Punto de Encuentro

El gran ganador de la lucha antidrogas en el país: el narcotráfico

La lucha contra el narcotráfico en nuestro país, es una tarea principal del Estado, debido a que somos uno de los países de mayor producción de cocaína a nivel mundial.

Esta lucha, basada en una estrategia integral y coherente, compromete a distintos sectores y a entidades, que, con un solo objetivo, deben desarrollar sus tareas y actividades destinadas a la prevención y al control de la producción de la hoja de coca, a la incautación de los insumos químicos utilizados para la fabricación de la droga, así como las acciones de control e interdicción para neutralizar la producción de cocaína, su traslado y comercialización.

Lamentablemente, de un tiempo a esta parte, en nuestro país la llamada estrategia de lucha contra las drogas se encuentra en una encrucijada, pues se debate entre la interpretación que cada institución llamada a combatir el narcotráfico hace de ella, y plantean alternativas de solución que se encuentra entre la acción equivocada, el no hacer nada, o con planes que son la esperanza definitiva a la problemática en cuestión.

En los últimos días, representantes del ejecutivo han planteado un nuevo diseño para la lucha contra las drogas, que pasa por abordar la solución al problema a través de la compra por el Estado de toda la producción de hojas de coca; por la aplicación de la auto erradicación de plantaciones de coca; por una nuevo padrón de productores de coca autorizados a comercializar legalmente la hoja; y, por ubicar al campesino que la cultiva como el centro de atenciones de parte del gobierno, dejando de lado los procesos de erradicación y el control de la comercialización ilegal de la hoja de coca.

Además, se ha formulado una propuesta para desactivar las bases contraterroristas de las fuerzas armadas en el VRAEM, dejando en total abandono el área donde se produce la mayor cantidad de droga en el país, y que sirve para que los remanentes del terrorismo, en alianza con los narcotraficantes, desarrollen sus acciones destinadas a imponer su primacía en la zona.

Este conjunto de planes y propuestas se complementan con otras de larga data y que no tienen solución inmediata, como las acciones de interdicción y lucha contra el narcotráfico que desarrolla la policía, con efectivos y equipamiento no renovado, lo cual limita su capacidad de acción; y el control de insumos químicos fiscalizados a cargo de una entidad que tampoco tiene el respaldo para ampliar el número y cantidad de incautaciones.

Mientras tanto, la extensión de cultivos de coca ha crecido hasta rebasar las 60 mil hectáreas, donde el 90% de hojas de coca se destinan a la producción de cocaína, el 10 % se destina al actual mercado para fines tradicionales e industriales, y por su parte ENACO no supera la compra del 2% de la hoja de coca producida a nivel nacional.

Esta es la sumaria realidad del problema de las drogas en nuestro país, lo cual nos permite afirmar, que entre los desaguisados de las propuestas formuladas por los responsables de las entidades destinadas a luchar contra las drogas, los problemas que desde hace tiempo sufren las instituciones dedicadas al control y lucha contra las drogas, y a la falta de interés de parte del presidente de la República en el tema, el único ganador en esta pugna, es el narcotraficante, que muy pronto encontrará la hoja de coca y la cocaína producida en los valles de cultivos, de manera abundante y a menores precios, sin riesgos para su seguridad, pues las zonas ya no tendrán el control de las bases militares, y el mercado mundial será inundado de cocaína peruana, por obra y gracia de las autoridades, que con su inacción y equivocaciones, se están aliado al narcotráfico.

Es que no nos hemos dado cuenta que la suma de estos desencuentros entre los llamados a la lucha contra las drogas, sus propuestas con fines distintos al propósito de la estrategia, la desatención de las instituciones a cargo de la interdicción y control de la droga, la inaplicación de acciones de erradicación, y la demora e indiferencia para neutraliza y contrarrestar el crecimiento de las plantaciones, así como el limitado control de insumos químicos que fluyen a la zonas de producción de droga, hacen de nuestro país proclive a convertirse en un narco estado con todas las implicancias que ello conlleva.

Por eso es que hacemos un llamado a la presidencia de la República, a los Congresistas, a las instituciones dedicadas al control de la producción de drogas, para que actúen de inmediato a fin de poner coto a esta lamentable situación en la que nos hallamos, para evitar que la droga inunde al país, creando un territorio del cual será imposible salir, cuando los grandes carteles de las drogas impongan sus dominios a través de la violencia, como ocurre en países latinoamericanos donde el poder de los narcotraficantes se ha impuesto a base de fuego y de innumerables muertes.

Una sola estrategia que comprometa y obligue a los sectores y a entidades destinadas a su aplicación; para que la respuesta del Estado sea efectiva y eficiente; para reducir el espacio cocalero; para erradicar los cultivos ilícitos; para incrementar la interdicción y la incautación de droga e insumos químicos; y así poder liberar al país de la amenaza que se cierne sobre su inmediato futuro por causa del problema de las drogas.

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