Punto de Encuentro

El próximo líder de la oposición

En el presidencialismo, el liderazgo de la oposición no se encuentra al interior del Congreso sino en el exterior, normalmente apoyado en un partido político permanente o una agrupación electoral. Ese líder sustenta su legitimidad en el carisma de la persona que encabece el grupo y en su capacidad de intermediación de las tendencias e intereses que el gobierno no alcanza a satisfacer. Es solo en el parlamentarismo donde el liderazgo emerge de la Cámara de Diputados, pues solo de ahí surgirá la alternativa real al primer ministro en funciones.

Así, no importa mucho qué agrupación parlamentaria logrará liderar la oposición al posible gobierno de Keiko Fujimori, ni el número de congresistas que pueda tener. Lo esencial, es lograr erigirse ante los medios de comunicación y la opinión pública como principal crítico al gobierno, principalmente en razón a la calidad e impacto de sus propuestas. Por eso se suele constituir un gabinete en la sombra, con equipos de políticos y técnicos capaces de confrontar con el titular de cada sector. Por supuesto, eso requiere estabilidad al interior del grupo político y además, capacidad de reclutamiento y organización.

No podría aspirar a liderar PPK, pues su capacidad física para emprender una nueva campaña el 2021 estará en tela de juicio, y sin esa posibilidad, no se puede mantener la fidelidad de los militantes e invitados, dentro y fuera del Congreso. Existe la duda de si Verónica Mendoza logra mantener el mando de FP, más aún reconociendo la vocación divisionista e individualista de la izquierda marxista. Tendrá en contra su radicalismo y sus posibilidades estarán en directa relación con sus números en las encuestas.

Los otros personajes que aspiran el trono de líder de la oposición son Barnechea y Guzmán, quienes tratarán de revalidar los puntos que llegaron a obtener en una coyuntura pasada. Carecen de una estructura partidaria importante y están expuestos al humor de los medios. Estarán bajo mucha presión, pues deben mantener la expectativa de un distraído electorado durante cinco años, al tiempo que incorporen sus planteamientos a la agenda política, a fin de no otorgar espacio para el resurgimiento de Cornejo desde el Apra y de Pérez Tello desde el PPC. Todos ellos pelearán un mismo espacio, el que producirá las políticas públicas del fujimorismo, que inevitablemente, favorecerá a algunos y perjudicará a tantos otros.

En realidad, solo habrá lugar para un líder de oposición, en reemplazo de un  PPK ausente en el próximo quinquenio. La lucha será dura, y el resultado tan incierto como importante, pues es ya una regla política que quien logre ser visualizado como líder opositor tenga una enorme ventaja en las siguientes elecciones generales, pasó con Toledo, García, Ollanta y ahora con Fujimori. 

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