El caso de Nancy Esperanza Madrid –quien ayer renunció a su puesto de asistente del despacho de la legisladora María Elena Foronda, tras hacerse público su militancia en el MRTA–, sería la prueba de que algunos terroristas y sus familiares han intentado infiltrarse en el Parlamento a través del Frente Amplio y Tierra y Libertad.
Pruebas al canto. Carlos Honres Yglesias, integrante de Tierra y Libertad, fue candidato al Parlamento representando a la región La Libertad.
Estuvo preso en 1982 por el delito de apología al terrorismo y salió en libertad 13 días después, por lo que la Fiscalía archivó su caso, sin embargo volvió a ser capturado en 1993 por el mismo delito, pasando 24 meses en el penal del PICSI-Lambayeque.
Abel Gilvonio, candidato al Congreso por Frente Amplio, firmó un documento que exigía al Estado peruano y a la justicia del país, el inmediato traslado de la Base Naval de Víctor Polay Campos, máximo cabecilla del MRTA, a un establecimiento penitenciario común.
Gilvonio es sobrino del sanguinario cabecilla Néstor Cerpa Cartolini, quien dirigió la toma de la residencia del embajador japonés en 1996, y Nancy Gilvonio es hija del terrorista Américo Gilvonio.
El excandidato al Congreso, también por el Frente Amplio, Óscar Mollohuanca, es hermano de Adela Mollohuanca, quien estuvo presa diez años en el penal de Sicuani por el delito de terrorismo.
Ella fue acusada de los asesinatos de un gobernador y de un juez de paz del distrito de Coporaque (Espinar) y por la quema de las instalaciones del municipio de la localidad cusqueña.
Aunque los parlamentarios de diversas bancadas han insistido en que los sentenciados por terrorismo no deben ingresar a la política, la verdad es que hace meses que estos militan en partidos políticos e intentan participar en las elecciones regionales y generales.
La congresista María Elena Foronda ingresó al Congreso por el Frente Amplio y no ocultó que fue detenida (1994) y posteriormente recluida por presuntamente pertenecer al MRTA, pero señaló que la justicia se equivocó en su caso por lo que salió en libertad luego de 13 meses.
“Estuve privada de mi libertad sin que nadie probara nada”, sostuvo Foronda cuando trataba de explicar la contratación de Nancy Madrid Bonilla como asistente de su despacho, quien fuera acusada de haber alquilado una vivienda para las llamadas “cárceles del pueblo” del MRTA, en realidad mazmorras donde la banda terrorista mantenía a sus secuestrados en condiciones inhumanas.
Foronda defendió la contratación de Madrid Bonilla, que ya presentó su carta de renuncia, señalando que merecía reinsertarse a la sociedad.
ESCRITO POR MARÍA TERESA GARCÍA
(Fuente www.expreso.com.pe)