Punto de Encuentro

Situación de la Policía Nacional

En los últimos días, la Policía Nacional se ha visto conmocionada por las circunstancias especiales en las que se le involucró en el control social del Covid19; por las compras irregulares del material de protección para cumplir con sus tareas en la vía pública; y, por la serie de cambios de colocación de oficiales generales por situaciones aún no esclarecidas.

            Con relación a su involucramiento en las tareas de control y fiscalización de la población para enfrentar las tareas dispuestas por el Gobierno para controlar la difusión y expansión del Coronavirus, su participación fue a todas luces una decisión apresurada, sin análisis de la coyuntura ni la evaluación de las características de la citada pandemia; lo que conllevó a que los policías sin medir las consecuencias realizaran una serie de intervenciones sin prever su propia seguridad ni el adecuado equipamiento para evitar contagios.

            La consecuencia para la institución policial ha sido dramática, porque su sistema hospitalario no estaba ni preparado ni equipado para su inmediata atención frente al Covid19, largas colas en sus centros médicos sin la preocupación y medidas colaterales dispuestas por sus superiores, y luego justos reclamos del personal que, al hacerse mediáticos, generó decisiones drásticas que sólo causó mayor alboroto.

            Simultáneamente, se dispuso de dinero público para la inmediata compra de material de protección personal para neutralizar los casos de contagios, pero las decisiones adoptadas por los mandos policiales a cargo de las compras, puso en evidencia escandalosos casos de compras sobrevaloradas y adquisición de material de mala calidad.

            Estas situaciones provocaron cambios en la conducción del Sector Interior y en el Comando de la Policía; relevos que a la luz de los acontecimientos no se realizaron con la justa y debida evaluación, lo cual motivó posteriores reajustes en dichos movimientos, que significaron un maltrato a la jerarquía y honorabilidad de la institución policial, y dejaron abierta la incertidumbre e intranquilidad de los miembros policiales.

            La policía, es una institución preparada para enfrentar las situaciones de desórdenes sociales que son comunes en su quehacer; pero enfrentar las tareas de control del Coronavirus superaba las condiciones previstas, requería de una preparación para atender los asuntos que surgían de dicha problemática, y sobretodo, se necesitaba de la previsión de un equipamiento mínimo y necesario para evitar los contagios y las muertes que a la fecha han superado los 45 efectivos, que resulta siendo un alto sacrificio para quienes fueron enviados a la supervisión y control de una pandemia para la que no se les preparó ni equipó.

            La falta de capacidad del sistema de salud de la Policía, no es una novedad reciente; largos años de ofrecimientos de mejorarlo han quedado relegados por los distintos responsables de su ejecución, todo lo cual se puso en evidencia con los primeros casos de personal contagiado. No podemos referirnos al alto número de muertos en la Policía, sin exigir una investigación que demuestre los niveles de responsabilidad, al haber expuesto a los miembros de esta Institución, a tareas altamente peligrosos sin ninguna medida de preparación y protección.

            Con relación a los casos de irregularidades en la adquisición de material y equipamiento, en la que altos mandos policiales se han visto involucrados, se necesita una inmediata investigación, que no sólo se circunscriba al que recibió el dinero y determinó las características del material, sino también a los mandos que orientaron las compras hacia determinados proveedores con los que tendrían relación amical y hasta familiar.

            En situación de crisis, es el momento de adoptar medidas analizadas y bien meditadas, para evitar que las decisiones posteriores sean objeto de incertidumbre y desconfianza; por ello es que la Policía se siente maltratada, y frente a la pandemia, atemorizada y confundida en el rol que deben asumir para evitar más muertes.

            Es momento de reflexionar los que se hizo, lo que se viene ejecutando, y las acciones correctivas de las situaciones mencionadas en los párrafos precedentes, de manera que, la institución policial recobre la confianza en sus mandos, sienta que se le está capacitando y equipando para enfrentar al Coronavirus y, fundamentalmente, cuente con una guía de procedimientos que determine funciones, roles y participación de equipos especiales para la atención de la pandemia y de sus efectos inmediatos.

RPT

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