Hay quien señala que la política es como una pelea de box. Debes tener una entrada triunfal, cuidar la distancia, apostar a un golpe o movimiento-firma, ser ágil y asestar golpes certeros. Tan importante es dar los golpes como cuidar el "show". Entiéndase que los púgiles ganan por knock out tanto como por la venta de entradas. No basta ser eficiente con los puños, hay que alegrar a la audiencia.
En este sentido, al comprender al deporte como espectáculo también, hay que atinar a ver a la política.
La democracia trajo consigo el espectáculo de las elecciones y con ello la política como espectáculo. No basta con ser un buen político hay que vender entradas, perdón, ganar votos.
El debate lejos de mostrar buenos políticos significó show mediático. Pese a ello debo admitir que PPK se mostró bastante parco en sus gestos; mientras que Keiko hizo un despliegue de tonos, caras y "puyas"... A Keiko le faltó cerrar el círculo virtuoso de sus propuestas, a PPK le falto ironía y risa.
Políticamente debemos decir que Keiko fue 60% golpes y 40% show; mientras que PPK fue 90% golpes y 10% show. Dos Keikos hubiese sido una exhibición de lucha libre mexicana, y dos PPK hubiese sido una competencia de kata de karate.
Hubo dos sintonizas de pelea y por ello no podría dar a alguno la victoria.
Esperemos que el segundo round, este domingo sea un debate más a tono con los objetivos de conquistar indecisos. Menos lectura de Keiko y más sonrisas de PPK. Un tú a tú en la pugna por la primera magistratura.
9 Noviembre, 2019
6 Agosto, 2018
.jpg)
