Punto de Encuentro

Chile: proceso constitucional bis en marcha

Transcurrieron casi cien días desde el Rechazo del 04/09/2022 a la Nueva Constitución hasta lograr un Acuerdo por Chile que continúe con el proceso. Señal si hiciera falta que Chile se toma en serio el trabajo de otra Carta Magna. Si bien falta mucho por indagar, lo que sí se sabe es que “el votante medio fue quien determinó, en buena parte, el resultado”, según los sociólogos Bargsted y González de la Universidad Católica. O sea, los votantes de centro ideológico, que saben evaluar un texto, y que conforman un “electorado programático”.

“Lo vivido el 2022 fue una experiencia democrática excepcional, un ejercicio formidable”, dijo el sociólogo Eugenio Tironi en El Mercurio del 03/01/2023. Es que según La Tercera del 31/12/2022,  Chile ha recuperado el orgullo nacional, el “efecto bumerán” del maltrato a los emblemas nacionales por cuestionados exconvencionales. Así dice la encuesta del Estudio CADEM ahí comentada. En el 2022, un 78% se dice orgulloso de ser chileno versus un 51% el año anterior. Y la confianza en Carabineros está en un 78%, un vuelco. Dicha encuesta revela que la primera preocupación de los chilenos es la delincuencia (61%), y la última, la nueva constitución (5%), pero estando un 64% a favor de un nuevo texto.

He aquí un cambio demoledor para los octubristas y la coalición de gobierno. Significa el fin de la legitimidad de la violencia para lograr cambios. Es el “retorno en gloria y majestad de los partidos políticos, tan rechazados en el plebiscito de entrada” según Eugenio Tironi. Y según el economista Ernesto Tironi, del partido Amarillos por Chile en formación, el “Acuerdo alcanzado es un triunfo del sentido común, una propuesta de centro y fruto de una voluntad de cooperación. O sea, es una derrota de las posiciones populistas, de los extremos y de la voluntad de confrontación e imposición de unos sobre otros”. Los Amarillos del docente Cristián Warnken tuvieron un protagonismo decisivo en la campaña por el Rechazo, y fueron naturalmente invitados a formar parte del Acuerdo. Desde los liberales, Axel Kaiser considera el Rechazo del 62% una “derrota del progresismo global” infligida por “los chilenos comunes y corrientes que valoran la libertad”. “Desde el principio, el proceso revolucionario chileno embriagó las mentes de lo más granado de la élite progresista europea y americana, esas que jamás pagan los costos por promover a tiranos, charlatanes y demagogos en el tercer mundo” (El Mercurio, 24/09/2022).

Conviene detenerse en el informe de “Tenemos que hablar de Chile”, una plataforma de consulta permanente a 20 mil ciudadanos sobre el proceso constitucional, que estuvo activa entre agosto del 2021 y noviembre pasado. Una iniciativa conjunta de la Universidad Católica y la Universidad de Chile que implicó la colaboración de unas 60 organizaciones de la sociedad civil y 27 universidades. Resultó buen insumo para las bases del Acuerdo por Chile pues ha permitido acercarse al porqué de la evolución negativa del voto de ratificación. Son siete claves que emanan de esa “ciudadanía constituyente”.

-Primero, el malestar, que de incertidumbre pasó a inseguridad. La preocupación por Salud, Educación y Vivienda, expectante a la instalación de la Convención, se volvió angustiante cuando la propiedad privada (casa y fondo de pensión) entró en discusión, y se cruzó con el aumento de la delincuencia y la inflación importada.

- Segundo, una conversación sobre necesidades y anhelos de cambio, anhelos de mejoras tan variadas como los participantes y su posición social. “Se pasó de lo simbólico a lo pragmático”, dijo Hernán Hochschild, el filósofo e ingeniero de la Católica que dirige dicha plataforma. Así, el interés por la calidad de vida fue desplazado por la temida saturación del sistema de Salud.

