En el décimo día de protestas tras la muerte de un hombre de raza negra asfixiado bajo custodia policial, el presidente Donald Trump ordenó ayer el repliegue de la Guardia Nacional de Washington, después de que miles de soldados hayan custodiado algunos de los edificios y monumentos más importantes de la capital estadounidense. Una valla de seguridad sigue rodeando de forma excepcional el perímetro exterior de la Casa Blanca y varias plazas aledañas.
Aunque el sábado hubo protestas multitudinarias en todo el país, de costa a costa y de norte a sur, Trump dijo ayer en Twitter que la marcha en Washington «fue menor de lo esperado» y anunció el repliegue de los soldados. Hasta el sábado, varios vehículos militares cortaron el acceso a la Casa Blanca. Los soldados, con uniformes de la Guardia Nacional, el Cuerpo de Infantería y la Fuerza Aérea, participaron junto con los antidisturbios en el dispositivo de seguridad. Líderes demócratas y republicanos, así como generales y almirantes ya retirados, han criticado duramente a Trump por militarizar la respuesta a los disturbios.
El último es el respetado general afroamericano Colin Powell, jefe de la diplomacia estadounidense con George W. Bush, quien ayer dijo en una dura entrevista n CNN que el presidente Trump «se ha alejado de la Constitución». Por eso, añadió, votará al demócrata Joe Biden. Trump, como suele hacer, le respondió en Twitter, llamándole «sobrevalorado».
La protesta del sábado en Washington cortó cinco kilómetros de la calle principal que desemboca en la columnata delantera de la Casa Blanca. Aunque hubo algunas noches de saqueos y disturbios, ahora la protesta es completamente pacífica, y según dijo ayer la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, no hubo ni un sólo arresto durante una concentración que duró varias horas.