Por Antero Flores-Araoz
No de ahora sino desde mucho tiempo atrás, llama la atención el dispendio de los dineros del Estado en infinidad de temas que bien podrían ser solventados en forma racional, mientras hay muchísimos rubros que no son atendidos, ello supuestamente por falta de recursos.
Uno de los temas que preocupan, es la facilidad con la que el Estado, a través de sus diversos organismos, contrata servicios de terceros que bien podrían ser ejecutados por ellos mismos. La preocupación se agrava cuando, además, es ya moneda de uso corriente, que todos los días leamos en el diario oficial “El Peruano” el nombramiento de asesores por doquier, que se supone son para brindar consulta en temáticas en que la planta orgánica del Estado tiene carencias, pero el Estado sigue contratando consultorías externas innecesarias y onerosas, con pocas excepciones.
Más sorprendente que lo dicho hasta ahora, es que se contraten empréstitos, sean nacionales o de organismos externos o de la banca multilateral, para solventar las consultorías externas a las que nos referimos, como si lo créditos no costasen. Pudiese entenderse ello, aunque no lo justifique, que los créditos estén atados a la convocatoria de concursos internacionales para las consultorías. ¡Vaya uno a saber!
En un solo día, hemos encontrado en un diario de nivel nacional, como 10 avisos de convocatoria o de invitación a presentar “expresión de interés”, de diversidad de consultorías, que se supone bien podrían ser atendidas por los miles y miles de funcionarios y empleados públicos, además de asesores contratados en los ministerios y otros organismos del Sector Público que son solventados con nuestros impuestos. Podríamos incluso pensar que se requiere la contratación externa pues los funcionarios y asesores de planta no son competentes, cosa que no creemos pues al igual que hay personal incompetente, y no podemos cerrar los ojos, también los hay muy dedicados y con amplio conocimiento.
Entre las convocatorias que acreditarían la prodigalidad de nuestro Estado, se encuentra la preparación del expediente técnico para servicios de salud en Comas; sensibilización y empadronamiento de población de Pueblo Nuevo, Sunampe, Chincha Baja y otros sobre gestión de calidad ambiental; rediseño del programa de saneamiento urbano; consultoría para mejorar la gestión de la inversión pública; consultorías para servicios de SEDAPAL con el auspicio de UNOPS; capacitación laboral para cursos vinculados a los sectores de Comercio y Servicios (como si no tuviésemos los Ministerios de la Producción y Comercio Exterior); capacitación para la empleabilidad en construcción y agroindustrias; servicio para mejoramiento de registros civiles en RENIEC; e increíble, como si no tuviésemos el Instituto de Radio y Televisión Peruana, se pretende contratar canales de provincias para mini documentales. No seguimos pues faltaría papel.
Puede ser muy loable lo que se pretende con las consultorías, cuando no hay en los organismos públicos personal calificado para ello, pero cuando si lo hay para cosas tan sencillas como las que se pretende contrataciones externas, ello deja mal sabor y llama a que la Contraloría tome cartas en el asunto.