Jhon Oscátegui Inchi
El contenido del último artículo de periodista Mario Saldaña, titulado “Leslie al MEF”, publicado en el diario El Comercio el 26/10/2023, solo demuestra una ignorancia supina en materia arqueológica tan grande como el tamaño de una catedral. Además, defiende, hace loas y promueve de manera irrisoria a una Ministra investigada por la Fiscalía por actos de corrupción y estafa cuando era Directora General de Defensa del Patrimonio Cultural. Su artículo afirma de manera falaz que la inversión privada está obstaculizada y que uno de los culpables es la defensa del patrimonio cultural mediante los Certificados de Inexistencia de Restos Arqueológicos en Superficie (CIRAS).
El autor aplaude, con profundo desconocimiento del tema y una gran miopía, que Leslie Urteaga Peña esté intentando modificar el reglamento de la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, para eliminar los CIRAS, a los cuales él considera “barreras burocráticas […] contra la inversión y el mayor absurdo”, no señor. Habría que explicarle al periodista y empresario, que los CIRAS no son una traba para las inversiones públicas y privadas. Por el contrario, ayudan a proteger el patrimonio cultural y a su vez a liberar espacio para futuras construcciones de todo tipo, no por eliminar los CIRAS se va a invertir más o se va a construir en menos tiempo, ya que los plazos establecidos por el Ministerio de Cultura para la obtención del certificado, son mínimos. La gran deficiencia de infraestructura productiva en el país es culpa de la incapacidad de gestión del gobierno central en los últimos 10 años. Tras la elección de Pedro Castillo, muchos capitales salieron del país y no han regresado hasta el día de hoy, entonces no es culpa de la cultura, la falta de inversión.
El Perú tiene una gran riqueza cultural y milenaria, al día de hoy, aún existen amplias zonas sin ser exploradas o estudiadas, y por consiguiente no se tienen registros arqueológicos en dichas áreas. Un primer filtro para evitar la destrucción del patrimonio cultural no registrado, son los CIRAS. Y es en su implementación donde se han descubierto y registrado muchas áreas culturales. Además, los CIRAS solo se exigen en zonas sin infraestructura preexistente, en medio de las ciudades y sus alrededores se aplica de manera directa los Planes de Monitoreo Arqueológico (PMAR), requisito que muchos empresarios tampoco quieren cumplir. Si se elimina este requisito indispensable, se rompe el equilibrio entre la inversión económica y la preservación cultural, se corre el riesgo de no detectar a tiempo los vestigios arqueológicos.
Queda claro que el empresario nunca ha visitado un sitio arqueológico, y menos uno de periodos tempranos. A los ojos de Saldaña, un Conchal sería un mero basurero de conchas marinas de la época de los cazadores – recolectores sin importancia cultural y menos económica. Él cree que lo único que genera desarrollo en el país es la inversión privada. Y no, no son los malos de la película, ni la derecha bruta y achorada, el capital es necesario, pero es ambivalente y hay que proteger al patrimonio cultural de sus excesos. La oscuridad mental no le deja ver que, sin identidad ni sentido de pertenencia a una gran nación con pasado glorioso, de nada sirve los millones. Ya que la luz al final del túnel se convierte en ave de rapiña que solo le importa sumar ceros en su cuenta bancaria en desmedro del patrimonio arqueológico.