Punto de Encuentro

La Papa: observaciones y desafíos.

31 Mayo, 2020

Luis Yntor

Por: Luis Yntor.

El Perú tiene más de 3,000 variedades de Papa, de las 5,000 que hay en el planeta, siendo responsables de la producción más de 711,000 familias en 19 regiones del país, concentrándose el 90% en nuestra Sierra. Se siembra en casi todos los países del mundo, siendo China el primer productor, seguido por Rusia y la India. En América Latina, el Perú ocupa el primer lugar, seguido por Bolivia. Hoy se celebra el Día Internacional de la Papa y en esta fecha de homenaje, es importante señalar que en nuestro país, este cultivo ancestral presentó, presenta y presentará, diferentes desafíos y observaciones que requieren ser atendidos.

La última protesta de los productores de papa fue en el 2018, año en que hubo un 5% más de producción en comparación del año anterior, pero la demanda no creció. La superproducción se reflejó en los precios y que provocó un descenso de S/0.60 a S/0.20 en la chacra. El MINAGRI, abandonó sus responsabilidades, pues se careció de un plan de cultivo y riego, donde se consigne que se va a sembrar, alertando de esa forma al mercado, para evitar la sobreproducción, promoviendo cómo alternativa la reconversión agraria. Ante la medida de fuerza, el MINAGRI, se comprometió a comprar el excedente de la producción de papa, compra que solo era un salvavidas coyuntural y que no solucionaría el problema.

Actualmente, con el tema de la Pandemia y la cuarentena, y ante el cierre de restaurantes, pollerías, salchipaperías,  la compra de papa se ha reducido completa y dramáticamente; y su precio también ha caído, ofreciéndose entre S/0.20 a S/0.30, muy por debajo de sus costos de producción que es de S/0.80. En está presente situación de perdidas económicas de nuestros productores agrarios, se requiere evidentemente el apoyo del estado, pues debido a la falta de mercado y a las restricciones impuestas por el Covid-19, no pueden comercializar sus productos. Por ello, es importante la compra de papa por parte del estado para los clubes de madres, comedores populares y centros poblados, y que en estado de emergencia es permitida las compras directas; y sumado a una flexibilización del acceso a los diferentes mercados regionales, se  evitaría  un colapso económico y la pérdida de sus cultivos.

Nuestra producción es de 5.3 millones de toneladas en más de 330,000 hectáreas. Importamos 33,000 toneladas de papas congeladas, siendo nuestros principales proveedores Holanda y Bélgica y representa menos del 1% de nuestro consumo nacional. Nuestras exportaciones son solo de 600 toneladas, mientras que Chile exporta 1,200 toneladas del tuberculo.

No somos competitivos, nuestros costos son muy altos. Se sigue produciendo con técnicas obsoletas y con una escasa capacitación al agricultor. Nuestra productividad es una de las más bajas en el mundo. Hay países que nos llevan lejos en productividad. En EEUU, la productividad es 6 veces más grande. Tenemos una productividad promedio, de 16 toneladas por hectárea y hay naciones que están cerca de 60 o 70. SI APLICARAMOS TECNOLOGÍA, podríamos pasar de 16 toneladas por hectárea, a una producción de 30 o 40;  hubiera mayor rendimiento, lo que abarataría los costos y significaría un impacto enorme. Se requiere pasar de formas de producción tradicional a nuevas formas de  producción, manipulación y almacenamiento, ayudando a desestacionalizar el negocio, pues se podría almacenar el tuberculo hasta que los precios mejoren.

Aumentar la productividad pasa necesariamente por un mejoramiento de las semillas, usando tecnología. El INIA ha hecho ciertos esfuerzos igual que el Centro Internacional de la Papa, sin embargo también es un tema de legislación. Se tiene que apostar por una papa que pide el mercado. Los cultivos tradicionales, principalmente en la sierra, usan semillas que tiene presencia de hongos, bacterias y virus, y que son usadas en la gran mayoría de campos peruanos; es decir están dañados por patógenos que reducen drásticamente la productividad causando altas mermas. Se debe producir papa bajo estrictas condiciones de sanidad, como el uso de semillas certificadas que vienen de plántulas in vitro, libre de todo patógeno, así como un adecuado riego y fertilización. A pesar de todo nos hemos colocado como el primer productor de papa en Latinoamérica.

Producir papa tiene que ser un negocio rentable. El Estado tiene un papel importante: mejorar las carreteras, construcción de canales de riego, capacitación en nuevas tecnologías, facilidades a inversionistas industriales ya sea tributarias o crediticias a fin de adquirir maquinaria y equipos de última tecnología. Con políticas incentivadoras se generaría más trabajo e ingresos para nuestros agricultores, pero sobretodo motivaría a qué sus hijos estudien, se especializen y regresen a sus zonas de orígen, con la confianza que la actividad agraria es rentable.

Es importante tomar atención a los desafíos que presenta la producción de papa, pues de nada servirá que sea producto de bandera, ser oriunda de nuestra patria, ganar premios internacionales, tener más de 3,000 variedades, cuando los resultados demuestran una realidad compleja, y por tanto conformarse con las cachetadas a nuestro orgullo nacional, al ver la importación de millones de dólares en papá, así como acostumbrarnos a ese círculo de quejas y lamentos.

 

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