Punto de Encuentro

La Crisis de la Democracia Peruana: Pesimismo de la Realidad y Optimismo del Ideal

Recientemente los jueces del  Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y sus adláteres del Jurado Electoral Especial (JEE) han aplicado a rajatabla una nueva Ley de Organizaciones Políticas que es tardía (promulgada dos meses después de empezada la campaña presidencial), e incompleta (no dispone de reglamento). Un último esperpento nacionalista que nos deja perplejos, una vez más, por su tiránica incapacidad.

“La Ley es la Ley” nos han repetido una y otra vez los miembros del JNE, mientras retorcían la nueva norma a capricho, para favorecer a unos y perjudicar a otros. Távara y compañía aplican la máxima aristocrática de Platón: “Sólo a los magistrados supremos pertenece el poder de mentir al enemigo o a los ciudadanos, para bien de la República” (Platón, La República, Libro III). Esta platónica “tutela democrática” en la cual 5 magistrados deciden en vez de todo el pueblo peruano, nos sumerge en una suerte de dictadura tecnocrática, de “filósofo-rey” donde los “autorizados a interpretar la Ley” sustituyen las urnas por los tribunales, ejerciendo un intrusismo tal, que roban al idealismo político su merecido protagonismo quinquenal. El sustento de toda democracia está en la alternancia en el poder que surge de la lucha ideológica, fundamentada en valores, planes y proyectos, capaces de ayudarnos a enmendar errores y mejorar la vida de todos los ciudadanos. En suma: los buenos candidatos tienen que entusiasmarnos con estas “listas de ideas” porque ellos mismos deber ser  “Idea-listas”.

El título de este artículo parafrasea los dos títulos de sendos artículos de José Carlos Mariátegui que forman parte de una de sus obras más inspiradas “El Alma Matinal”. El amauta dejaba en claro que, ante la profunda crisis moral de la democracia peruana, sólo había una receta salvífica: los “ideales”. Ante la enfermedad  del “pesimismo de la realidad” sólo cabe como receta el “optimismo del ideal”. La izquierda peruana aún hoy, se reclama heredera de su pensamiento.

En las antípodas ideológicas, el gran pensador de los conservadores peruanos, Víctor Andrés Belaúnde, en su libro “Meditaciones Peruanas”, en el último epígrafe del Capítulo IV (titulado  “La crisis moral de la clase dirigente”), sentencia: “La organización y el renacimiento son obra de los idealistas”.

Los dos ideólogos de centro progresista del Siglo XX, Haya de la Torre y Belaúnde Terry, también eran idealistas. Así, Víctor Raúl decía en una Carta a los Prisioneros Apristas titulada “Sacrificios por el Ideal” lo siguiente: “(…)  no debemos olvidar que, ninguna causa grande, que ninguna obra ejemplar, que ningún alto ideal se logran sin sufrimiento y sin sacrificio”. Mientras Fernando Belaúnde Terry fundamentaba su idealismo en nuestra propia y ancestral receta de éxito,  la “Ley de Hermandad” andina, esa solidaridad intrínseca entre peruanos que nos debe llevar a tener “El Perú como Doctrina” (título del Capítulo I° de su obra  “La Conquista del Perú por los peruanos”).

Convoco -desde estas humildes líneas- a todas las fuerzas políticas en liza, a que nos expongan su ideario político, a la par que sus programas (acciones concretas). Que recuperen el “idealismo” como fundamento del cambio social en el Perú y no se dejen avasallar más por las manipulaciones mediático-jurídicas que han intoxicado esta campaña.  Que recuperen el milagro del verbo y nos comuniquen ilusión por el mañana, por el cambio, por la esperanza de un Perú mejor. Concluyo con una cita del anarquista González Prada: “Verdad, el soplo de rebeldía que remueve hoy a las multitudes, viene de pensadores solitarios. Así vino siempre. (…) la Humanidad suele tener la resignación del bruto: sufre y calla. Mas, de repente, resuena el eco de una gran palabra y todos los resignados acuden al verbo salvador, como los insectos van al rayo del sol que penetra en la oscuridad del bosque” (“Horas de Lucha”. Conferencia: “El intelectual y el obrero”).

Señores candidatos, por el bien del país, ayúdennos a pensar y debatir. No  permitan que nos sigan manipulando y embruteciendo con escándalos y crónicas policiales como placebo al idealismo. ¡Más POLÍTICA, más LIDERAZGO y más IDEALISMO. No a los juicios y prensa amarilla como arma electoral! A pocos días del debate del 3 de abril y del escrutinio del día 10, el idealismo político se reclama como receta inaplazable para nuestra mediocridad democrática, o seguiremos enfermos de vacuidad y desesperanza.

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