Punto de Encuentro

PARTDOS POLITICOS Y CORRUPCIÓN

Una verdad que parece estar escribiéndose en piedra, es que los partidos políticos no han logrado acreditar su intención de luchar contra la corrupción, lo que nos hace dudar incluso que tengan la intención de hacerlo.

Es más, si hiciésemos el simple ejercicio de listar anticipadamente las noticias más impactantes del año, quizás resaltemos la renuncia del Presidente de la República, el actual proceso judicial seguido a la lideresa de la oposición y los dirigentes de su partido político, el cual ha sido catalogado incluso como organización criminal, quizás incluiríamos las declaraciones incriminatorias provenientes de Brasil donde se afirma el financiamiento ilegal que recibieron varios candidatos durante las campañas electorales del año 2011 y 2016 así como el apoyo brindado a la ex alcaldesa de Lima durante el proceso de revocatoria que afrontó, la excarcelación del ex presidente Humala etc., es decir, en todos los casos podemos encontrar un nexo causal que ligue la corrupción a los partidos políticos.  

Paradójicamente, la realidad nos revela que los partidos políticos y en especial los candidatos durante un proceso electoral, abordan la corrupción como un importante eje temático sobre el cual articulan su campaña, presentándose incluso como los líderes en su lucha; pero al hacerlo, se refieren a la misma como si se tratase de un hecho ajeno, de terceros, no propio. La situación empeora cuando dejan de ser candidatos y asumen el rol de autoridades.

Pero la corrupción desde la óptica partidista no puede ser advertida como ajena. El Latinobarómetro nos revela año a año lo contrario, el distanciamiento es cada vez más marcado entre la ciudadanía y los partidos políticos, así como el aumento de la percepción pública respecto a la corrupción de éstos.

Sobre el particular reflexionaba con acierto Augusto Lostanau señalando que los partidos políticos no saldrán fácilmente de la crisis y descrédito popular que los agobia, pues siempre serán percibidos como altamente corruptos mientras no expulsen de sus filas a todos aquellos que resulten responsables de hechos de corrupción. ¿Es tan difícil?

Esta ausencia de compromiso real de los partidos frente a la lucha contra la corrupción que se limita a líricas y vacías declaraciones o frases de cliché que se repiten constantemente, sumado a la protección o blindaje casi cínico a sus integrantes sobre los cuales pesan serias acusaciones de corrupción en lugar de separarlos, constituye sin duda una de las principales causas por las cuales los partidos políticos carecen de credibilidad ante la ciudadanía. La falta de hechos concretos y relevantes, como bien podrían ser la presentación de denuncias contra los directivos partidistas involucrados en casos de corrupción, son solo un ejemplo de lo que debería hacerse pero no se hace.

Somos de la opinión que los partidos políticos se encuentran obligados a demostrar con hechos su compromiso frente a la corrupción abandonando declaraciones y poses para las cámaras, para pasar del dicho al hecho, sino, tal como concluye Lostanau, la historia de la corrupción de los partidos políticos en el Perú seguirá siendo tanto una farsa y como una tragedia. Será una farsa en la medida que le generará grandes ganancias a unos pocos y a la vez una tragedia pues significará grandes pérdidas económicas a las grandes mayorías.

Dejo abierto el debate.

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