Por Antero Flores-Araoz
El sur del Perú, principalmente en las zonas quechua hablantes y aimara hablantes, sigue incordiado con el Estado, especialmente con el Poder Ejecutivo presidido por la señora Dina Boluarte.
Como bien sabemos el enojo de la población andina sureña, se debe a las acciones de respuesta policial, frente a la violencia, desmanes y vandalismo, de ciertos sectores que protestaron en forma grave y, en algunos sitios hasta provistos de armas letales, motivados por la vacancia presidencial del profesor Pedro Castillo y su reemplazo en línea absolutamente constitucional e institucional por doña Dina Boluarte, quien además de vicepresidenta había sido miembro de su gabinete ministerial.
Los hechos aludidos que generaron las protestas ocurrieron en diciembre del año 2022 y en las primeras semanas del 2023, pero pese al tiempo transcurrido no hemos visto acciones de reconciliación desde el poder político, lo que genera en algunas oportunidades que se reaviven las protestas como las que se acaban de ver en Puno con la visita del Presidente del Consejo de Ministros Gustavo Adrianzen acompañado de algunos miembros de su gabinete como el ingeniero
Rómulo Mucho, que pese a ser nativo de dicho departamento, su presencia no calmó los ánimos como algunos desubicados podrían haber imaginado
La reconciliación puede tener diversas vertientes y características, pero es indispensable para que no se vuelvan a reavivar actos de protesta, los cuales causan conflictividad, inestabilidad y por supuesto de inhibición de los inversores en las circunscripciones andinosureñas.
Una de las actividades que puede ayudar en la reconciliación -y no es la primera vez que se propone- es la educación a los que solo conocen los idiomas quechua o aimara. En esta era digital ellos están postergados pues no pueden entrar a acciones digitales, debido a que los vocablos que utilizan no están adaptados a ellas, lo que se puede solucionar, como bien lo ha advertido machaconamente José Linares Gallo, quien en colaboración con el Ministerio de Educación lograron situaciones de éxito pre pandemia.
Penosamente el Ministerio de Educación ha dejado de lado la preocupación por los idiomas quechua y aimara, y ojo, no nos referimos al actual ministro a quien hemos visto expresarse con gran conocimiento de su Sector y que ojalá, pueda ayudar a recuperar parte del tiempo perdido.
El hecho de que los aimara parlantes y los quechua parlantes, que no hablan ningún otro idioma, los retarde en su inclusión en la era digital la falta de conocimiento de vocablos digitales, ello podría solucionarse con volver a enseñarse desde el Estado y/o con la colaboración del Sector Privado, pero que lamentablemente hasta ahora no se hace, pese a que ello ayudaría en la reconciliación deseada, aunque pendiente.
El Canciller de la República Javier Gonzáles-Olaechea acaba de anunciar el logro de 5000 brecas Google, en el marco de la iniciativa APEC CIUDADANOS para aprendizajes en ciberseguridad, marketing digital, comercio electrónico, soporte de tecnologías de la información, entre otros. Evidentemente quienes solo conocen el quechua y el aimara no podrán postular, pues sus lenguas carecen de vocablos digitales.
No demore el Estado en sacar de la postración y postergación a quechuas y aimaras, ello ayudará en la aún pendiente reconciliación.