Punto de Encuentro

¿Por qué es importante que el APRA Vuelva?

18 Septiembre, 2022

Punto de Encuentro

Proponemos, dentro de varias, tres razones fundamentales en éste breve análisis:

1.- El Partido de Haya de la Torre es uno de los pilares de la institucionalidad democrática. En las últimas semanas, militantes, amigos y viejos rivales han coincidido que, aún sin la inscripción, los apristas realizan una labor política más ruidosa que buena parte de las distintas oposiciones asentadas en el Parlamento. Esta evidencia empírica, fáctica, la debe asumir el APRA con humildad y responsabilidad; además de sentido de la realidad pues aún enfrenta grandes retos y resistencias ciudadanas. Los muchos apristas que, a través de las redes sociales, plataformas informativas independientes, participación en prensa escrita, radial y televisada, docencia universitaria, labor sindical, han logrado articular, con otras fuerzas democráticas, una especie de causa común que actúa como control político al menos actitudinal frente a los despropósitos del aún presidente Castillo y el inefable Vladimir Cerrón.

Vale la pena que, desde un intento de objetividad frente al aprismo, nos preguntemos los que lo quieren y los que lo odian: ¿Es mera casualidad que en los momentos de la historia en que el PAP estuvo afrontando crisis y contradicciones (propias de un movimiento centenario) o persecuciones, las posturas antidemocráticas hayan sido súper hegemónicas?. La estrella es pues importante para la democracia. 
El PAP tiene experiencia en tiempos de crisis: su etapa épica esta relacionada a la lucha en contra de dictaduras y conceptualmente en su ADN está tallado el anarquismo o si quieren el "anarco-sindicalismo". Apristas fueron torturados, secuestrados, desaparecidos, dando muestra de valentía, coherencia y compromiso con las causas populares y con sus ideas.
El país demanda un sistema de partidos sólidos, con comités en todo el Perú, con militancia activa, con cuadros políticos, con propuesta ideológica y programática. Los partidos, en ese sentido, hacen docencia política ciudadana, educando a la población mediante propuestas que deben ser discutidas y contrapuestas. La única forma de preservar las libertades políticas es defendiendo la política como arte de la discusión racional (mitigando el apasionamiento) de ideas. La construcción de un sistema de partidos es consustancial a la defensa de la política como espacio para la batalla de ideas, no para la invectiva, el vituperio, el golpe bajo.

2.- La batalla ideológica: La política, en la postmodernidad, experimenta una peligrosa transición hacia la prevalencia de la imagen sobre la idea. La crisis de la sociedad occidental, del humanismo, ha convertido a la actividad política en una cuestión de popularidad y encuestas. Así actúa la derecha extrema y también los neopopulismos. Partidos como el PAP, la UCR en Argentina, el PRI en México, Acción Democrática de Venezuela, etc. deben enfrentarse a estos procesos de desideologización recuperando la capacidad estimulante de la política como medio para transformar la vida. Ello es imprescindible, ya que, de lo contrario, la política se volverá cinismo, bellaquería, Acuñismo o PepeLunismo; una extensión decadente de la mediática farándula (como decía un gran cínico como Roger Stone, "la política es la farándula de los feos"). 
En un momento de nuestra historia donde nos enfrentamos a oscuras fuerzas, entreguistas -vendepatria en lo interno (Castillo quiere entregar al país a las garras del neopopulismo autoritario bolivariano, del dictador Maduro y del castrismo que, aún, a pesar de todos los destrozos, se resiste a morir) y profundamente ofensivas en lo externo cómo la difusión del frankestein conceptual que es lo "plurinacional" y la acción de ésta propaganda en el Sur del Perú orquestada por Evo Morales. En estos menesteres el PAP, aunque ciertamente convaleciente, tiene la capacidad para dar batalla a todos los niveles, contra los que quieren ver reducido el país a un satélite de la izquierda cavernaria o de aquellos que creen que pueden saquearlo en un esquema oligopólico que combina firmas nacionales con aliadas extranjeras. Pero no sólo es el mercantilismo, también es importante poner en el debate público una agenda distinta a la derecha rancia y reaccionaria, que por momentos pareciera pedir mano dura antidemocrática y la solución de los conflictos políticos con el uso de la fuerza. Ésta derecha ya no necesita el manejo de los dispositivos de represión estatal, ni tampoco el terrorismo de estado; ahora el peligro es generar una narrativa que, bajo la excusa de "la batalla cultural” generemos una tendencia que crea que tiene siempre la razón y que intenten instrumentalizar la moral en la política, generando entonces los mismos vicios que la izquierda falsamente progresista. 

3.- Democracia social. La lucha por la democracia y la justicia social, sintetizado en el lema “pan con libertad”, es una de las banderas históricas del aprismo. No basta tener democracia política si las grandes mayorías sufren desnutrición, o son víctimas de enfermedades, si no pueden obtener un puesto de trabajo o no son capaces de generarse su propio empleo mediante el emprendimiento y la creatividad. Tampoco no basta tener “desarrollo económico”, cuando la economía se encuentra controlada por cinco o seis grupos empresariales que abusan de su posición de dominio. La política y la defensa de la libertad es tan importante como un modelo económico eficiente pero que no descuide lo social. En ello el segundo gobierno aprista es un ejemplo, así les moleste admitirlo a los odiadores del aprismo. Fue una gestión muy buena, que redujo concretamente la pobreza y construyó miles de obras.

La articulación de la "Agenda Social" que viene impulsando y exponiendo por todo el país Enrique Valderrama es entonces para el APRA una necesidad imperiosa y le da a su potencial vuelta otro cariz, así cómo claramente es imperioso un recambio generacional en sus vocerías y liderazgos nacionales.

NOTICIAS MAS LEIDAS