Punto de Encuentro

PAP está en la obligación de presentar una propuesta para nueva estructura del Estado

Por: Abraham Fudrini
Analista político.

Norberto Bobbio: “… la petición de mayor democracia tan insistente en los últimos años, se manifiesta en la demanda de que la democracia representativa sea acompañada e incluso sustituida por la democracia directa”.

Esta es una propuesta para reestructurar el Estado mediante una reforma constitucional que el Partido Aprista Peruano (PAP) podría incluir dentro de su Plan de Gobierno para las próximas elecciones generales; por esta razón está dirigida a los intelectuales, ex congresistas, ex ministros, connotados periodistas, compañeros y amigos de la A.P.R.A, especialmente quienes Abrahamtienen conocimiento sobre la filosofía, la teoría del Estado y el pensamiento de grandes pensadores universales como Santo Tomás de Aquino, Tomás Hobbes, John Locke, Juan Jacobo Rousseau, Hans Kelsen, Norberto Bobbio, John Rawls y otros clásicos o modernos.
Hacer una propuesta es poner en mesa un tema de debate que puede mantenerse igual, sufrir alteraciones, tener agregados o ser rechazada con fundamentos y en diálogo fraterno.

Sin duda estos pensamientos también son fundamentales para analizar la crisis de esta democracia representativa con Gobierno presidencialista, que hoy en Perú y otros países también es obsoleta, por lo que deben reestructurarse sus respectivos Estados.
La propuesta recoge aportes y experiencias reales, de las Constituciones de Suiza y Alemania. El nuevo modelo estructural que se propone para el Estado peruano, se enmarca dentro del pensamiento de Víctor Raúl Haya de la Torre que postuló un Estado representativo, con importancia fundamental del poder legislativo o Consejo Nacional (130 representantes elegidos de toda la nación) y del Consejo de Departamentos (50 elegidos en total), ambos consejos son partes de la estructura del nuevo Estado que se propone.

El primero es la Cámara Baja elegida voluntariamente por los ciudadanos con 18 y más años; el segundo funcionará como una cámara alta y estará conformada por dos representantes elegidos por su respectiva población departamental o regional y la Provincia Constitucional del Callao, tiene carácter ejecutivo.

Los dos Consejos reunidos (180 representantes conformarían la Asamblea Nacional Descentralizada) eligen a los ministros y entre ellos, con ciertos criterios, elegirían al presidente de Perú que cambiará cada año, es decir rotará entre los diferente ministros. No hay reelección de presidente ni de vicepresidentes.

Es sustancial señalar que todo lo aprobado y en proceso de aprobación realizado durante el proceso de descentralización regional, depósitos del Presupuesto General de la República, donaciones, transferencias de funciones administrativas y fiscales, continuará vigente y será subsumido por el Consejo de Departamentos o Regiones (cámara alta) en coordinación con el Consejo Nacional (cámara baja).

Sería preferible usar el nombre de “Departamento”, pues se trata de una institución territorial que nació con la República, y por su mayor tiempo en la historia de Perú cumple con este requisito para completar la propuesta de esta nueva estructura del Estado peruano. La presidencia será colegiada, el presidente y los vicepresidentes no se elegirá por votación universal.
Este modelo político tiene como instrumentos democráticos fundamentales a la iniciativa popular y el referéndum, para lograr una sociedad socialista de mercado con democracia directa.

Cómo se cristalizaría en la Constitución Política, qué relaciones habría entre los dos Consejos propuestos (nacional y de departamentos), qué relación tendría con el Poder Judicial, cómo funcionaría; son preguntas que tienen respuestas pero que no se pueden exponer en un artículo corto. Por esta razón se reitera a los intelectuales, dirigentes y ex gobernantes apristas (de la Presidencia, Congresistas, Gobernadores Regionales y Municipales) a exponer sus opiniones y probablemente sus propuestas.

Este año 2023 tendremos un Perú con caos en las calles, caos en el Congreso de la República, caos en las relaciones internacionales de Perú en América Latina; en esta situación presente nos ha puesto el comunismo que sin duda necesita este nuevo escenario caracterizado por el desorden social, político e internacional que afecta la vida política, la economía nacional y la diaria vida cotidiana, pues se desenvolverán dentro de un marco de polarización social que probablemente concluirá en un “vacío de poder” o suma cero, como resultado de los enfrentamientos de todas las fuerzas políticas y sociales de Perú, las mismas que carecen de una nueva propuesta que resuelva esta crisis histórica.


Se conoce bien que esta democracia representativa, después de setenta años, no ha resuelto ni resolverá la distribución del poder, equilibrada y justa en la esfera jurídico-política, en la economía y en la participación social de los departamentos o regiones a las que se les mantiene marginados del poder, situación que soportan porque la mayoría de departamentos o regiones han sido víctimas de la corrupción de sus gobernantes y otras autoridades, hoy perseguidas, presas, juzgándose o fugadas.

En otros países de América Latina: Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Perú, etc., la democracia representativa (con o sin Senado) nunca ha tenido capacidad para contener el avance y la captura del Estado por parte de las organizaciones políticas, que se presentan con máscaras democráticas y que buscan reemplazar la Economía de Mercado (con la que más ha crecido Perú) por una Economía de Estado, que tiene historia de generar crisis económica, corrupción, endeudamiento del país, inflación y pobreza.

Esta democracia representativa ya se agotó, desde hace siete lustros venimos eligiendo presidentes sobre los cuales la sombra de la corrupción los toca menos o más, que son personajes públicos sin legitimidad pues le llaman a cada uno: “el mal menor”.
Sin embargo, el Presidente de Perú es una especie de emperador que dirige la política internacional de Perú, nombra y cambia titulares de cerca de veinte ministerios, incluyendo al primer ministro que tiene a su cargo una decena de instituciones diferentes.
Es inevitable hacer una propuesta diferente para Perú, que supere y reemplace a esta estructura de democracia representativa cuyos presidentes del poder ejecutivo, desde hace siete lustros están enjuiciados, presos, perseguidos por corrupción contra el Estado.

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