La economía creció un 0,4% tanto en la eurozona como en el conjunto de la Unión Europea (UE) hasta marzo, lo que supone una ralentización con respecto a la fuerte expansión que registraron al final de 2017, según la segunda estimación publicada hoy por la oficina de estadística comunitaria Eurostat. En el cuarto trimestre del año pasado el PIB había aumentado un 0,7% en los países de la moneda única y un 0,6% en los Veintiocho.
Si se compara con el primer trimestre del año previo, el crecimiento también se moderó: el PIB avanzó un 2,5% en la eurozona y un 2,4% en el conjunto de la UE, frente a los incrementos del 2,8% y 2,7% registrados, respectivamente, en los últimos tres meses de 2017.
En el caso de España, sin embargo, el ritmo se mantuvo y la economía creció un 0,7% entre enero y marzo, la misma cota que en los dos trimestres precedentes. En la comparación interanual, no obstante, el PIB español avanzó un 2,9%, por debajo del 3,1% que marcó en los tres trimestres previos.
Entre las principales economías de la Unión Europea también se observó una moderación del crecimiento en el primer trimestre, tanto en comparación con el trimestre pasado como en la comparación interanual.
Así, el PIB de Alemania aumentó un 0,3% entre enero y marzo, frente al 0,6% del trimestre previo; el de Francia creció un 0,3% frente al 0,7% anterior, y el de Holanda, un 0,5% frente al 0,7%, en tanto que en Italia se mantuvo estable en un 0,3%.
En la comparación interanual, la economía alemana creció un 2,3% frente al 2,9% del primer trimestre de 2017; la francesa, un 2,1% ante el 2,6%; la holandesa, un 3% frente al 3,1% y la italiana, un 1,4% ante el 1,6%.
Entre los países para los que existen datos disponibles, lideraron el crecimiento en el primer trimestre Lituania (1,7%), Polonia (1,6%), Hungría (1,2%) y Eslovaquia (0,9%), en tanto que ningún Estado registró descensos.
En la comparación con el primer trimestre de 2017, los principales incrementos se dieron en Letonia (5,2%), Polonia (4,9%), Hungría (4,7%) y la República Checa (4,5%) y solo Dinamarca vio descender su PIB, un 0,8 %.
Los datos confirman la tendencia anunciada por la Comisión Europea en sus últimas previsiones macroeconómicas, presentadas a principios de mes, en las que estimó que el crecimiento en la eurozona y la Unión se desacelerará.
El Ejecutivo comunitario prevé que el PIB de ambas zonas aumente un 2,3% este año y un 2% el que viene, tras cerrar 2017 con un incremento del 2,4%, el mayor registrado en una década.
«El crecimiento del PIB debería seguir vigoroso este año y moderarse ligeramente en 2019 conforme se disipan o desaparecen los estímulos monetarios, se ralentiza el crecimiento del comercio mundial y ciertos países se acercan al pleno empleo», dijo el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Con todo, Bruselas achaca la ralentización en el inicio de año a factores temporales, como un invierno más frío de lo normal, y augura que el PIB seguirá creciendo por encima de su potencial conforme mejora la situación presupuestaria y de empleo en los países.
Los riesgos a la baja vienen del exterior, por la política proteccionista de Estados Unidos, que por el momento solo ha concedido una exención temporal a la UE en los aranceles al aluminio y al acero, así como la volatilidad en los mercados financieros.
En cuanto a España, Bruselas calcula que crecerá por encima de la media europea, un 2,9% este año y un 2,4% el próximo, pero menos que en 2017 debido al descenso del consumo privado y una contribución menor de las exportaciones.
En comparación con otras potencias mundiales, la economía en la eurozona y en la UE evolucionó peor que en Estados Unidos, donde el PIB avanzó un 0,6% entre enero y marzo frente al trimestre anterior. En términos interanuales, la economía estadounidense creció por encima de la europea: un 2,9%.
(Fuente www.abc.es)