Punto de Encuentro

Chile: Ese Apruebo que tambalea

                          Claire Viricel                                                                   

Un giro en las encuestas de abril encendió las alarmas. El Rechazo a la nueva Constitución superó al Apruebo. Veredicto el 04/09/22. Al 16/04/22, solo el 36% volvería a votar por el convencional que eligió. ¿Qué ha pasado?

Recordemos primero que prefirieron una Convención Constitucional (CC) a una Convención Mixta Constitucional, es decir con parlamentarios en ejercicio. Segundo, que la CC se votó a raíz del acuerdo del 15/11/2019, un acuerdo por la paz firmado por 10 partidos y el diputado independiente Gabriel Boric, hoy Presidente. Apenas instalada la Convención el 04/07/2021, Elisa Loncón, universitaria de origen mapuche, fue elegida presidenta de esa asamblea paritaria, con 8 miembros declarados LGBT, edad promedia 44,5 años, y que cuenta con 59 abogados, 20 docentes, 9 ingenieros, 5 periodistas y 7 estudiantes, entre otros. Sorprendió el castigo a los partidos: votaron más por los 'independientes' (48 escaños), a los que se suman los 17 escaños reservados a pueblos indígenas. O sea, la sorpresa de los apartidistas sumada a dos coaliciones de izquierda enfrentadas, creaba expectativas como auguraba decepciones desde su instalación.

En seguida fue tildada de «extraviada» (José Correa, 24/07/21) cuando quiso ocuparse de asuntos fuera de su cometido. O cuando abusó del término 'refundación' buscando sustraerse a las reglas aprobadas para su funcionamiento. Se le reprochó también «la ausencia de debate y un espíritu destituyente» (Ernesto Ottone, 22/07/21). Además, se destapó meses después el fraude del vicepresidente Rojas Vade (Lista del Pueblo, activista del Oct-18). Tuvo que renunciar en setiembre pasado. Había construido su leyenda —una odisea de paciente canceroso muy endeudado—, con mentiras. En realidad, tenía era sífilis y otras vainas. Y no faltaron declaraciones infortunas entre pares cuando Cozzi y Silva, de Renovación Nacional (derecha), fueron hostilizados hasta en su casa. ¿Lo que mal empieza mal acaba?

Para saberlo, veamos las críticas vertidas por los universitarios e intelectuales luego de las votaciones del pleno.

«No hay reflexión profunda sobre el origen de los conceptos, entonces hay mucha confusión» (Luz María Méndez). «Hoy día estamos viviendo un momento de desmesura en el país. La Convención, lamentablemente, está padeciendo de ese pecado» (Cristián Warnken). «Una Constitución, no es el texto sino el texto interpretado» (Carlos Peña). «El texto aprobado está lleno de aspiraciones y principios. No basta. Debe establecer normas que contribuyan al resultado buscado» (José Pablo Arellano Marín). «Aquí casi no hay reserva de ley, todo está dicho. La extensión del catálogo de derechos sociales no significa que la Constitución sea socialmente comprometida con el bien común» (José Luis Cea, constitucionalista). Se lamenta «la inconveniencia de constitucionalizar contornos inherentes a la discrecionalidad presidencial» (Soledad Alvear). «El énfasis en los derechos individuales y las políticas interseccionales no colabora con el objetivo de conseguir la cohesión social» (Gabriela Caviedes). «Los derechos sociales si se garantizan tan ampliamente y en un catálogo tan extendido como la constitución, el peligro es que todo se transforme en justiciable» (Marisol Peña). «Esta propuesta constitucional es esencialmente maximalista y sustrae de la deliberación democrática temas de políticas opinables, impide la alternancia en el poder» (Lucía Santa Cruz). «Los derechos están desarrollados con bastante detalle. Los convencionales están tratando de asegurar muchas cosas en la misma constitución» (Rodolfo Figueroa). «La idea de la 'casa de todos' sugería la elaboración de una nueva Constitución donde el concepto de bien común gravitaría. Nada de eso reflejan las normas aprobadas (Alvaro Góngora). «Otra amenaza se encuentra en el abuso de mecanismos de democracia directa» (Genaro Arriagada). «¿La próxima es una Constitución que busca revanchas o una que construirá futuro?» (Ignacio Sánchez). «La democracia liberal representativa está en juego. Una Constitución democrática es aquella que une y no divide» (Lucía Santa Cruz). «El texto levanta sospechas, cultiva resentimientos y provoca exclusiones. Vuelve a alumbrar el fantasma de la ingobernabilidad» (José Joaquín Brunner). «Se ha ninguneado la participación ciudadana y despreciado el conocimiento acumulado que quisieron aportar personas desde la academia y los intelectuales», lamenta Óscar Landerretche, del PS.