- Tercero, la diversidad de miradas tras el cambio constitucional: según las trayectorias y necesidades inmediatas propias. “El cambio constitucional converge como un anhelo de transformar la capacidad de las instituciones del país, de mejorar nuestra convivencia y las condiciones materiales de vida”. Vamos, nada de refundaciones.

- Cuarto, la institucionalidad como problema y solución. De las conversaciones, se desprendió que “el camino democrático e institucional es el camino más valorado”. Se observó una “cierta resiliencia política”. Pese a las críticas al sistema, no se ha perdido la esperanza en la institucionalidad para cambios de fondo. Y por ello “se le exige más”.

- Quinto, una ciudadanía exigente y empoderada. La política aparece “al mismo tiempo, origen del problema y vía de solución”. Esperan de los políticos y representantes cambios concretos, no solo “preparación, transparencia, ética y capacidad de diálogo” sino empatía y que “conozcan cómo vive la mayoría de Chile”.

- Sexto, una mirada crítica a la propuesta constitucional. Se señala “que la nueva constitución no permitiría dar respuesta a los desafíos del país y las expectativas de las personas”. La preocupación gira en torno al contenido. Se mencionan temas de riesgo, que no traerían mejoras, como “la propiedad, pensiones, salud, vivienda, plurinacionalidad y, en menor medida, sistema político y descentralización”. Una suerte “de choque de expectativas con una falta de soluciones claras”. El texto final terminó siendo símbolo de división, todo lo contrario de lo buscado.

- Séptimo, responsabilidad y acuerdos para la convivencia. “Se desea que las autoridades y representantes sepan encontrar puntos en común para beneficiar a toda la población, aunque esto signifique ceder las posiciones originales de cada sector”. Mientras avance un nuevo proceso, “en el Congreso no podrán dejar que se estanquen los temas por peleas sectoriales”, explica Hochschild. Un mal desempeño político podría costar un nuevo Rechazo. La ciudadanía espera de sus representantes que logren acuerdos, es su trabajo.

Al respecto, algo importante ocurrió antes del plebiscito, la eliminación de la supramayoría de los 2/3 para cambios constitucionales —un cerrojo de la Carta del 80 siempre denunciado por la centroizquierda— por un quorum de 4/7, en ambas cámaras. Tal disposición facilitaría nuevos procesos constitucionales, y en esto está justamente Chile. ¿Cómo será el nuevo?

El 12/12/2022, catorce partidos y tres movimientos acordaron tres órganos:

• el Consejo Constitucional conformado por 50 elegidos mediante voto popular obligatorio. Serán listas abiertas de partidos o alianzas de partidos, que admiten participación de independientes, por circunscripciones senatoriales. Tendrá paridad y escaños indígenas supranumerarios que serán función del porcentaje de votación. En él recae la discusión, redacción y aprobación del texto, con un quorum de 3/5 para normas y proyecto final.

• la Comisión Experta, paritaria, de 24 técnicos o académicos, una mitad elegida por los diputados y la otra por los senadores, según la representación política, y por los 4/7 de los miembros de cada cámara. Su labor será redactar, en tres meses, un Anteproyecto, y aprobarlo con los 3/5 de los miembros. La Comisión se incorporará luego al Consejo.

 • el Comité Técnico de Admisibilidad, 12 personas elegidas por las Cámaras, que validará las normas presentadas por las otras instancias.

El parlamento acaba de despachar la ley del nuevo proceso y su calendario: 06/02/2023, declaración de candidaturas; 06/03/2023, instalación de la Comisión Experta; 07/05/2023, elección de Consejeros Constitucionales con voto obligatorio y 07/06 su instalación; 07/11/2023, entrega del proyecto de Constitución; 17/12/2023, plebiscito ratificatorio con voto obligatorio.

Ante los comprobados límites de la soberanía popular, Chile soberano halló una alternativa plural a su medida. Premió el sentido común.

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