Punto de Encuentro

429 días después

18 Diciembre, 2020

Iván Arenas

Se cumplen 429 días de la desaparición física por mano propia del ex presidente Alan García no obstante a ello a pesar de las idas y venidas ni la Fiscalía ni la defensa legal de quien fue su secretario Luis Nava, han presentado las pruebas que involucran directamente al dos veces mandatario más alla de dichos y entredichos.

Ahora bien, vale advertir estimado lector -antes de continuar- que al suscrito se le descalificará y sobre todo se le echará barro por toneladas, sin embargo aquí solo nos nos allanaremos a los hechos. Advertimos, nuevamente, que a pesar de las críticas y descalificaciones de los sectores enemigos de García, en esta columna solo hay una aproximación sujeta a los palabras y acciones de los involucrados. 

Como decíamos en el párrafo primero, hasta el momento los fiscales Pérez y Vela así como la defensa legal de Nava no han presentado ninguna prueba que lleve a considerar que García o era un corrupto o estaba al tanto de las andadas de su ex secretario. Esos son los hechos. 

La defensa legal de Nava incluso, en octubre pasado llegó a mencionar que presentarían una serie de evidencias, documentos y hasta grabaciones que corroborarían que García sabía y sobre todo recibia los sobornos de las empresas brasileras, como el caso de Odebrecht. ¿Presentaron las pruebas? 

Si nos atendemos nuevamente a los hechos el fiscal Pérez dijo que García “solicitó dinero a Odebrecht para favorecerla en distintas obras” y que más de un millón de dólares habría recibido a través de un testaferro, en este caso Miguel Atala. Repito, en esta columna nos referimos en estricto a los hechos. Pues sucede que, como en el caso de Luis Nava, no existe mayor pruebas que lo dicho por Atala, un “confesor sincero”

Veamos. En el artículo 160 del código Procesal Penal se dice claramente que la confesión solo tiene valor probatorio si está debidamente corroborada, se presta de manera libre y en estado normal de sus facultades, se presenta ante un juez o fiscal o si  es sincera y expontánea. Bueno, nada de todo lo anterior se cumple con la “confesión” de Atala.

Pero no queremos quedarnos en el truco legalista. Sigamos. Muchos medios de comunicación en su día sin ningún rigor ético titularon que “Atala era el testa” de García como si ello realmente habría sido cierto. Lo que sí es cierto es que Jorge Barata dijo hasta en tres ocasiones que no entregó dinero a García. Sí, las tres declaraciones en la misma pepa de Pérez y Vela. No solo ello. Acuérdense de la conversaciones entre Roxanne Cheesman, la pareja de García y Barata, donde -otra vez- este último indica que jamás sobornó al ex mandatario. 

Luis Nava y Miguel Atala, (habría un aspirante a colaborador), son los puntales en toda la hipótesis de la Fiscalía de Pérez y Vela. El gran detalles es que ambos fiscales no tienen cómo probar su hipótesis (donde García había sido el jefe de una organización criminal-corrupta) de allí que a 429 días de la desaparición de García no se haya pasado de la etapa de investigación, y todo indica que seguirán pasando los días infértiles.  Incluso, lo más sólido que tenían los Fiscales era la confesión de Atala y los supuestos pagos desde una cuenta offshore (Ammarin Invesment) (acuérdense que IDL Reporteros hizo un largo reportaje sobre ello) se ha caído porque el propio Atala ha hecho uso de misma transfiriendo el dinero a sus familiares y posibles socios (el propio directivo del banco en Andorra desdijo las declaraciones de Atala) Algo incomprensible a la hipótesis. 

El gran detalle aquí es que lo de García no pasa de supuestos. Es cierto que Nava fue muy allegado a García, eso es indudable, como es cierto que Barata también sostuviera que García no sabía de las supuestas entregas a su nombre. Todo queda en dichos y lo que se concluye es que colocar a Nava como hombre de confianza a pesar de las profundas críticas en el aprismo es uno de los tantos yerros que cometiera el ex mandatario.

La avalancha contra García no tiene un origen estrictamente legal. Es decir, no hay razón más allá de un dicho para que algunos diarios titularan en su día refiriéndose a Miguel Atala como el “Testaferro de García” en lugar de “Probable testaferro de García”. El detalle es importante; tan importante como enviar a la guillotina mediática a un inocente si no hay pruebas legales. 

Vale recordar lo de la Megacomisión, donde al final el propio Tejada terminó por decir que no había encontrado indicios siquiera de desbalance patrimonial no solo de García sino de sus familiares, en los casi cinco años que duró, pero el la avalancha contra el ex mandatario fue letal si a ello añadimos los casos de indultos de penas donde se anunciaron 5400 casos y al final se llegarona tres y se juzgó por uno.    

Como volvemos a repetir. A riesgo de que los adversarios y enemigos de García se vuelvan contra el suscrito, este es un resumen donde se cuentan solo los hechos, sin un juicio valorativo al respecto.

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