Perú, país al que alguna vez se le llamó mendigo sentado en un banco de oro, hoy parece más un loco calato, caótico, bipolar con un cuadro grave esquizofrénico sumido en la cocaína, al ser el primer productor a nivel mundial.
Hace ya 10 años, el pueblo peruano viene decidiendo entre opciones de derecha e izquierda, muy polarizado ante segundas vueltas en las que la derecha bruta y achorada (me llega al pincho tu filtro) insiste en el fujimorismo y la izquierda invierte en la antipolítica ambas inversiones con un mismo fin llegar al poder se un medio u otro para saquear las arcas del estado. Hoy la derecha no inventa nada nuevo, sigue con los Ghersi, los Flores Nano, los Del Castillo y con eso pretenden maniobrar la política nacional desde San Isidro, la izquierda dividida tiene estrategias más diversas pero repetidas también entre otros quieren refundar el tahuantinsuyo con Antauro, seguir capturando el estado con vacancias, poner a Veronica Mendoza una cuzqueña blanca afrancesada que se reconoce como quechua y para mostrar ello desayuna cuy chactado. Parece una tragicomedia pero no, hoy presidentes de otros países con tendencia política de izquierda populista como Petro, Amlo y Boric apoyan a Castillo porque sino de seguro se les cae el negocio.
Sin duda la izquierda una vez más se va a caer en latam, no obstante, no existe ningún proyecto serio y popular que se le contraponga como en algún momento lo fue el Aprismo en el Perú.
Hay que decirlo fuerte y claro en un sistema político neoliberal en donde se fomenta el desinterés por la política tanto la izquierda como la derecha se benefician porque ante el desinterés es muy fácil plantear los escenarios políticos de falsas disyuntivas, o blanco o negro, o derecha o izquierda.
Esto cierra el espacio para propuestas auténticas que superan esas discusiones como la democracia social o, en el Perú, el aprismo.
Ahora que se viene nuevamente un escenario de decadencia de la derecha e izquierda el aprismo debe recorrer las bases de todo el Peru municipio por municipio, pueblo por pueblo y reforzar su estructura partidaria. De no hacerlo, seguirá sufriendo el pueblo y seguirán saqueando el país la izquierda demagoga come caviar o la derecha bruta y achorada. Reconstruir proyectos políticos con instituciones en todo el Peru y con mecanismos de rendición de cuentas es el deber del pueblo peruano.