Por: Period. Wilberth Vilca Laura (*)
La crisis política de nuestro país es profunda y casi terminal, los ciudadanos no nos sentimos representados por los partidos políticos y movimientos regionales, o lo que queda de ellos, por tanto es imperativo promover un proceso de refundación del “sistema de partidos” del signo ideológico que fueren derechas, centro e izquierdas, ninguna tuvo la entereza de impulsar su propia reforma y modernización, luego de la crisis de la partidocracia de los años 1990, en un panorama mundial de cambios, la caída del muro de Berlín y el proceso de transformación de la globalización, la interdependencia y la revolución de las telecomunicaciones y la informática. Si bien nuestro país se recuperó de los embates del terrorismo y asumió un modelo liberal de crecimiento sostenido de la economía, este se acerca a su etapa final, y el espejo de nuestro vecino país de Chile, así no los anuncia, por tanto el modelo debe ser gerenciado y adecuado a los nuevos tiempos. Otros desafíos que afronta nuestra sociedad, son el cáncer de la corrupción y la inseguridad, ante los cuales se tiene una débil lucha, que debe ser sin cuartel. La institucionalidad del país está debilitada, y los partidos presuntos intermediarios de la sociedad ante el Estado, no cumplen su labor, han sido secuestrados por “clubes lobistas” y electoreros, que se ufanan de prescindir de ideologías, programas o líneas políticas, la organización política es básicamente clientelista, los “activistas” se organizan para “alquilarse” al mejor postor, a cambio de futuras cuotas de poder y salarios coyunturales, no es raro por tanto verificar las “veletas políticas”, ayer ensalzaban a “Pedrito” y hoy se hallan en la vereda del frente con “Juanito” y compañía, lo cual nos plantea la falta de identidades y lealtades. Si bien el gobierno de Vizcarra ha impulsado algunas propuestas de reforma política, que finalmente desembocaron en la disolución del congreso y la “precariedad institucional” con las tentaciones autoritarias latentes, hoy con un cronograma electoral veloz, nos encontramos nuevamente en el carnaval de candidaturas y la subasta de las mismas, cada “partido” con inscripción vigente viene invitando y tentando a los postulantes, previa suscripción de su “aporte de campaña” no menos de diez mil dólares según comentan, cuyos destinos no sabemos si aterrizaran en la campaña, o en los bolsillos de los “dueños” de dichas organizaciones políticas.
Recordemos el Informe de la “Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política” (CANRP) denominado “Hacia la Democracia del Bicentenario”, el cual identificaba la crisis política en “tres ámbitos del sistema político: el sistema de gobierno, el sistema de partidos y el sistema electoral”, y a su vez su diagnostico reconoce cuatro problemas: partidos y movimientos regionales precarios y poco representativos; política proclive a la corrupción y ajena a la rendición de cuentas; democracia con ingobernabilidad y falta de control político; y serias limitaciones a la participación ciudadana y electoral; todos estos problemas seguirán latentes, y al parecer nuestros políticos son ajenos a encarar dicha problemática en sus propias organizaciones, por tanto corremos el riesgo de que el “circo electoral” que se avecina, no brinde un congreso mucho peor que el recientemente disuelto. Ante dicho panorama, nuestro realismo avizora que la reforma y refundación del sistema de partidos en nuestro país, será un proceso largo, y requerirá de algunos lustros para su maduración, la principal limitación está en las propias organizaciones actuales que son reacias a su cambio, sus “burocracias” están enceguecidas por sus prebendas y cuotas de poder y no admiten la culminación de sus “ciclos políticos”, y menos aún propiciaran las renovación de sus cuadros políticos. Lo grave es que la democracia sin partidos no puede funcionar adecuadamente, de manera que la crisis es recurrente a ambos, sin embargo la sociedad civil y sus múltiples organizaciones, podrían fortalecer sus espacios de concertación y promover nuevos liderazgos, quizás sea mucho pedirles, pero abonaría a favor de la recreación de nuestra democracia, en particular en los ámbitos locales y regionales. De todos modos, el Perú es más grande que sus problemas.
(*) Email: ideasayni@gmail.com