Punto de Encuentro

La oportunidad de un Partido Liberal.

No hubo en la historia peruana un momento mas propicio que éste para la creación de un partido liberal. Ni Beltrán en el segundo gobierno de Prado, ni Vargas Llosa con el Movimiento Libertad, tuvieron la increíble oportunidad que hoy se presenta. Beltrán conjura la crisis económica peo carece de apoyo popular, mientras que Libertad impulsa el respeto al mercado cuando ninguna comunidad política, a excepción del PPC, estaba dispuesta a renunciar al intervencionismo del Estado. Por lo demás, el liberalismo estuvo representado por empresarios ricos e intelectuales impopulares, recién ahora tiene arraigo social. 

Hace veinte años, la inmensa mayoría de electores confiaba en los controles de precios y en la preeminencia del burócrata de ministerio, muy pocos creían en la necesidad de respetar las reglas inherentes de la economía, preservándolas del voluntarismo del gobernante de turno. Para mala suerte de los liberales, el pepecismo ocupaba tradicionalmente el espacio político que hubiera correspondido, y el pragmático fujimorismo reclutó para sus filas al inmenso bolsón electoral compuesto por los migrantes vinculados a la economía informal. El liberal era un raro intelectual aislado casi por completo de las tendencias e intereses de los grupos sociales que componen la sociedad peruana. 

Una de las principales consecuencias del rotundo fracaso del intervencionismo estatal en la economía, fue la de educar a los electores en conceptos del liberalismo económico, tales como el equilibrio presupuestal, libertad de empresa, libre competencia, oferta y demanda, costo y beneficio,  de forma que a sola excepción de la izquierda socialista, las agrupaciones se convencieron  de las bondades del mercado. Para lograr distinguirse, el liberal debía asumir posiciones muy radicales, impolíticas y normalmente alejadas del sentido común. 

Recién hace algunos pocos años, parte de la juventud limeña se ha identificado con gran parte de los reclamos de la comunidad LGTBI, convirtiendo su listado de reivindicaciones en agenda política propia, a pesar de que antes no habían manifestado preocupación significativa por temas públicos ni procesos legislativos. Ya no es la izquierda marxista la que lidera dichos planteamientos, han surgido nuevos liderazgos desde la sociedad misma. 

Se trata de un liberalismo social, no económico. Doctrinariamente se ubica más con el FDP alemán que con el partido Demócrata norteamericano. Las principales banderas son derechos y libertades civiles, su pretendido desarrollo  requiere una sociedad mucho mas permisiva de lo que sus padres hubiesen deseado. Si los millennials comienzan a organizarse en torno a colectivos ocupacionales y encuentran el ansiado liderazgo carismático, podrían seguir ilusionándose con la construcción de una sociedad libertaria, donde los valores e instituciones tradicionales carezcan de importancia e influencia. Así, el Partido Liberal podría captar el interés de electores ubicados desde la centro izquierda hasta la derecha actualmente comprometida con PPK, agrupación que el 2021 no tendrá a su líder como candidato. 

Aún no se lo han planteado, pero ya insinúan un futuro Mayo del 68 donde no solo esté prohibido prohibir, sino también el dudar.

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