Por: Abraham Fudrini.
En el PAP no hay “niños” ni “niñas”, como pretende Fernando Rospligiosi hacerle creer a la opinión pública peruana (EL REPORTE. ¿Los “Niños” del Apra? Por: Fernando Rospligliosi) ayudando así a mantener el statu quo en una organización política que desde hace décadas busca renovarse.
¿Qué busca el sociólogo y periodista en asuntos propios del PAP, él no conoce los problemas existentes pero escribe basado en información, probablemente de los mismos acusados de corrupción en las ventas de propiedades del PAP, de los comentarios periodísticos o de alguna otra forma. Sin embargo ellos opinan superficial o prejuiciosamente, sin conocer en profundidad los casos de corrupción ni la trayectoria personal y familiar aprista de Belén García?.
Fernando Rospligiosi se ha puesto la camiseta oficialista del PAP y abusa de su posición de periodista al escribir sus inciertas opiniones que son negativas para la compleja renovación del PAP. Maliciosamente sugiere que podría tratarse de un caso similar al de los “niños” de AP, es decir pone en duda el aprismo de la c. Belén García, su trayectoria personal y familiar a la vez. Fernando Rospigliosi lo que busca es apostar a favor del statu quo al interior del PAP, sin conocer la concreta situación actual en el PAP.
Él, anti aprista en su juventud universitaria en la PUC, hoy con más de 75 años defiende no a la APRA de Víctor Raúl Haya de la Torre, sino al status quo presente que evitaría que se investigue sobre problemas de corrupción en los que están incluidos sus probables conocidos personales y hasta amigos.
En la cabeza imaginativa (¿irresponsable o/y convenida?) de Fernando Rospligiosi, los apristas Belén García, Melgar y todos los dirigentes de Lima y del Callao, quieren capturar este “partido tradicional” para fundar otro y «fundamenta» su leyenda estúpida, insultando a los dirigentes apristas al decir que es posible hacerlo porque “… hay una enorme cantidad de ilusos, ingenuos y desinformados que son los que votan y deciden” (F.R).
Charles Wright Mills enseña que la imaginación sociológica no es invento, que es producto del conocimiento de la realidad, del descubrimiento de ella.
Fernando Rospigliosi debería conversar primero con miembros del grupo que acusa, que no son “cuatro gatos” sino muchos dirigentes de todos los niveles del PAP, que cuentan con el apoyo de la gran mayoría de profesionales y apristas.