En América Latina y el Caribe se estima que aproximadamente 60 millones de personas en 2020 pasaron hambre, 14 millones más que el 2019 y el Perú no es ajeno a esta realidad.
El sistema alimentario peruano presenta retos considerables. Las cifras del Perú generan preocupación pues, el 25% de la población presenta una vulnerabilidad media alta a la inseguridad alimentaria, de las cuales 4 millones de personas tienen necesidad y urgencia de alimentos. Una de cada 5 mujeres, sufre de anemia, mientras que uno de cada cinco adultos sufre de obesidad.
El esfuerzo que el Perú realizó por reducir las cifras de anemia infantil no han logrado reducir significativamente los índices en los últimos 5 años. Además, en el año 2020 la incidencia de desnutrición crónica infantil en áreas rurales fue tres veces mayor que en áreas urbanas.
Así pues, en un trabajo conjunto con el Estado peruano se llevó a cabo los diálogos nacionales hacia la cumbre mundial de los sistemas Alimentarios 2021 donde se contó con la participación de 32 ponentes de la academia, el gobierno, organismos internacionales, el sector privado y la sociedad civil. Ellos buscaron soluciones en conjunto que permitan garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos, transformar los sistemas alimentarios produciendo más y con mejor calidad nutricional, así como asegurar especialmente la provisión de alimentos de poblaciones en situación de vulnerabilidad.
Esto a través de enfoques como la garantía al acceso de alimentos inocuos y nutritivos para todos; cambiar el consumo hacia patrones sostenibles; impulsar la producción positiva para la naturaleza; promover medios de vida equitativos y desarrollar resiliencia a las vulnerabilidades, los choques y el estrés.
Desde la FAO creemos que no es posible el desarrollo sostenible sin la transformación de los sistemas alimentarios.
Estos consensos se encuentran enmarcados en la agenda de la Cumbre de los Sistemas Alimentarios 2021 a desarrollarse el 23 de septiembre próximo en Nueva York.