¿Y qué críticas desde los gremios? «Queríamos una Constitución para todos y no un engendro de dictaduras que fuera para unos pocos. Queríamos un país unido y no fragmentado en micronaciones» (Óscar Guillermo Garretón). «No me identifica para nada lo que ha hecho la Convención, ya que se ha alejado totalmente del sentido común y las reales necesidades de la ciudadanía» (Pepe Auth). «Hoy está en juego el modelo que nos ha permitido el crecimiento, el progreso. No se trata de frenar los cambios sino de que cada uno de nosotros salga hoy a jugársela por Chile» (Juan Pablo Swett).

¿Algunas críticas alentadoras? Veamos. «Una convención fragmentada, con 60% de independientes, ha logrado un texto constitucional plausible. Eso era extremadamente difícil. (...) En sociedades multiculturales, el único pegamento que queda es el derecho democráticamente elaborado. De convenciones fragmentadas no ha salido nunca una constitución autoritaria. Yo considero que es perfectamente posible vivir con este texto»  (Javier Couso, constitucionalista). «La nueva Constitución abre un espacio para un realismo optimista. Hoy, nuestra diversidad, nuestras demandas no logran ser procesadas por las instituciones existantes» (Pedro Güell).

¿Qué pasaría si ganara el Rechazo? Ante esa posibilidad, la propuesta de una tercera vía se abre camino: «Quienes apoyan el rechazo tienen el deber de configurar por lo menos un esbozo de plan, dibujar cuál sería el camino y se comprometen con él» (Javier Couso). «Si el plebiscito es entre el nuevo texto y el texto vigente, va a ganar el nuevo texto. Si, en cambio, la alternativa es entre este texto nuevo y otro posible texto  nuevo, va a ganar el otro posible texto nuevo» (Pepe Auth). «Ni el Rechazo ni el Apruebo van a solucionar este problema de fondo. Probablemente habrá que optar por un mal menor» (Cristián Warnken). «Tengamos la valentía para reconocer las falencias del proceso actual y empecemos todo de nuevo. La opción más sensata es votar Rechazo y adoptar el texto de 2018 como transitorio. Que una nueva Convención dedique 30 meses a hacer un buen trabajo. Si en ese momento el nuevo borrador llegara a rechazarse en un plebiscito, el texto de Bachelet pasaría a ser permanente» (Sebastián Edwards). «La derecha y parte de la elite política sabotearon y clausuraron el proceso de reforma constitucional de Bachelet. Seguro hoy se arrepienten de ello. Fue un proceso muy participativo. Si hubiera fraguado y culminado, estaríamos en un país muy diferente al actual (Oscar Landerretche). «El rechazo no conduce a un callejón sin salida sino que invita a continuar el proceso de deliberación constitucional. Corresponderá al presidente y al Congreso decidir qué camino» (Carlos Peña). «Chile merece ser reencauzado» (José Luis Cea).

Una encuesta reciente (La Cosa Nostra) ha tomado el pulso de la ciudadanía. Presentaron 4 salidas en caso de Rechazo: volver a la C80; solicitar la redacción de una nueva constitución a especialistas; convocar nueva asamblea que redacte un texto nuevo; someter el mismo texto a correcciones de especialistas. Resultado: la C80 está desahuciada. La Nueva no convence. Un 34% está de acuerdo con un nuevo texto constitucional preparado por especialistas. Y otro 33% opina que el texto actual sea corregido por especialistas.

Ante tanta incertidumbre, la Convención lanzó una campaña de comunicación y apuesta ahora por la Comisión de Armonización. Pronóstico reservado.

NOTICIAS MAS LEIDAS