragón (descendiente de Jaime I) se desposó con Isabel de Castilla, en 1469, prácticamente dos siglos después de creado el Reino de Aragón. Pese a que el escudo de la España unificada tenía como lema “Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”, lo cierto es que era un simple matrimonio de conveniencia en el cual, las coronas se ejercían por cada uno de forma individual, motivo por el cual, la unificación auténtica del Reino de España sólo se produjo cuando Fernando de Aragón cedió todos los títulos dinásticos (los de los Reinos de Aragón y Castilla), a su nieto Carlos I de España (Carlos V de Alemania). Así, dos siglos antes de que naciera el Reino de España, Cataluña (como parte del Reino de Aragón) ya contaba con bandera (“la Señera”), himno, instituciones de autogobierno , etc... Conclusión: tiene su propia identidad política plena.
Por lo tanto, hay suficientes variables para definir el fenómeno del nacionalismo catalán como estructuralmente independentista. Porque se trata de una Nación en busca de tener, su propia estructura estatal.
La estrategia del actual Gobierno de España (presidido por Mariano Rajoy), es por un lado, lograr el respaldo internacional al Reino de España, haciendo que todos los socios de la UE y las máximas autoridades de otras potencias extranjeras (EUA, ONU, etc.), declaren que no admitirían en su seno a un posible Estado Independiente Catalán. Así, líderes de la talla de Angela Merkel (Alemania), David Cameron (Reino Unido), Barack Obama (EUA), etc., ya han declarado que no colaborarán con un posible estado-nación catalán. A esa hostilidad se suma, una cada vez más fuerte oposición interior de los organismos patronales y bancarios catalanes que, presionados por la marcada hostilidad española e internacional a la independencia, han dado un vuelco total, declarándose ahora, firmes defensores de la unidad de España. Los organismos empresariales juegan también al miedo con declaraciones tipo: si Cataluña se independizara, automáticamente saldría de la UE. Para ser nuevamente admitida necesitaría ser aceptada por unanimidad y probablemente España se opondría. Los bancos catalanes tendrían que mudarse a Madrid para poder seguir perteneciendo al Sistema Bancario Europeo y recibir los euros del Banco Central Europeo. Las familias catalanas perderían sus ahorros. Los empresarios no invertirían, etc., etc...
El cargamontón mediático aquí es tal, que es posible que el voto catalán termine siendo favorable a mantenerse en España, más por miedo y amenaza que por convicción propia... Y pese a todo, el último sondeo del solvente ente público Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) determina que los partidos del “Junts pel SI” alcanzarían la mayoría absoluta el próximo 27 de septiembre. Queda menos de una semana para salir de dudas... Sea cual fuere el resultado, dudo mucho que el afán independentista catalán acabe aquí. Pueden perder la batalla, pero no la guerra. Este conflicto viene de largo y va para largo... Todo depende de quien canse primero a quien. Es una guerra psicológica de desgaste...
Sea cual fuere el resultado, lo importante es que se produzca pacíficamente... La República de Checoslovaquia surgió como país al desmembrase el Imperio Austrohúngaro, allá por 1918 y se escindió en 1992, en Chequia y Eslovaquia respectivamente. Cuando el brillante Presidente checo de aquel entonces, el dramaturgo Vaclav Havel, concedió la independencia sin violencia alguna, a la región de Eslovaquia, Yugoslavia también se estaba escindiendo en múltiples pequeños Estados-Nación, a través de un terrible enfrentamiento bélico, una verdadera masacre donde murieron miles de civiles indefensos. Posteriormente, Vaclav Havel logró que las dos naciones ya separadas, Chequia y Eslovaquia, se incorporaran de pleno derecho a la UE en la sexta ampliación, el 2004. En cambio, lo poco que queda de la ex-Yugoslavia sigue esperando una adhesión que no llega.
En el caso de España y Catuña, la escisión sería mucho más traumática que en el ejemplo checoslovaco, porque España es un Estado-Nación emblemático, a escala europea y mundial. Un ex-Imperio Colonial, y una potencia intermedia de primer orden en la actualidad. Si España se divide, pueden seguirle unidades mucho más recientes y artificiosas (históricamente hablando) como Alemania, Italia, etc. No obstante, pese al inminente peligro, el pasado 11.09.2015, fecha de la más reciente Diada, los miembros de “Junts pel SI” convocaron una marcha por la Independencia que congregó a cerca de dos millones de catalanes en Barcelona... ¡Qué desazón! ¿Quién ganará el 27 de septiembre?
Personalmente me gustaría seguir viendo a España con las mismas fronteras hasta mi último día. Y ruego a Dios porque el actual Rey de España, Felipe VI (nacido el 30.01.1968 y coronado el 19.06.2014) nunca reviva la desgracia de su antecesor Felipe V que, hace unos 300 años (en 1714), masacró Barcelona con tal de mantener una unidad nacional que, aún hoy, muchos catalanes cuestionan cada 11 de septiembre, al recordar la Diada. Lo cierto es que, pocas regiones del mundo tienen un nivel tan alto de autogobierno como Cataluña. Hasta los puertos y aeropuertos dependen de la Región. Además, en la historia de España, son muchos los artistas, científicos, pensadores, políticos, deportistas, que fueron y son a la vez, grandes españoles y grandes catalanes (el Virrey Amat, Gaspar de Portolá, Pi i Margall, Picasso, Miró, Dalí, Casals, la Caballé, Pau Gasol...). Lo cierto es que Cataluña y España llevan unidas como país la friolera de 546 años, desde 1469 (años antes del Descubrimiento de América). Política y sociológicamente hablando, el independentismo catalán es un dilema de difícil solución. Porque siempre ha habido y habrán naciones sin estado y estados plurinacionales que se desmembran. Ya veremos qué pasa el próximo 27 de septiembre. En cualquier caso, crear fronteras y barreras, cada vez más pequeñas, en un mundo globalizado, me suena como ir contracorriente, como una venganza a destiempo... Honestamente, Artur Mas, escúchame: “para mí España es tan catalana como Cataluña es española”. “Escolta Mas: Per a mi Espanya és tan catalana com Catalunya és espanyola”