Punto de Encuentro

Francia: el Frente Nacional ya es la primera fuerza política

La Unión Europea se creó para evitar la guerra y la barbarie, para no reincidir en la destrucción a la que nos aboca el nacionalismo fanático, la violencia y el odio al “otro”, al “distinto”. Dichos odios cizañeros (falsamente revestidos de enfrentamiento dialéctico), sólo terminan en desgracia generalizada. Europa sufrió dos Guerras Mundiales por estas mismas salvajes causas. Y también se produjeron en otras partes del planeta, sanguinarias revoluciones (como la rusa y la china, o el movimiento de los jemeres rojos en Camboya) por practicar la absurda dialéctica del odio al “otro”. La UE se propuso como una suerte de “nunca más”, donde alemanes, franceses e ingleses colaborarían entre sí y con el resto de naciones adheridas, para construir pacíficamente el bien común y promover una “cultura de paz”.

El Papa en una homilía suya realizada en un cementerio italiano de víctimas de la Primera Guerra Mundial (13.09.2014),  nos habló de: “Una Tercera Guerra Mundial, una librada por partes, con crímenes, masacres y destrucción”.  Dijo entonces que los Gobiernos Occidentales podían llegar incluso, al uso legítimo de la fuerza por parte de sus Estados para detener el extremismo fanático de los crueles terroristas del ISIS (Estado Islámico), en línea con la ancestral tradición católica de la “guerra justa” de Santo Tomás de Aquino que el derecho continental europeo recoge en el principio del “derecho a la legítima defensa”. Ahora, hasta la “humanista e internacionalista” Francia está en guerra con el terrorismo islámico. A trece meses de la homilía de Francisco, muchos británicos, alemanes y franceses consideran que sus Gobiernos se equivocaron, al brindar asilo a miles de miles de refugiados islámicos, ya que los recientes atentados en sus países, han sido obra de refugiados islámicos o de hijos de refugiados (políticos y/o económicos), pero siempre y en todo caso, obra de practicantes locales de la cultura y tradiciones islámicas. Incluso Barack Obama acaba de reconocer que el reciente atentado en el centro de atención para discapacitados de San Bernardino (California), donde murieron a balazos 14 inocentes, fue obra de fanáticos islamistas residentes en E.U.A.

El terrorismo islámico está sembrando odio y rencor en los países centrales y el resultado salta a la vista. El fanatismo extremo, el rencor social y el racismo, vuelven a dar réditos políticos a los que enarbolan banderas seudofascistas en los países centrales. Por ejemplo, el millonario Donald Trump (que echa la culpa de todos los problemas de los Estados Unidos a los inmigrantes), va primero en intención de voto en las internas del Partido Republicano de los Estados Unidos de América. Los países fronterizos de la UE ejercen de verdaderos xenófobos ante la invasión de los refugiados Sirios, no sólo a nivel de las capas populares (como la periodista húngara que le metía cabe a los refugiados para que se cayeran y no llegaran a su país), sino incluso a nivel de sus más altas autoridades. De forma que, el Grupo de Visegrád -que reúne a los Presidentes de Hungría, Polonia, la República Checa y Eslovaquia-, cerró filas con el primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orbán, no admitiendo más refugiados e incluso impidiéndoles el paso por sus territorios para dirigirse a Austria y Alemania.

Finalmente, ayer domingo 06.12.2015, en Francia, acaba de ganar las elecciones regionales el Frente Nacional, un movimiento nacionalista, racista y excluyente, muy parecido a las bases ideológicas de un incipiente fascismo. Y ha ganado por abrumadora mayoría, en 6 de las 13 regiones del país galo.

En la gráfica de la izquierda, se observa como el Frente Nacional obtuvo el 30,2% de los votos, frente al 27% de los Republicanos (conservadores y gaullistas), y el 24% de los socialdemócratas.

En la gráfica de la derecha, por regiones, se observa que la derecha republicana, salva por los pelos la importante región de la Isla de la Ciudad (que incluye Paris) y Normandía, mientras los socialistas salvan la Bretaña, siendo los ecologistas de izquierda los posibles ganadores en Córcega. Pero el mapa señala en azul oscuro, esas 6 regiones que ya son seudofascistas (forman parte del Frente Nacional).

  

Y hablamos de seudofascismo, porque el fascismo fue un movimiento político que empezó ganando elecciones democráticas (el Duce Benito Mussolini fue nombrado Premier por abrumadora mayoría del Congreso Italiano y Adolf Hitler también fue Premier y después, fue incluso elegido Presidente en unos comicios libres). Ambos líderes fascistas fueron elegidos en momentos de grave crisis económica, durante la década de los años 1930. Posteriormente, ambos derivaron desde el ejercicio democrático del poder, en estructuras violentas y totalitarias.  En segundo lugar, el fascismo insistía que era una tercera vía política, ajena tanto a la izquierda (comunistas, socialistas, socialdemócratas), como a la derecha (conservadores y liberales) tradicionales. Actualmente, el “fin de la historia” (1992) según Fukuyama, consiste en el abandono de toda ideología de izquierda, y la implantación definitiva y global de un orden liberal. La Crisis Global, también afecta con el desempleo y la reducción del PBI, el bienestar de los países centrales, instalándose en un escepticismo total entre las capas populares. Es decir, que estamos inmersos en el mismo descreimiento de los años 1930. Finalmente, el fascismo fundamentaba su éxito en la propaganda, basada en el miedo común y el odio al “otro”, sea mediante la guerra y/o mediante el exterminio de alguna etnia o grupo (judíos, gitanos, masones, homosexuales), a manera de “chivo expiatorio” de todos los problemas nacionales…Y actualmente, los medios de comunicación exacerban las noticias de enfrentamiento entre islamistas y países centrales, fomentando atávicos odios, temores y resentimientos.

En España el fascismo tuvo una versión propia, llamada “Falange Española”. Fundada por José Antonio Primo de Rivera (1933), fue utilizada por el tirano Francisco Franco como maquinaria para perpetuarse en el poder por casi cuatro décadas (1938-1973). En Perú, fue el Presidente Sánchez Cerro el único que intentó instaurar un movimiento político fascista, mediante su partido “Unión Revolucionaria” (1931). Una situación bastante sarcástica ya que Sánchez Cerro era racialmente hablando, un cobrizo, y el fascismo predicaba una “pureza racial” que en su caso, era una suerte de autoinmolación genética. Asesinado Sánchez Cerro en un atentado aprista (30.04.1933), el partido lo heredó Luis A. Flores Medina, que instauró las “camisas negras” (grupos de comandos violentos), hasta que el Presidente Benavides, los persiguió, apresó y deportó (1936). Con el Presidente Prado Ugarteche y su amnistía política, Flores y otros fascistas peruanos pudieron regresar al Perú, pero la “Unión Revolucionaria” no logró relanzarse y finalmente, con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la derrota de las fuerzas del eje (Alemania, Italia y España), desaparecieron totalmente del panorama político nacional.

En Europa, empiezan a repetirse peligrosamente, los mismos factores coyunturales que derivaron en el fascismo y que acarrearon las dos grandes Guerras Mundiales. Como bien advirtió el Santo Padre en su homilía, ya estamos viviendo una Tercera Guerra Mundial en ciernes, basada en conflagraciones bélicas de baja intensidad en los países periféricos, y guerra de guerrillas (atentados terroristas) en los países centrales. Dios quiera que el fanatismo islámico desaparezca como opción política pronto. De otra forma, se seguirían reforzando las variables o factores pro-fascistas en los países centrales (UE, E.U.A., etc.) y el resultado final, podría ser realmente desastroso…

 

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