Este problema es más que tipos penales en la argolla, más que de latadas extorciones y prensa armoniosa, las Bambas es nuestro ADN como Estado constitucional, es nuestro síntoma de régimen, nuestro tipo de catarsis al bicentenario social.
Podríamos decir que hay dos derechos constitucionales en conflicto, la libertad de tránsito versus el derecho a la protesta; pero vaya que hay uno que a la vez es régimen, la democracia.
Podríamos reclamar el imperio de la ley, la observancia a las normas; contra el derecho a la libertad de expresión, o la simple facultad del reclamo; ahí casi todo está claro, nadie puede privar a la colectividad de un pronunciamiento , sin antes ponderar el criterio del bien común o la libertad de transito (Exp. TC 5573 - 2006 -PHC - TC); pero nuestra visión está en la médula, en la matriz, y ello es el derecho constitucional al “buen gobierno”, a la coherencia del sistema democrático, al afán de proteger los principios constitucionales, todo lo demás es fetiche, sangre y renta. Aquí hay derechos que se tienen que considerar y validar como Estado, como organización formada, como civilización constituida.
Rédito brinda el conflicto, y mucho más si es contra algo que tiene el 86 % de desaprobación. Pero la política estatal es diferente, es para los serios, para los estadistas y prolongadores, para los causales y visionarios. Y, justo ello se espera en las Bambas, donde jamás hay muertos por pereza o aniego, sino que las empresas y el pueblo pierden por un factor común y más que sabido, el Estado menos el mismo Estado, un fantasma como ejecutivo y un ramal como legislativo, lo único que se ha provocado es derivar un conflicto de la democracia en un cachascán, como un talud de la mendiguez emocional, un hipo del poder sinsentido.
Aquí hay una necesidad, y no de la doctrina ni las lecturas universitarias, sino de la gestión política y de la versión pragmática; de esa que también se sirve la historia cuando casi está deambulante.
Las bambas es hija del defecto democrático, del olvido centralista, del narcisismo de la opinión pública, y de la renta de las encuestas banales.
Las bambas es hija de un premier bamba, de una dirigencia campesina manipulada y de un Estado que no llega a serlo.
La democracia también está en las carreteras, en sus tránsitos, en su coincidencia y atención; y ahí la mejor estadística de la historia.
Master en Derechos Humanos por la Universidad Castilla La Mancha - Toledo – España.
Maestro en Derecho Constitucional por la UNFV.
Profesor en Derecho Constitucional.
Ponente en temas de Derechos Fundamentales en diversos eventos académicos.