La captura de la narrativa de la moral por parte de Pablo Sánchez, Rafael Vela, Domingo Pérez, apoyados por Gustavo Gorriti desde afuera si bien era forzada para los que venimos siguiendo la sinuosa y poca ética trayectoria de éstos personajes, si logró en muchos espacios generar la impresión o al menos la duda de que la corrupción estaba en otra dirección. Incluso gente que combatió a Vizcarra con ahínco y franqueza prefirió olvidarse de ellos y centrar sus balas en el culebrón de la operación "Valkiria V". Por ingenuidad o antipatía muchos mordieron el anzuelo. El objetivo era recuperar el control que habían tenido del Ministerio Público. Cuestión que consiguieron pues Villena -actual Fiscal de la Nacion- si bien no es de su cogollo parece estar bajo algún grado de coacción.
Lo hecho con Benavides es una reedición -con algún argumento esta vez es cierto- de lo que le hicieron de manera injusta y arbitraria a Pedro Gonzalo Chavarry y a Tomas Aladino Galvez, en el caso de ambos sin ningún elemento para sostener tremenda campaña de demolición bajo el rótulo cinematográfico de "los cuellos blancos". Al margen de los errores -o delitos- de Benavides como el tema del archivamiento a cambio de votos (que debe probarse) vemos el mismo proceder con ella, la misma forma de actuar: la demolición y la ejecución inmediata. Todo ésto piloteado desde adentro por Pablo Sánchez y desde afuera por Gorriti Ellenbogen; tanto como con Chavarry/Galvez como con Benavides. Mismo modus operandi, mismos perpetradores.
Sin embargo lo declarado por Jaime Villanueva -el mismo que proporcionó la información para la suspensión de Benavides- ahora ha hecho explotar por los aires la pose de falsa dignidad que impostaban los fiscales y el propio Gorriti. Y lo que ha dicho es lo que ya sabíamos y predicamos muchos hace tiempo; investigaciones politizadas, filtración ilegal de información, persecusión y acoso político, instrumentalización de la justicia para favorecer al poder (no olvidar que todo ésto se hizo para favorecer legalmente a Odebrecht y políticamente a Vizcarra). Villanueva retrata cómo auténticos mafiosos a Sánchez, Vela, Pérez y a Gorriti. Habrá que creerle cómo con Benavides, ¿no?
Hemos llegado entonces a un punto en el que ningún "bando" del Ministerio Público tiene la capacidad de generar en la población convicción suficiente de independencia y mucho menos el que lidera Pablo Sánchez pues tiene encima ya demasiadas certezas de incoducta acreditadas en varios años.
Es por ello que planteo desde esta tribuna de "Punto de Encuentro" que el Ministerio Público debe renovar su Junta de Fiscales Supremos en su totalidad. Debe procederse a realizar un nuevo concurso para que fiscales independientes puedan acceder y empezar a llevar la institución con neutralidad. Incluso éste debe ser el primer paso pues la reorganización de la JNJ -paso también ineludible pues Sánchez y Zoraida actuaban protegidos por ellos- puede tardar.
Sánchez, Vela y Pérez no pueden seguir más tiempo ejerciendo posiciones de poder en la Fiscalía. La Impunidad de Gorriti debe terminar..
